Cómo aprovechar todas las propiedades de las papas
La papa o patata (Solanum tuberosum) es uno de los principales alimentos en todo el planeta, posiblemente gracias a su versatilidad y fácil cultivo.
También, según muestran distintas investigaciones, es capaz de ofrecer muchos beneficios para la salud. Aquí puedes conocerlos y aprender a cocinarlas para aprovechar todos sus nutrientes.
La papa es un tubérculo perteneciente a la familia Solanaceae, originaria de la zona sur de Perú y norte de Bolivia. Existen registros de su domesticación que datan de hace 8.000 años.
Con la llegada de los conquistadores europeos a América, su consumo se extendió por el resto de los continentes.
Existen muchas variedades: blanca, negra, amarilla, canchán, colorada, paparuna, o rosada, entre otras.
Sin embargo, en la actualidad se han desarrollado miles de variedades, que a medida que aparecen otras con mayor rendimiento y adaptabilidad dejan de utilizarse.
Además de ser versátiles para preparar todo tipo de platillos, las papas son una gran fuente de nutrientes, como potasio, calcio, hierro, fósforo, vitamina A, B y C, y entre el 70 y 80% de su contenido es agua.
Gracias a esta composición, su consumo se vincula a muchos beneficios para la salud.
Digestiva
Las papas están compuestas predominantemente por carbohidratos, por eso, se aconseja moderar su consumo ya que en exceso pueden causar acidez.
Sin embargo, los carbohidratos son fáciles de digerir, por lo que se aconseja usar papas para alimentar a bebés o personas con problemas para procesar alimentos duros.
También son ricas en fibra, un compuestos fundamental para facilitar el tránsito de los alimentos, estimular la producción de jugos gástricos, aumentar el tamaño de las heces, regular las deposiciones y prevenir problemas gastrointestinales como estreñimiento. Nuevamente, cuidado, ya que en exceso puede provocar diarrea.
Previene problemas del corazón
Las papas son aliadas naturales del corazón, ya que tienen fibra, que ayuda a eliminar la presencia de colesterol "malo" en sangre, y potasio, un mineral que actúa como vasodilatador natural.
Ambos permiten reducir la tensión de los vasos sanguíneos y garantizar una correcta circulación, evitando problemas como ataques cardíacos o accidentes cardiovasculares.
Además del importante contenido en carbohidratos, minerales y fibra, las papas poseen luteína y zeaxtina, compuestos carotenoides beneficiosos para el corazón.
Sin embargo, su consumo en exceso puede alterar los niveles de glucosa en sangre y favorecer el sobrepeso u obesidad y afectar a las personas con diabetes. Recuerda sumarlas como complemento de una dieta equilibrada y sostenible.
Brinda protección a la piel
Fósforo, magnesio, potasio, vitamina C y B, todos son compuestos beneficiosos para la piel que podemos encontrar en las papas.
Desde la medicina tradicional se recomienda usar sus rodajas sobre la piel dañada, especialmente por quemaduras solares, o mezclar su pulpa cruda triturada con miel para preparar mascarillas.
También existen registros sobre su uso, o incluso el del agua que se utiliza para lavar su pulpa, para tratar la piel áspera y reseca, como la de los codos y talones.
Antiinflamatoria
Otro beneficio que podemos obtener de la combinación de vitamina C y B, potasio y otros compuestos antioxidantes de las papas es el de combatir la inflamación. Por ello, muchas veces se la señala como una opción ideal para las personas con gota o artritis.
Existen investigaciones que asociaron el consumo de papas con un menor desgaste de los tejidos conectivos. Además, por sus propiedades digestivas disminuye el riesgo de que el estómago o el intestino se inflamen.
Ayuda a cuidar la salud mental
Los investigadores informan que las papas son una gran fuente de carbohidratos, y por lo tanto de glucosa, antioxidantes, ácidos grasos Omega 3 y vitaminas. Todos estos compuestos son esenciales para mantener una buena función cognitiva.
Las papas también tienen hierro, que favorece la producción de glóbulos rojos, y, junto al potasio, que posee propiedades vasodilatadoras, estimula la circulación sanguínea y mantiene una buena oxigenación del cerebro.
Cómo cocinar la papa para aprovechar sus nutrientes
Puedes comer papas hervidas, fritas, horneadas o al vapor, cortada en rodajas, cubos, bastones o hecha puré. Sin embargo, para aprovechar todos su beneficios al máximo debes tener en cuenta estos consejos:
- No peles las papas: la piel proporciona protección contra la pérdida nutricional que sufre la papa, especialmente durante la cocción. Además, debajo de la cáscara se encuentran muchos de sus minerales, vitaminas y proteínas, por lo que, al pelarlas, corres riesgo de desecharlos.
- No la frías: puede que tengas predilección por cierta forma de cocinar las papas, pero lo cierto es que durante la fritura puede perder casi todo su contenido de vitamina C.
- Cocínalas al vapor o al horno: estas formas cocinarlas no solo permiten mantener la mayoría de sus nutrientes, también son excelentes para potenciar todo su sabor.
- Reduce la cocción: esto no quiere decir que debes comer la papa cruda o dura, sino que recurras a ciertos trucos, como hervir el agua antes de echarlas o colocar una tapa, para reducir el tiempo que le toma llegar a su punto. Durante la cocción la papa puede perder alguno de sus nutrientes. También elige aquellas de textura compacta, para que no se desarme.
Posibles efectos secundarios de la papa
Aunque las papas se muestran como opciones saludables para complementar la dieta, tienen un índice glucémico (medida que indica la rapidez con que un alimento puede elevar el nivel de azúcar en sangre) muy alto (80).
Por eso, se recomienda que las personas obesas, con sobrepeso que buscan controlar su peso o con diabetes, eviten o limiten su ingesta.
Esta advertencia también se extiende para las personas con problemas renales.
Los especialistas también señalan que la sustancia verde que se encuentra debajo de la piel de la papa y sus hojas pueden contener arsénico, chaconina o solanina, alcaloides cuya ingesta poder derivar en intoxicaciones.
Esto puede provocar dolor de cabeza, diarrea, náuseas, vómitos, reacciones alérgicas e incluso ser fatales.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.
Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.
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