¿Existe la diabetes tipo 3?
Una mala dieta y poco ejercicio podrían elevar tu riesgo de desarrollar diabetes tipo dos, sin embargo, algunos científicos creen que también podría hacerte más propenso a padecer "diabetes tipo tres", es decir, a desarrollar mal de Alzheimer y tal vez otras formas de demencia.
El mal de Alzheimer podría en realidad tratarse de una enfermedad metabólica en la que las células del cerebro tienen problemas para aprovechar la insulina, algo como una "diabetes cerebral", según lo hallado por científicos de la Universidad Brown, en Rhode Island.
"La insulina sirve para que las neuronas obtengan energía a partir de la glucosa, sin embargo, también juega un papel importante en el aprendizaje y la adquisición y mantenimiento de recuerdos", explica la Dra. Suzanne De la Monte, una de las autoras del estudio.
Para la investigación, la Dra. De la Monte y su equipo analizaron a un grupo de ratones, a los que les suministraron una sustancia que provocó que sus cerebros fueran incapaces de aprovechar la insulina.
"Al poco tiempo observamos que los ratones desarrollaban síntomas semejantes a los del Alzheimer, además, de que se volvieron incapaces de recordar o aprender", comenta la investigadora.
Asimismo, los científicos observaron que la resistencia a la insulina en el cerebro propiciaba el desarrollo de la capa de beta-amiloide en las neuronas.
La capa beta-amiloide, o placa senil, consiste en la acumulación en el cerebro de proteínas nocivas para las neuronas; estas proteínas se amontonan y dañan y matan las células del cerebro, encogiéndolo y propiciando la demencia.
Sin embargo, las investigaciones con animales no serían la única prueba de que el Alzheimer sería un nuevo tipo de diabetes: experimentos con humanos servirían para apuntalar también esta conclusión.
En una investigación anterior, en la que se realizaron autopsias a cadáveres de personas sanas y de otras que habían padecido demencia, la Dra. De la Monte halló que las neuronas de los pacientes con Alzheimer tenían menos receptores de insulina, es decir, no habían sido capaces de aprovechar esta hormona.
"Además, la cantidad de receptores de insulina en las neuronas de pacientes con Alzheimer avanzado era hasta 80 por ciento menor, en comparación con las células cerebrales de una persona sana", destaca.
En otro experimento, los investigadores observaron que, cuando un grupo de personas saludables incrementaba su consumo de alimentos ricos en azúcar y grasa, se elevaban también los niveles de proteínas beta-amiloide en su cerebro.
"Sabemos que los alimentos calóricos afectan el metabolismo del cuerpo y su respuesta a la insulina, sin embargo, sin que lo notemos, también podrían estar dañando nuestro cerebro", advierte la Dra. De la Monte.
Hasta ahora, siguiendo esta línea, algunos estudios han comprobado que la suministración de insulina en aerosol podría ser de ayuda para tratar a los pacientes con Alzheimer, sin embargo, los especialistas consideran que habría que investigar más sobre las beneficios de esta opción.
Además de la insulina, existen ya otros tratamientos aprobados contra el Alzheimer: el Donepezilo (Aricept), utilizado tanto para casos graves como leves de este tipo demencia, la Rivastimina (Exelon) y la Galantamina (Razadyne), estos aprobados para tratar casos leves y moderados de la enfermedad.
Sin embargo, la Dra. De la Monte considera que, más que una cuestión de drogas, la clave estaría en la prevención: "Habría que hacer cambios en el estilo de vida para reducir el consumo de calorías, y además empezar a hacer ejercicio. El Alzheimer y la diabetes están ahí, pero no son inevitables".
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