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Cambio climático genera más infecciones por bacteria carnívora

Publicado - Por Christopher O'Donnell/Tampa Bay Times y KFF Health News

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Debbie King apenas lo pensó dos veces cuando se raspó bajo la rodilla derecha al subirse al bote de su amiga para pasar un día en el Golfo de México, el 13 de agosto.

Aunque su amiga vendó la herida, cuando se despertó al día siguiente estaba roja y le dolía. Debe ser una quemadura por el sol, pensó King.

Pero tres días después, el área roja y con ampollas había crecido. Su médico miró la herida y envió a King, de 72 años, a la sala de emergencias.

Los médicos del HCA Florida Citrus Hospital en Inverness, Florida, llevaron a King a cirugía después de reconocer que la infección era Vibrio vulnificus, una bacteria potencialmente mortal que mata el tejido sano alrededor de una herida. 

Mientras King yacía en la mesa de operaciones, el cirujano le dijo a su esposo que probablemente moriría si no le amputaban la pierna.

Cuatro días después del rasguño, King perdió su pierna y luego pasó cuatro días en cuidados intensivos.

“La carne había desaparecido; era sólo hueso”, contó.

Los casos de V. vulnificus son raros. Cada año se reportan entre 150 y 200 a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), y alrededor del 20% resultan en muerte. La mayoría se presentan en estados a lo largo del Golfo de México, pero, en 2019, el 7% apareció en la costa del Pacífico. Florida tiene un promedio de 37 casos y 10 muertes al año.

Pero un aumento de los casos a nivel nacional y la propagación de la enfermedad a estados más al norte (en comunidades costeras en estados como Connecticut, Nueva York y Carolina del Norte) han aumentado las preocupaciones sobre la bacteria, que puede resultar en amputaciones o extirpación extensa de tejido, incluso en aquellos que sobreviven a sus infecciones. 

Y las aguas costeras más cálidas a causa del cambio climático, combinadas con una creciente población de adultos mayores, pueden provocar que las infecciones se dupliquen para 2060, advirtió un estudio publicado en Scientific Reports a principios de este año.

"La distribución de Vibrio está determinada en gran medida por la temperatura", dijo Tracy Mincer, profesora asistente de la Florida Atlantic University. "Cuanto más cálidas son las aguas, más favorables son para ellas".

En el este de Estados Unidos las infecciones han aumentado ocho veces en un período de 30 años hasta 2018, a medida que el rango geográfico de infecciones se desplazó hacia el norte aproximadamente 30 millas por año, según el estudio, que fue citado en un aviso de salud de los CDC de septiembre.

El aviso tenía como objetivo que los médicos fueran más conscientes de la bacteria al tratar heridas infectadas que hubieran ocurrido en aguas costeras. Las infecciones también pueden surgir al comer mariscos crudos o poco cocidos, particularmente ostras, advirtió. Eso puede causar síntomas tan comunes como diarrea y tan graves como infecciones del torrente sanguíneo y lesiones cutáneas con ampollas graves.

Nueva York y Connecticut también emitieron este verano advertencias sanitarias sobre el riesgo de infección. No es el primer año que estos dos estados registran casos.

"Hay muy pocos casos, pero cuando ocurren, son devastadores", afirmó Paul A. Gulig, profesor del Departamento de Genética Molecular y Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Florida.

“Un accidente de la naturaleza”

Vibrio tiene más de 100 cepas, incluida la bacteria que causa el cólera, una enfermedad que provoca decenas de miles de muertes en todo el mundo cada año.

A la cepa V. vulnificus le gustan las aguas cálidas cercanas a las costas, donde la salinidad no es tan alta como en mar abierto. A diferencia de otras cepas de Vibrio, no tiene ningún mecanismo para propagarse entre humanos.

Se encuentra en las ostras porque los moluscos se alimentan filtrando el agua, lo que significa que la bacteria puede concentrarse en la carne de las ostras. Puede entrar en humanos que nadan en aguas saladas o salubres a través del más mínimo corte en la piel. Las infecciones se tratan con antibióticos y, si es necesario, con cirugía.

"Es casi un accidente de la naturaleza", dijo Gulig. "Tienen todos estos factores de virulencia que los hacen realmente destructivos, pero nosotros no somos parte del ciclo de vida de este gérmen".

Una vez dentro del cuerpo humano, las bacterias se reproducen.

Los científicos no creen que las bacterias coman carne, a pesar de cómo se las describe a menudo. Más bien, las enzimas y toxinas secretadas por la bacteria a medida que se multiplica descomponen el tejido humano en el área debajo de la piel, causando necrosis o muerte de las células del tejido.

La infección se propaga como la pólvora, afirmó Gulig, por lo que la detección temprana es fundamental.

"Si tomas un bolígrafo y marcas dónde está el borde del enrojecimiento y luego lo miras dos o cuatro horas después, el enrojecimiento se habrá movido", explicó Gulig. "Casi puedes sentarte allí y ver cómo se expande".

Los investigadores han realizado estudios sobre la bacteria, pero el pequeño número de casos y muertes dificulta la obtención de financiación, afirmó Gulig. Dijo que se enfocó en otras áreas de investigación por la falta de dinero.

Pero el creciente interés en la bacteria ha llevado a hablar de nuevas investigaciones en el Instituto de Patógenos Emergentes de su universidad.

Examinar la secuencia del genoma de la bacteria y compararla con la de las cepas de Vibrio que no atacan la carne humana podría arrojar información sobre posibles fármacos que interfieran con ese proceso, dijo Gulig.

Conmoción y pérdida

Dentro del quirófano del HCA Florida Citrus, los únicos signos de infección de King estaban bajo su rodilla. El cirujano abrió esa zona y comenzó a cortar una masa de carne muerta de color rojo brillante.

Con la esperanza de salvar la mayor parte posible de la pierna, el médico primero amputó por debajo de la rodilla.

Pero la bacteria se había extendido más de lo que esperaban los médicos. Tuvo que realizarse una segunda amputación, esta vez a 5 pulgadas por encima de la rodilla.

Después de la cirugía, King permaneció en cuidados intensivos durante cuatro días con sepsis, una reacción a una infección que puede provocar que los órganos fallen.

Su hijo estaba allí cuando despertó. Fue quien le dijo que había perdido la pierna, pero que estaba demasiado mareada por los medicamentos para asimilarlo.

No fue hasta que la transfirieron a un hospital de rehabilitación en la cercana Brooksville, administrado por Encompass Health, que se dio cuenta de la pérdida.

King, ex técnico en protección radiológica, siempre había sido autosuficiente. La idea de necesitar una silla de ruedas, de depender de otros: sentía como si hubiera perdido parte de su identidad.

Una mañana no podía dejar de llorar. “Me golpeó como una tonelada de ladrillos”, dijo.

Seis miembros diferentes del personal de rehabilitación le dijeron que necesitaba reunirse con el psicólogo consultor del hospital. Pensó que no necesitaba ayuda, pero finalmente cedió y se reunió con Gerald Todoroff.

En cuatro sesiones con King, dijo, trabajó para redirigir su percepción de lo sucedido. La amputación no es lo que eres, sino lo que aprenderás a afrontar, le dijo. Tu vida puede ser tan plena como desees.

“Fueron palabras mágicas que me hicieron sentir como una persona nueva”, dijo King. “Me atravesaron como música”.

La fisioterapia también la hizo avanzar. Aprendió a permanecer de pie por más tiempo sobre la pierna que le quedaba, a usar su silla de ruedas y a maniobrar para entrar y salir de un automóvil.

Ahora, de vuelta en su comunidad de Homosassa, en la costa del Golfo, esas habilidades se han convertido en una rutina. Su esposo, Jim, ex trabajador de una compañía petrolera y carpintero, construyó una rampa de acceso de concreto y madera tratada a presión para su casa de un solo piso.

Pero está decidida a caminar con la ayuda de una prótesis de pierna. Es la motivación para un régimen de fisioterapia de una hora que realiza sola todos los días, además de sesiones dos veces por semana con un fisioterapeuta.

La recuperación todavía parece un viaje, pero marcado por el progreso. Ha apodado a su "muñón" Peg. Ahora se siente cómoda compartiendo fotografías de su pierna antes y después.

Y su misión es hablar sobre lo sucedido para que más personas sepan sobre el peligro.

"Esto es lo más horrible que le puede pasar a cualquiera", dijo. "Pero me sentaba y pensaba: 'Dios te puso aquí por una razón: tienes más cosas que hacer'".

Síntomas de infección:

  • Diarrea, a menudo acompañada de calambres estomacales, náuseas, vómitos y fiebre.
  • Las infecciones de las heridas causan enrojecimiento, dolor, hinchazón, calor, decoloración y secreción. Pueden propagarse al resto del cuerpo y causar fiebre.
  • Las infecciones del torrente sanguíneo causan fiebre, escalofríos, presión arterial peligrosamente baja y lesiones cutáneas con ampollas.

Para protegerse contra las infecciones por Vibrio:

  • Manténte alejado del agua salada o salubre si tienes una herida o una cirugía, perforación o tatuaje reciente.
  • Cubre las heridas con una venda impermeable si pudieran entrar en contacto con agua de mar o mariscos crudos o poco cocidos y sus jugos.
  • Lava bien las heridas y cortes con agua y jabón después del contacto con agua salada, agua salubre, mariscos crudos o sus jugos.

Quién está más en riesgo:

Cualquiera puede desarrollar una infección en la herida. Las personas con enfermedades hepáticas, cáncer o diabetes, y las personas mayores de 40 años o con sistemas inmunitarios debilitados tienen más probabilidades de desarrollar una infección y tener complicaciones graves.


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