Alergia. Qué es, causas, prevención y tratamientos
Se estima que el porcentaje de personas que sufren algún tipo de alergia en el mundo ha aumentado significativamente en los últimos 50 años; casi el 50% de los niños presenta algún tipo de alergia a un tipo de alimento, insecto, fármaco, animal o sustancias vegetales.
A pesar de que todo el mundo puede desarrollar una alergia, el hecho de tener familiares con alergia aumenta el riesgo de desarrollarla.
¿Qué es la alergia?
La alergia es una reacción anormal del sistema inmunológico hacia determinadas sustancias, denominadas “alérgenos”.
En los Estados Unidos, entre 40 y 50 millones de personas sufren de alguna enfermedad alérgica, según la Academia Nacional de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI, su sigla en inglés). Además, se estima que en cada hogar existen al menos seis alérgenos o sustancias que provocan una reacción.
Causa y síntomas
Al entrar los alérgenos en contacto con el cuerpo, el organismo los identifica como “invasores” y reacciona liberando anticuerpos IgE (Inmunoglobulina E). Algunos de estos anticuerpos protegen al organismo de ciertos invasores “no deseados” que podrían provocar una infección o enfermedad.
Pero en las personas alérgicas, el sistema inmunológico libera anticuerpos ante ciertos alérgenos, porque considera que pueden ser peligrosos, aunque en realidad no lo son.
Entre los síntomas más comunes, las reacciones alérgicas pueden provocar goteos nasales, estornudos, picazón, sarpullidos, edema (hinchazón) y asma, explica el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades.
Entre las reacciones alérgicas graves, una de las más preocupantes es la anafilaxia. Cada año, 40 personas mueren por esta causa en los Estados Unidos. Por lo general, es causada por comidas, picaduras de insectos y medicamentos.
Tratamiento
La alergia no tiene cura. Sin embargo, a través de ciertos tratamientos y conductas, se puede reducir la cantidad de reacciones. La Clínica Mayo describe los siguientes tratamientos:
- Evitar los alérgenos. Con la ayuda del médico, se pueden identificar y prevenir las sustancias que provocan una reacción. Éste es uno de los pasos principales en la prevención de las reacciones alérgicas.
- Medicamentos para atenuar los síntomas. La medicación para la alergia puede reducir la reacción del sistema inmune y aliviar los síntomas. Las drogas que indique el médico dependerán de las sustancias que provocan la reacción. Pueden indicarse medicaciones orales, sprays nasales o gotas oftálmicas. Algunas medicaciones pueden incluir: corticoesteroides, antihistamínicos, descongestivos, cromoglicato sódico y modificadores de leukotriene.
- Inmunoterapia. Para las alergias severas o para aquellos casos que no experimentaron mejoras con otros tratamientos, los médicos pueden recomendar vacunas (inmunoterapia). Este tratamiento incluye una serie de inyecciones de extractos de alérgenos purificados, que se administran generalmente durante un período de tiempo durante algunos años.
- Epinefrina de emergencia. A las personas con alergia severa el médico les puede indicar que lleven consigo una inyección de epinefrina, para administrarse en caso de emergencia. Las inyecciones de epinefrina pueden reducir los síntomas hasta llegar a un hospital y recibir un tratamiento de emergencia.
Remedios caseros
- Congestión nasal y síntomas de fiebre de heno: pueden mejorar con un lavaje nasal con solución salina. Se puede usar un “neti pot”, que tiene una perilla de goma para extraer la mucosidad y los irritantes de la nariz.
- Reductor “casero” de los alérgenos del aire: como los ácaros o la caspa de los animales. Se pueden reducir con ciertas conductas como lavar la ropa de cama y los juguetes de peluche en agua caliente, mantener la humedad a nivel bajo, usar regularmente una aspiradora con un filtro fino (preferentemente usar el filtro HEPA de alta eficiencia) y reemplazar las alfombras por pisos.
- Síntomas de la alergia al moho pueden reducirse evitando trabajar al aire libre cuando el clima está húmedo, usando una máscara de polvo si no se puede evitar permanecer en el exterior y cerrando las ventanas a la noche.
Pruebas de alergia
Para determinar los alérgenos a los que una persona es alérgica, el médico puede realizar los siguientes análisis:
- Test de la piel. Para la mayoría de las personas, los exámenes de piel son la forma más efectiva y menos costosa para confirmar los alérgenos. Hay dos tipos de examen de piel. En la primera, se aplica una gota del posible alérgeno sobre la piel y luego se introduce una pequeña aguja a través de la gota.
Si la persona es alérgica a la sustancia, la piel se enrojecerá, inflamará y picará en el lugar donde se realizó el test, durante 20 minutos. También, alrededor del lugar donde se realizó el test, la piel podrá irritarse, como si hubiera sufrido una picadura. Comúnmente, cuanto más grande es la zona que se irrita, mayor es el sensibilidad de la persona hacia ese alérgeno.
- Parches: Se utiliza para confirmar si una persona tiene dermatitis de contacto. El médico coloca sobre la piel una pequeña cantidad de un posible alérgeno y lo cubre con una venda. Después de 48 horas, observará si hay reacción.
- Análisis de sangre: son usados también en los casos en que las personas tienen una condición en la piel o toman medicinas que interfieren con los análisis cutáneos de alergia. El médico tomará una pequeña muestra de sangre y lo enviará al laboratorio, donde se agregará el alérgeno y luego se medirá la cantidad de anticuerpos que la sangre produce para atacar a los alérgenos.
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