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Qué es la prediabetes y cómo se diagnostica

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La prediabetes es un término que se utiliza para indicar la presencia de niveles de glucosa en sangre más altos de lo normal.

Si se identifica a tiempo, se puede llegar a retrasar e incluso evitar la aparición de diabetes. Pero ¿cómo se puede lograr esto? ¿existen signos o síntomas que indican su presencia? ¿qué se puede hacer para evitar esta afección? Aquí repasamos todo acerca de la prediabetes.

Aunque en la prediabetes los niveles de azúcar en sangre son elevados, no son lo suficientemente altos para que se diagnostique diabetes.

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta el uso de la glucosa, el principal tipo de azúcar de la sangre, cuya función es actuar como fuente de energía o combustible del organismo.

Para distribuir la glucosa entre las células, y así entregarles energía, nuestro cuerpo recurre a una hormona llamada insulina, producida por el páncreas. Cuando esta no es suficiente o no funciona correctamente, da lugar a los distintos tipos de diabetes:

  • Diabetes tipo 1: es una enfermedad autoinmune, que ocurre porque el sistema inmunitario ataca y elimina por error las células productoras de insulina en el páncreas.
  • Diabetes tipo 2: representa más del 90% de los casos de diabetes. En este tipo el cuerpo no es capaz de utilizar correctamente la insulina.
  • Diabetes gestacional: aparece en embarazadas que nunca han tenido diabetes. Cuando esto ocurre, el bebé está en mayor riesgo de presentar complicaciones de salud. Aunque la diabetes gestacional suele desaparecer tras el parto, puede aumentar el riesgo de la madre o del niño de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.

Cómo se diagnostica la prediabetes

No se conoce exactamente cuál es la o las causas de la prediabetes, aunque los antecedentes familiares y la genética parecen ser factores importantes. Lo está claro es que las personas con prediabetes ya no pueden procesar el azúcar correctamente.

Generalmente, esta afección no presenta signos de alerta, aunque en algunos casos ciertos síntomas pueden indicar prediabetes:

  • Aumento de la sed.
  • Aumento del hambre. 
  • Entumecimiento u hormigueo de pies y manos. 
  • Fatiga. 
  • Infecciones frecuentes. 
  • Llagas o heridas que tardan en cicatrizar. 
  • Micción frecuente. 
  • Oscurecimiento de la piel, principalmente en el cuello, axilas e ingle. 
  • Pérdida de peso involuntaria. 
  • Visión borrosa.

Por ello, la mejor forma de saber si se tiene prediabetes o diabetes es mediante exámenes para detectarlas. Aunque comúnmente los profesionales de la salud aconsejaban realizar estas pruebas alrededor de los 45 años, esta recomendación cambió por la creciente incidencia de la diabetes.

Actualmente, se aconseja que cualquier personas que presente factores de riesgo, como tener sobrepeso, antecedentes familiares de diabetes, hábitos sedentarios o niveles altos de presión arterial, colesterol o triglicéridos, se haga una prueba. Existen distintas opciones para saber si existe prediabetes:

Análisis de azúcar en sangre

Para este análisis se toma una muestra de sangre después de un ayuno de al menos ocho horas o, preferentemente, un ayuno nocturno. Dependiendo los resultados del análisis se considera:

  • Normal: nivel de glucosa sanguínea en ayunas por debajo de 100 miligramos por decilitro (mg/dl).
  • Prediabetes: nivel de glucosa sanguínea en ayunas entre 100 y 125 mg/dL.
  • Diabetes: nivel de glucosa sanguínea en ayunas de 126 mg/dL o más.

Prueba de hemoglobina glucosilada

La prueba de hemoglobina glicosilada, también conocida como A1c o HbA1c, sirve para conocer el nivel promedio de glucosa sanguínea de los últimos tres meses. Para ello, se mide el porcentaje de glucosa sanguínea unido a la proteína portadora de oxígeno en los glóbulos rojos, llamada hemoglobina.

Cuanto mayor sea el nivel de glucosa sanguínea, mayor será la cantidad de hemoglobina con azúcar. Se considera:

  • Normal: nivel de A1c o HbA1c por debajo de 5,7%.
  • Prediabetes: nivel de A1c o HbA1c entre 5,7 y 6,4%.
  • Diabetes: nivel de A1c o HbA1c de 6,5% o más.

Los expertos advierten que ciertas afecciones pueden hacer que esta prueba sea inexacta, como tener un tipo poco común de hemoglobina o estar embarazada.

Prueba de tolerancia a la glucosa oral

La prueba de tolerancia a la glucosa, también conocida como examen de tolerancia oral a la glucosa, se utiliza para medir la respuesta del organismo a la glucosa. Si bien sirve para detectar la diabetes tipo 2, es común que se use para diagnosticar la prediabetes y diabetes gestacional.

Se toma una muestra de sangre después de un ayuno de al menos ocho horas o nocturno, luego se suministra una solución azucarada y se mide el nivel de glucosa sanguínea después de un par de horas. Se considera:

  • Normal: nivel de glucosa en sangre inferior a 140 mg/dl.
  • Prediabetes: nivel de glucosa en sangre entre 140 y 199 mg/dl.
  • Diabetes: nivel de glucosa en sangre de 200 mg/dl o más.

Cómo se trata la prediabetes

Para controlar o prevenir la prediabetes los expertos recomiendan adoptar un estilo de vida saludable. Incorporar estos hábitos también puede ayudar a retrasar o evitar la aparición de la diabetes tipo 2:

Mantener un peso saludable

El sobrepeso, especialmente cuando se distribuye en la zona abdominal, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes. Los especialistas aconsejan perder entre 5 y 10% del sobrepeso, no recuperarlo y mantenerlo a largo plazo. Esto también puede proveer protección contra otros tipos de problemas de salud.

Tener una alimentación saludable

Comer los alimentos adecuados es útil para controlar el nivel de glucosa en sangre y ayudar a perder el exceso de peso. Entre las mejores opciones se encuentran:

  • Frutas y vegetales: cítricos, frutos del bosque, manzanas, piñas, uvas, kiwis, vegetales de hoja verde, como acelga, espinaca, brócoli o kale y demás opciones sin almidón.
  • Fibra: hierbas y especias, como cilantro u orégano, legumbres, como lentejas, guisantes, cacahuates, y porotos, o frutas y cereales.
  • Grasas saludables: pescados, como atún, caballa, salmón, sardina y trucha, semillas o aceite de linaza, frutos secos, semillas de chía, aceites de canola, oliva o soya, y aguacate.
  • Infusiones: canela, cúrcuma, fenogreco, hibisco, o jengibre.

De la misma forma que algunos alimentos son beneficiosos para prevenir la diabetes, otros pueden favorecer su aparición o empeorarla. Limita o elimina de la dieta:

  • Azúcares añadidos (que suelen estar presentes en alimentos procesados).
  • Productos refinados, como harina o arroz blanco.
  • Refrescos, sodas o jugos industriales.
  • Carne roja, especialmente las procesadas, y embutidos.

Hacer ejercicio

La actividad física cumple una doble función para las personas con prediabetes, ya que aumenta el consumo de glucosa por parte del organismo, y, estimula las fibras musculares, favoreciendo el transporte de azúcar al interior de las células. Prueba con montar en bicicleta, nadar o incluso caminar.

Aunque todo tipo de movimiento se muestra positivo al momento de prevenir la diabetes tipo 2, los mayores beneficios se ven en actividades de intensidad moderada.

Los expertos advierten que las personas sedentarias o con sobrepeso que empiecen a hacer ejercicio, comiencen de menor a mayor intensidad, para evitar complicaciones.

Evitar el consumo de tabaco

La nicotina y ciertas sustancias químicas que se hallan en los cigarrillos dañan a las células, causan inflamación, afectan la respuesta a la insulina y aumentan el riesgo de incrementar la grasa abdominal, todos factores de riesgo de la diabetes tipo 2.

Tomar los medicamentos necesarios

Si tienes prediabetes y un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, tu médico puede recomendarte ciertos medicamentos, como metformina (Glumetza). También se podría recetar fármacos para controlar el colesterol y la presión arterial alta.

Recuerda: si la prediabetes no se trata puede avanzar a diabetes tipo 2, lo cual implica un mayor riesgo de desarrollar otras complicaciones de salud:

  • Accidente cerebrovascular.
  • Colesterol alto. 
  • Daño en los nervios.
  • Daño ocular, incluida la pérdida de visión.
  • Enfermedad cardíaca.
  • Enfermedad del hígado graso 
  • Enfermedad renal.
  • Hipertensión arterial.
  • Amputaciones.

Fuentes consultadas: Asociación Estadounidense para la Diabetes, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales.


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