Mindful Eating, ¿de qué se trata?
Estar "presente y consciente" sobre lo que comes y bebes puede marcar una gran diferencia en tu salud y bienestar, señala el principio básico del Mindful Eating. ¿Has escuchado sobre este término? ¿Sabes de qué se trata?
El mindfulness o conciencia plena es una técnica de autoayuda y meditación que es furor en todo el mundo. Consiste en escanear y recorrer mentalmente el cuerpo y concentrarse en lo que se conoce como atención plena. Esto, aplicado a los hábitos alimenticios, es "comer atentamente". Se trata de prestarle atención a lo que se está comiendo sin tener ningún pensamiento sobre el pasado y el futuro. También se trata de notar cómo sabe la comida y qué nutrientes tiene.
Sin embargo, el Mindful Eating no es un enfoque basado en la dieta es más bien una práctica para elevar nuestra atención y conciencia sobre la alimentación, observando nuestros patrones de ingesta.
Comer mejor
Uno de los primeros pasos de la alimentación consciente es prestar atención a las razones que nos impulsan a comer. "Estar atento al comer puede ayudarte a perder peso si tiendes a picar una bolsa de papas fritas o un cartón de helado frente al televisor. Esta técnica también puede ayudarte a reducir el estrés y a pensar diferente sobre los alimentos", señaló a CNN Caroline Passerrello, dietista registrada y vocera de la Academia de Nutrición y Dietética.
Llevar un diario de alimentación puede ayudar a ser más conscientes si comemos en respuesta a nuestras emociones, es decir, por angustia, enojo, estrés, aburrimiento o realmente si es porque tenemos hambre.
Tomar una pausa antes de ingerir los primeros bocados puede ayudar también a estar más en sintonía con las señales de hambre.
"Para mejorar la atención plena, chequea contigo mismo antes de ingerir una comida o un refrigerio", dijo Passerrello. "Pregúntate, en una escala de 1 a 10, qué tan hambriento estás y cuando hayas terminado, ¿qué tan satisfecho estás? Un '10' es totalmente satisfecho y '1' es hambriento". La recomendación es no comenzar a comer totalmente hambriento ni terminar totalmente satisfecho. De eso se trata controlar lo que comemos.
La alimentación consciente nos ayuda también a comprender qué nutriente está faltando a nuestro cuerpo en un momento en particular. Por ejemplo, cuando sentimos un impulso repentino de tener un dulce, definitivamente no tenemos carbohidratos simples. Entonces, cuando aprendemos a pensar en nuestros alimentos, entendemos mejor nuestro cuerpo.
La alimentación consciente enseña a focalizar nuestra atención en:
- Por qué tienes ganas de comer y qué emociones o necesidades pueden estar desencadenando la alimentación.
- Que estás comiendo, y si es saludable o no.
- La apariencia, el aroma, el sabor y la textura de la comida que estás comiendo.
- Cómo te hace sentir la comida mientras la pruebas, a medida que la digieres y durante el día.
- Cuán satisfecho te sientes antes, durante y después de comer.
- Tus emociones durante y después de comer.
- De dónde vino la comida.
Ser consciente con tu alimentación puede beneficiar en gran medida a tu salud cuando aprendes a controlar el tamaño de las porciones y puedes identificar cuánta comida necesitas para saciar el apetito.
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