Cómo prevenir la enfermedad alérgica

La enfermedad alérgica es definida por la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología como una condición crónica que involucra una reacción anormal por parte del sistema inmune a sustancias ordinarias que no son dañinas, llamadas alérgenos. 

Alérgenos comunes

Algunos de los alérgenos más comunes son el polen, el polvo de casa y alimentos como el pescado, el huevo o las nueces.

Desde hace algunos años se ha notado un incremento en la incidencia de enfermedades alérgicas como el asma, la rinitis alérgica y la dermatitis atópica.

En el año 2010 se reportó que 18.7 millones de adultos padecían asma en Estados Unidos de América mientras que en los niños se reportaron cerca de 7 millones. 

Con una mejor comprensión de los procesos involucrados en las enfermedades alérgicas y un interés en encontrar la respuesta del aumento en su incidencia.

Se ha encontrado que los genes y la exposición del cuerpo a factores externos como el ambiente de microbios que viven alrededor, el clima y su alrededor en general pueden afectar la reacción de las células a algunos componentes como los alérgenos.

Teoría de la Higiene

De esta manera surgió un término denominado “teoría o hipótesis de la higiene”. 

Esta teoría ha ayudado a conocer e investigar más acerca de los orígenes de las enfermedades y en casos como el asma se ha encontrado que la respuesta ante una eliminación de parásitos puede asociarse a una respuesta exagerada de las células llamadas eosinófilos.

Con este tipo de teorías se ha creado una idea de tratamiento que pueda generar una reacción similar a los componentes de algunos microorganismos para tratar enfermedades autoinmunes como las alergias o el síndrome de intestino irritable.

Si bien no se podría recomendar a la población que se exponga a agentes que puedan causar alguna infección para desarrollar un sistema inmune; sí sería conveniente desarrollar más estudios e investigaciones que puedan encontrar tratamientos más efectivos para las enfermedades inmunes, lo cual es un paso indispensable para mejorar las condiciones de enfermedades alérgicas o autoinmunes.