Qué cuidados debes tomar si tienes insuficiencia renal
Una insuficiencia renal ocurre cuando los riñones pierden la capacidad de eliminar desechos y equilibrar fluidos.
Aquí repasamos cuándo ocurre esta afección, cuáles son sus causas y síntomas, cómo tratarla y qué hacer para prevenirla.
¿Qué es la insuficiencia renal?
La insuficiencia renal es un daño transitorio o permanente en los riñones, que dificulta o imposibilita la capacidad para eliminar desechos y equilibrar los fluidos en el cuerpo.
Diferentes enfermedades y afecciones pueden favorecer el desarrollo de una insuficiencia renal:
- Estar hospitalizados, especialmente en cuidados intensivos.
- Ser mayor de edad.
- Sufrir daño directo sobre los riñones.
- Tener diabetes, enfermedades hepáticas o renales, insuficiencia cardíaca, presión arterial alta, o cáncer.
Entre los principales síntomas de insuficiencia renal se encuentran:
- Debilidad.
- Desorientación
- Disminución del volumen de orina excretado.
- Dolor en el pecho.
- Falta de aire.
- Fatiga.
- Náuseas.
- Retención de líquido (que se traduce en hinchazón de piernas, tobillos o pies).
- Ritmo cardíaco irregular.
- En casos adversos pueden ocurrir convulsiones o coma.
Dieta para la insuficiencia renal
Un alimentación saludable es fundamental para mantener los niveles de electrolitos, líquidos y minerales en equilibrio, prevenir la descomposición de los tejidos y facilitar la función renal.
Al momento de organizar una dieta deberás determinar cómo obtener energía a partir de los principales nutrientes: carbohidratos, proteínas, y grasas.
Carbohidratos
Los carbohidratos se dividen en dos grandes grupos: los simples y los complejos. A los primeros se los suelen llamar "malos" porque son de rápida absorción y proporcionan energía inmediata, mientras que a los segundos se los considera "buenos" porque tardan en ser absorbidos.
Sin embargo, muchos nutricionistas explican que esa categorización no es correcta, ya que ambos son necesarios para una alimentación equilibrada.
Grasas
A las grasas solemos atribuirles connotaciones negativa, pero en realidad son una gran fuente de energía y ayudan al cuerpo a absorber vitaminas.
Una buena forma de aprovechar sus bondades y evitar sus consecuencias es optar por las variantes saludables, como aceite de oliva extra virgen, de canola, cártamo o coco.
Proteínas
Se pueden obtener de fuentes animales o vegetales, aunque la de los primeros son de mayor calidad gracias a su rico nivel de aminoácidos esenciales.
Cuidado: las proteínas en exceso se han vinculado con la progresión de la enfermedad renal, por lo que se aconseja reducir el consumo diario a 100 g.
Consulta a un nutricionista para armar tu dieta y obtener esa energía de otros nutrientes, como los carbohidratos o grasas.
Minerales para tener en cuenta
- Potasio: a este mineral se lo suele reconocer como beneficioso, ya que actúa como vasodilatador. Sin embargo, en exceso puede afectar el ritmo cardíaco y empeorar la condición de los pacientes con insuficiencia renal. Modera el consumo de potasio disminuyendo la ingesta de alimentos como bananas, espinacas o aguacates.
- Sodio: la sal es un gran enemigo para las personas con insuficiencia renal, ya que puede provocar retención de líquidos. Limita su uso al momento de cocinar y presta mucha atención a las etiquetas de los productos que compras para conocer su contenido de sodio.
Qué comer y qué evitar
Además de limitar la ingesta de proteínas, infórmate sobre los datos nutricionales de los alimentos que consumes consultando sus etiquetas.
Las comidas procesada, refinadas, fritas o azucaradas pueden tener efectos perjudiciales para la salud, especialmente si padeces insuficiencia renal.
- Incorpora: frutas, como bayas, ciruelas, manzanas, peras, piña, sandía o uvas, carne magra, y vegetales, como apio, berenjenas, brócoli, calabaza, lechuga, pimientos o zanahorias.
- Evita o limita: bebidas azucaradas o energizantes, productos altos en sodio, cereales azucarados, carne procesada, como salchichas o tocino, en conserva, en cecina, seca, en lata, y preparaciones o salsas a base de carne, frutas como naranjas o kiwis, y vegetales, como espárragos, papas, o tomates y sus salsas.
Líquidos
Aunque en las fases iniciales de insuficiencia renal no es necesario llevar un control exhaustivo de líquido que incorporamos, si la enfermedad empeora será necesario vigilarlo. Este puede acumularse en el organismo, y, por ejemplo, dificultar la respiración.
Los profesionales recomiendan usar vasos o tazas más pequeñas para controlar la ingesta de líquidos, y tener en cuenta las frutas y vegetales ricos en agua que consumimos.
Importante
Si padeces insuficiencia renal, es necesario consultar a un profesional de la salud o nutricionista para que realice un diagnóstico y determine que alimentos son los mejores para que obtengas los nutrientes esenciales.
Recuerda, no existe una dieta universal para la insuficiencia renal, ya que cada organismo es distinto y se ve influenciado por diferentes factores.
Otros consejos
Una buena forma convivir con la insuficiencia renal es tomando los siguientes cuidados:
- Chequeos médicos: controla tus problemas renales y consulta al médico ante cualquier síntoma preocupante. También es importante realizar un seguimiento de otras afecciones que pueden favorecer o empeorar la insuficiencia renal, como la diabetes o hipertensión.
- Cuidado con los analgésicos de venta libre: en exceso, estos fármacos pueden provocar daño en los riñones, o agravar una enfermedad renal preexistente, diabetes o hipertensión.
- Estilo de vida saludable: además de cuidar tu alimentación, una mejor forma de sobrellevar la insuficiencia renal es incorporando otros hábitos sanos que ayudan a mantener el organismo fuerte, como realizar ejercicios a diario, dormir correctamente en horarios regulares y mantener el estrés alejado o bajo control.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales.
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