¿Es necesario conocer el índice glucémico de cada alimento?
El índice glucémico (IG) es una medida que indica la rapidez con la que un alimento que contiene carbohidratos puede elevar la glucosa (azúcar) en sangre.
En general, los productos con un IG bajo aumentan lentamente el azúcar en el cuerpo, por el contrario los que tienen un IG alto lo hacen rápidamente.
Sin embargo, expertos consideran que hay otras variables que determinan el riesgo de que el nivel de azúcar aumente, que se deben considerar. Dicen que, aunque el IG tiene ventajas, no abarca otros escenarios importantes a la hora de evaluar el riesgo glucémico, por ejemplo:
- La combinación de alimentos que se utilizan
- La forma de preparar una comida
- La cantidad que se come
- El hecho de que el IG de un alimento puede variar dependiendo de distintos factores, como la temperatura, si es fresco o no, etc.
Y, además, agregan, hay que destacar que el índice glucémico no toma en cuenta aquellos alimentos que no contienen carbohidratos, pero que pueden tener otros ingredientes de riesgo como azúcar o grasas saturadas.
Los alimentos con carbohidratos aumentan el nivel de glucosa y, por ende, el riesgo de desarrollar diabetes.
Sin embargo, aunque muchas veces se piensa que los carbohidratos son todos iguales, no trabajan de la misma manera en el cuerpo. Algunos provocan un aumento rápido de azúcar en la sangre, mientras que otros lo hacen más lentamente, evitando aumentos grandes o rápidos de este nivel.
El índice glucémico aborda estas diferencias al asignar un número a los alimentos que refleja la rapidez con la que aumentan la glucosa en sangre en comparación con la glucosa (azúcar) pura.
La escala del IG va de 0 a 100. La glucosa pura tiene el IG más alto y se le asigna un valor de 100.
El consumo de alimentos con un IG bajo puede ayudar a alcanzar un control más estricto sobre el nivel de azúcar en sangre.
Por eso, prestar atención al IG de los alimentos puede ser otra herramienta para ayudar a controlar la diabetes, junto con el conteo de carbohidratos. Seguir una dieta con un IG bajo también puede ayudar a bajar de peso.
- Alimentos con IG bajo (de 0 a 55): quinoa, pasta, zanahorias, vegetales, frutas como manzanas, naranjas y uvas, leche y yogur.
- Alimentos con IG medio (de 56 a 69): pan de pita, arroz integral, pasas.
- Alimentos con IG alto (más de 70):pan blanco, arroz blanco, papas, miel, frutas como sandía o piña.
Aunque no debería considerarse como la única herramienta de ayuda para medir el riesgo.
Lo ideal es consultar con el médico sobre la mejor estrategia para prevenir, o controlar, la diabetes. Y entender al IG como uno de los tantos factores a tener en cuenta para lograr una dieta preventiva, segura y balanceada.
Fuentes consultadas: MedlinePlus, Clínica Mayo, USDA.
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