La dieta basada en plantas y el manejo de la diabetes
Un corpus cada vez más grande de estudios muestran que alternativas naturales pueden ser aliadas sólidas en la lucha contra la diabetes tipo 2. Los patrones nutricionales basados en plantas, que incluyen legumbres, semillas, granos enteros, vegetales, frutas y frutos secos, y excluyen la mayoría, sino todos, los productos animales, son la estrategia.
La dieta basada en plantas impacta en múltiples mecanismos que potencialmente pueden mejorar la resistencia a la insulina, incluida la promoción de un peso corporal saludable, incremento de fibra y fitonutrientes, interacciones entre alimentos y microbioma (microbios del tracto intestinal), y baja en las grasas saturadas.
La diabetes tipo 2 es un problema de salud pública global. Se estima que más de 420 millones de personas viven con esta afección. En los Estados Unidos 34.2 millones de personas viven con diabetes tipo 2, y 88 millones tienen prediabetes.
En Latinoamérica se estima que son 32 millones de adultos, y se proyecta que la prevalencia aumente hasta 55% en los próximos 25 años. El diagnóstico precoz y el inicio del tratamiento son de suma importancia en esta población debido a la alta prevalencia de factores de riesgo como la obesidad y el síndrome metabólico.
Las opciones dietéticas son un factor clave de la resistencia a la insulina, especialmente en una población más sedentaria y que envejece. Se cree que el aumento en el consumo de alimentos ricos en calorías, incluidas las comidas rápidas, las carnes y otras grasas animales, los cereales muy refinados y las bebidas azucaradas, desempeñan un papel fundamental en el incremento de las tasas de diabetes tipo 2 en todo el mundo.
El Adventist Health Study 2 examinó la prevalencia de enfermedades por diferentes patrones de alimentación en un grupo de 61,000 personas; y concluyó que la prevalencia de diabetes tipo 2 disminuía gradualmente con cada reducción de productos animales en la dieta: del 7,6 % en no vegetarianos, a 6,1% en semivegetarianos, 4,8% en pesco-vegetarianos, 3,2% en ovolactovegetarianos, y 2,9% en veganos.
En relación con la resistencia a la insulina, los estudios del metabolismo y la evidencia epidemiológica sugieren que el tipo de grasa en la dieta (por ejemplo, saturada, poliinsaturada o monoinsaturada) es muy relevante. Las grasas saturadas y las grasas trans aumentan el riesgo de desarrollar diabetes; además, en pacientes que viven con diabetes, las grasas saturadas están realmente asociadas con una mayor mortalidad cuando reemplazan a los carbohidratos en la dieta.
Expertos agregan que adoptar una dieta basada en plantas no solo mejoran los resultados de la diabetes tipo 2 sino también reduce el riesgo de otras afecciones como el cáncer y los trastornos metabólicos.
La prevención, y el diagnóstico, junto con intervenciones tempranas en las cuales las modificaciones en los hábitos nutricionales son clave, pueden mejorar sustancialmente los resultados en la diabetes tipo 2.
Las condiciones socioeconómicas en Latinoamérica presentan varios desafíos de salud pública para el cuidado de la diabetes, como la baja conciencia de la enfermedad; diagnóstico inadecuado; bajo tratamiento y medidas preventivas; y acceso limitado a los establecimientos de salud. El diagnóstico a menudo se retrasa ya que la prevalencia de pacientes no diagnosticados oscila entre el 10,3% y el 50%.
El acceso al tratamiento también es un desafío importante: menos del 50% de los pacientes que reciben tratamiento alcanzan sus objetivos glucémicos. Además, las complicaciones relacionadas con la diabetes predominan en más del 80% de los pacientes con diabetes tipo 2 en la región.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.
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