Alergia al moho, a la caspa de animales y al polvo
Aunque estos alérgenos son característicos de los espacios interiores, las personas alérgicas a estas sustancias pueden implementar varias medidas para reducir las reacciones. Con limpieza profunda y periódica y el reemplazo de ciertos materiales que acumulan fácilmente los alérgenos, la prevención puede minimizar los procesos alérgicos.
Aspectos generales
¿Qué es?
Hay personas que luego de exponerse al moho, a ciertos animales o al pelo de los animales, al polvo u a otras sustancias sufren una reacción alérgica. Estas sustancias se encuentran con frecuencia en el interior de los hogares o lugares cerrados y sólo afectan a una minoría.
¿Cuáles son las causas?
La alergia es una reacción exagerada del sistema inmunitario ante la presencia de ciertas sustancias o alérgenos, que para muchas personas son inofensivos.
Al inhalar o exponerse a un alérgeno, el sistema inmunitario del alérgico reacciona y libera histamina y otros químicos. Esto puede producir picazón, inflamación, producción de mocos y, en los casos más graves, ronchas y erupciones, entre otros síntomas.
Debido a que la mayoría de los alérgenos ambientales tienen contacto con la piel o con los ojos, o son inhalados, la mayoría de los alérgicos presenta síntomas que afectan la piel, los ojos o las vías respiratorias.
En los ambientes externos, también se pueden presentar reacciones alérgicas ante el moho, la caspa y el pelo de los animales, y el polvo.
¿Cuáles son las sustancias alérgenas más comunes?
- Moho: Durante todo el año, el aire que respiramos transporta las esporas del moho. No obstante, el moho es más común en espacios interiores húmedos, como los sótanos, los baños o los lavaderos. También, el moho puede estar presente en ciertos objetos como: telas, tapetes, animales disecados, libros o el empapelado de las paredes. En los espacios externos, el moho puede estar en la tierra, los abonos y sobre las plantas húmedas.
- Animales: Aunque la mayoría cree que la alergia es provocada por los animales, en la mayoría de los casos, no son ni la piel ni las plumas lo que provocan las reacciones alérgicas. Lo que provoca una reacción alérgica son las pequeñas escamas de piel o caspa que desprenden los animales habitualmente. También, hay personas que son alérgicas a la saliva de algunos animales. Los gatos, por ejemplo, contienen en la saliva una proteína que puede causar alergia. El contacto con la saliva de un animal se produce cuando la mascota lame a su dueño o a otra persona o si se toca un objeto que ha sido mordido por el animal. Los perros también pueden desencadenar una reacción alérgica a través de la saliva. Las mascotas más pequeñas, como los conejos, hamsters, ratones y los conejillos de Indias provocan reacciones alérgicas a través de la orina. Asimismo, la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI, su sigla en inglés) explica que hay personas que tienen una reacción alérgica ante la orina de ciertos animales y a los excrementos de las cucarachas, que son unos de los disparadores principales del asma, especialmente en los niños que viven en los barrios urbanos con gran densidad de población.
- Polvo: el polvo del interior de los hogares contiene partículas microscópicas de polen, moho, fibras de ropa y telas, detergentes e insectos microscópicos. Los ácaros del polvo son la principal causa de la alergia al polvo. Estos insectos se encuentran en las sábanas, los acolchados, frazadas, colchones comunes y de resortes.
Con menor frecuencia, hay personas que son alérgicas al humo, los vapores industriales, los productos de limpieza, el tabaco, el polvo y los detergentes para lavar la ropa.
Síntomas
Según la AAAAI, hay personas que experimentan síntomas inmediatamente después de tener contacto con un alérgeno. Otras personas, pueden empezar con síntomas leves y convertirse en severos entre las ocho y doce horas posteriores a haber tenido contacto con al alérgeno.
Los síntomas más comunes son:
- Tos
- Problemas para respirar
- Aparición de manchas rojas o ronchas
- Picazón en la nariz, garganta o piel
- Erupciones cutáneas
- Enrojecimiento de los ojos
- Secreción de la nariz
- Presión sinusal
- Estornudos
- Ojos llorosos
- Sibilancias
Diagnóstico
Para determinar la causa que provoca la alergia, el médico le pedirá un historial de los síntomas. También, para identificar los alérgenos, podrá realizar una prueba de alergias. La prueba más utilizada es la cutánea.
Otra forma de determinar los alérgenos es hacerse una prueba de radioalergoadsorción (RAST, su sigla en inglés). Este examen de sangre analiza la existencia de anticuerpos IgE contra un alérgeno específico.
Tratamiento
El tratamiento más efectivo para reducir las reacciones alérgicas es el preventivo. Al evitar la exposición o el contacto con el moho, la caspa y el polvo se minimizarán las reacciones.
En los casos en que no es posible evitar el contacto con esas sustancias, se puede optar por la inmunoterapia y aplicarse las vacunas antialérgicas.
A medida que el sistema inmunitario se vuelve más resistente y menos sensible al alérgeno, la alergia puede disminuir o desaparecer. Aunque en la mayoría de las personas, la alergia persiste durante la mayor parte de la vida.
Prevención en el hogar
¿Cómo reducir la exposición al moho?
- Eliminar la humedad en las habitaciones, mantener los ambientes secos. Si es necesario, utilizar un deshumidificador.
- Desechar los objetos mohosos, como libros, juguetes y zapatos.
- Elegir vestimenta y muebles de tejidos y materiales sintéticos, cuando sea posible.
- Limpiar los baños, sótanos y muebles con hipoclorito diluido u otras soluciones desinfectantes.
¿Cómo reducir la exposición al polvo?
- Cubrir los colchones y las almohadas con cobertores a prueba de ácaros.
- Una vez por semana lavar la ropa de cama y las almohadas con agua caliente (a 130º a 140 º F / 54.4º- 60º C).
- Evita los muebles tapizados. Es conveniente tener muebles de otros materiales como la madera, el cuero o el vinilo.
- Mantener el aire interior seco. Reducir la humedad por debajo del 50%.
- Cada semana, limpiar el polvo con una tela húmeda y pasar la aspiradora con filtro HEPA (filtros de partículas de alta eficiencia).
- Reemplazar los pisos de alfombra por madera u otro piso duro.
- No dejar los muñecos de peluche sobre las camas y lavarlos semanalmente.
- Optar por persianas enrollables en lugar de persianas de tablillas o cortinas de tela.
- Ordenar y limpiar los armarios periódicamente y mantener siempre las puertas cerradas.
¿Cómo reducir la exposición a la caspa de los animales?
Tal como explica la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, “no existen razas de gatos o perros que sean hipoalergénicas”. En los casos de personas alérgicas a los animales, la AAAAI recomienda: “es mejor sacar a la mascota de la casa y evitar el contacto. No obstante, dejar al animal afuera de la casa es una solución parcial, ya que las casas con mascotas tienen en el jardín altas concentraciones de alérgenos animales”.
Si la mascota permanece en el interior del hogar, las personas alérgicas deben minimizar el contacto y mantener a los animales fuera de los dormitorios u otras habitaciones donde pase mucho tiempo.
Las personas que están pensando comprarse una mascota, es conveniente que antes realicen una visita al alergista, para confirmar o descartar la alergia a los animales.
Es probable que sea necesario que las personas que son alérgicas a los animales eviten tener mascotas. De lo contrario, mantenga las mascotas afuera, de ser posible. Si se permiten las mascotas en espacios interiores, manténgalas fuera de las alcobas, lejos del mobiliario tapizado y de las alfombras. El baño y aseo frecuente de la mascota (preferiblemente por parte de alguien que no sea alérgico al animal) puede ayudar.
La alergia a los animales también puede incluir la lana, la cual puede contener cantidades diminutas de caspa (piel).
Fuente: Medline Plus / Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos
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