Demencia vascular: qué es y cómo se previene
Se conoce como demencia vascular a la pérdida gradual y permanente del funcionamiento cerebral.
Es causada por una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares (ACV) durante un período de tiempo prolongado. Estos reducen el flujo sanguíneo a varias regiones del cerebro, privándolas de oxígeno y nutrientes. La demencia vascular es la segunda causa más común de demencia, después del Alzheimer, y afecta la memoria, pensamiento, lenguaje, juicio y comportamiento. Aquí puedes conocer esta afección en detalle.
Cuáles son los síntomas de la demencia vascular
La demencia es un síndrome, es decir, un grupo de signos y síntomas que se caracterizan por la alteración cognitiva, llevando a una pérdida de la autonomía y necesidad de ayuda o supervisión para desenvolverse y concretar actividades cotidianas.
Los expertos advierten que los síntomas de la demencia vascular pueden manifestarse gradualmente o progresar tras cada pequeño ACV. A su vez, estos síntomas dependerán del área del cerebro que se vea afectada. Entre los más comunes podemos encontrar:
- Cambios a nivel anímico, como perder el interés por realizar actividades que antes se disfrutaban.
- Cambios en el comportamiento y la personalidad.
- Dificultad para realizar tareas que solían ser fáciles, como aprender nueva información, llevar un registro de los gastos cotidianos, participar de juegos o utilizar dispositivos electrónicos.
- Extraviar objetos.
- Perderse o desorientarse en caminos o trayectos cotidianos.
- Pérdida de las destrezas y códigos sociales.
- Problemas para recordar nombres, lugares o fechas familiares.
A medida que la demencia empeora, la dependencia aumentará y las señales pueden ser más obvias:
- Agitación.
- Alejarse de los demás.
- Alucinaciones.
- Cambios en los patrones de sueño.
- Comportamiento violento.
- Delirios.
- Depresión.
- Hablar de forma confusa o no poder pronunciar las palabras correctamente.
- Imposibilidad de reconocer el peligro.
- Perder la noción de quién es uno, olvidando hechos de la vida personal.
- Problemas para leer o escribir.
- Problemas para realizar tareas básicas, como cocinar, elegir ropa, o manejar.
Factores de riesgo de la demencia vascular
A diferencia del Alzheimer, donde los factores de riesgo se adjudican a la edad, herencia familiar o genética, en la demencia vascular también se encuentran los mismos de la enfermedad cardíaca:
- Aterosclerosis: se produce cuando los depósitos de colesterol y otras sustancias (placas) se acumulan en las arterias y estrechan los vasos sanguíneos. La aterosclerosis puede aumentar el riesgo de sufrir demencia vascular al reducir el flujo sanguíneo que nutre al cerebro.
- Diabetes: los altos niveles de glucosa en sangre dañan los vasos sanguíneos del cerebro, aumentando el riesgo de ACV y demencia vascular.
- Edad: la demencia vascular es poco frecuente antes de los 65 años, mientras que aparece con más frecuencia hacia los 90 años.
- Fibrilación auricular: es el ritmo cardíaco anormal, cuando las cámaras superiores del corazón comienzan a latir de forma rápida e irregular sin coordinación con las cámaras inferiores. La fibrilación auricular aumenta el riesgo de tener ACV, ya que genera la formación de coágulos de sangre en el corazón que se pueden romper y llegar a los vasos sanguíneos del cerebro.
- Historia clínica: si has tenido ataques cardíacos o ACV, puedes tener mayor riesgo de presentar problemas en los vasos sanguíneos del cerebro, y, por consiguiente, de sufrir demencia vascular.
- Niveles altos de presión arterial: somete a los vasos sanguíneos a un exceso de estrés en todo el cuerpo, incluido el cerebro. Esto aumenta el riesgo de tener demencia vascular.
- Niveles elevados de colesterol: la presencia de colesterol "malo" en sangre suele asociarse con un aumento del riesgo de tener demencia vascular.
- Obesidad: es un factor de riesgo conocido para las enfermedades vasculares en general y, por lo tanto, se presume que aumenta el riesgo de tener demencia vascular.
- Tabaquismo: daña de forma directa los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de presentar aterosclerosis y otras enfermedades circulatorias, entre las que se incluye la demencia vascular.
Cómo prevenir la demencia vascular
Los investigadores explican que no existe ningún tratamiento para reparar el daño que provocan en el cerebro los pequeños ACV responsables de la demencia vascular.
Por ello, la mejor forma de combatir esta afección es controlando los síntomas y corrigiendo los factores de riesgo, para prevenir futuros accidentes. Puedes lograr esto con los siguientes consejos:
- Controla el peso: el sobrepeso y la obesidad se encuentran entre los factores más importantes para prevenir los ACV y otras condiciones que favorecen su aparición, como problemas cardiovasculares o diabetes. Junto con una buena alimentación, abandonar el sedentarismo y realizar actividad física es fundamental.
- Controla los niveles de presión arterial (menos de 140/90 mm/Hg) y colesterol "malo" (menos de 70 mg/dL): desatender estas condiciones puede favorecer el daño de los vasos sanguíneos y la obstrucción de las arterias.
- Lleva una dieta saludable: procura incorporar mucha frutas, vegetales, semillas, granos y pescado o carnes magras, a la vez que reduces o evitas los alimentos grasos, azucarados, fritos o procesados.
- No fumes: entre los diferentes daños que provoca este vicio se encentra la obstrucción de los vasos sanguíneos.
- Reduce el consumo de alcohol: aunque tomar un trago por día no es nocivo, cuando se vuelve un hábito y se lo consume en exceso el alcohol puede elevar la tensión arterial y generar reacciones en el funcionamiento del organismo que favorezcan la aparición de un ACV.
Otras consideraciones
Es importante que si alguien en casa tiene demencia vascular se le ayude a manejar la confusión, agitación y problemas de sueño y comportamiento.
También se deben quitar los objetos que representen un peligro para su seguridad o adaptar ciertas habitaciones para evitar cualquier peligro.
Actualmente, no existe evidencia que muestre que usar medicamentos para tratar el Alzheimer sea efectivo contra la demencia vascular.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de la Salud Mental, Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares.
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