Cuidado con los saleros: Revelan una relación alarmante entre el sodio y las enfermedades cardíacas
Reducir el consumo de sodio es clave para combatir la enfermedad cardíaca.
Sin embargo, un reciente estudio halló que la mayoría de las personas con enfermedades cardiovasculares no pueden limitar su consumo de sal. No solo eso, la mayoría de ellos, en promedio, consume más de doble de la cantidad diaria recomendada de sal.
Si bien el sodio es un nutriente esencial para la salud humana, en exceso puede tener graves consecuencias para la salud, como:
- Hipertensión arterial: es la principal causa de enfermedades cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares.
- Enfermedades renales: el exceso de sodio afecta la capacidad para filtrar la sangre.
- Osteoporosis: el consumo elevado de sal aumenta la pérdida de calcio en la orina, lo que debilita los huesos y aumenta el riesgo de fracturas.
- Retención de líquidos: la sal provoca que el cuerpo retenga más agua, lo que puede ocasionar hinchazón y otros problemas inflamatorios.
- Cáncer de estómago: aunque no es lo más común, en algunos casos se asocia a una dieta alta en sal.
La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) recomienda un consumo que no supere los 2.300 mg por día (esto equivale aproximadamente a una cucharadita de sal de mesa), y avanzar hacia un límite ideal de no más de 1.500 mg diarios. Sin embargo, el participante promedio con enfermedad cardíaca en este nuevo estudio excedió ese nivel en casi 1.000 mg.
Este trabajo, que se presentó en la sesión científica anual del Colegio Estadounidense de Cardiología, utilizó datos de 3.170 participantes, hombres y mujeres mayores de 20 años con diagnóstico de enfermedad cardiovascular.
Los resultados mostraron que el 90% de los participantes excedieron las recomendaciones diarias de la AHA, y en promedio, se registraron ingestas de 3.096 mg/día de sal. Esto se encuentra solo un poco por debajo del promedio nacional en EE. UU. de 3.400 mg/día, reportado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Según explicaron los autores del trabajo, la diferencia relativamente pequeña en la ingesta de sodio sugiere que las personas con enfermedad cardiovascular no están limitando mucho su ingesta en comparación con la población general, y que también consumen más del doble de lo recomendado.
Estimar la cantidad de sal que contienen diferentes productos de supermercados o comidas para llevar puede ser todo un desafío para los pacientes cardíacos. Afortunadamente, se pueden seguir sencillos consejos para limitar la sal en la dieta y prevenir problemas cardiovasculares.
¿Cómo reducir el consumo de sal?
- Cocina más en casa: al preparar tus propias comidas puedes controlar la cantidad de sal que utilizas.
- Elige alimentos frescos y evita los alimentos procesados: estos suelen ser ricos en sodio.
- Reduce el uso del salero: evita añadir sal a las comidas antes de probarlas.
- Reemplaza la sal con hierbas y especias: experimenta con diferentes opciones para realzar el sabor sin necesidad de recurrir a la sal.
- Lee las etiquetas nutricionales: presta atención al contenido de sodio en los alimentos que compras y busca productos con bajo contenido de sodio o sin sodio añadido.
- Lava las conservas: verduras o legumbres en conserva suelen contener una gran cantidad de sodio, enjuagándolas puedes reducir su contenido.
- Opta por diferentes formas de cocción: al vapor, a la plancha o al horno son técnicas que no requieren añadir sal para obtener un sabor delicioso.
- Prepara tus propios caldos y salsas: esto te permitirá controlar la cantidad de sal que utilizas y no depender de los productos ultraprocesados.
Recuerda, no es necesario eliminar la sal por completo de tu dieta de un día para otro. Se trata de un proceso gradual que requiere compromiso y constancia. Siguiendo estos consejos podrás mejorar tu salud y prevenir diferentes problemas o enfermedades crónicas.
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