El diafragma como método anticonceptivo
¿Cómo es? ¿Cuándo se usa?
Es un dispositivo circular elaborado con látex o silicona y tiene un anillo flexible en su parte exterior que permite un buen ajuste dentro de la vagina.
Se debe colocar dentro de la misma antes del acto sexual, asegurándose de rodear y cubrir el cérvix o cuello uterino. Para lograr más efectividad se requiere el uso de un espermicida en el centro del diafragma y alrededor del anillo externo.
Este producto es de venta libre, viene en forma de espuma, crema o gel y contiene una sustancia química que mata los espermatozoides. Se debe tomar la precaución de colocarlo con un máximo de dos horas antes de la actividad sexual, ya que pasado este tiempo se reduce drásticamente su efectividad.
La combinación de diafragma y espermicida asegura una protección del 82 a 94 %, siempre y cuando se tomen algunos recaudos:
- es necesario reforzar la dosis de espermicida cada vez que se tenga una relación sexual
- el diafragma no puede ser extraído de la vagina hasta al menos 6 horas de finalizada la actividad sexual, durante las cuales se recomienda no realizar lavados o duchas vaginales.
- En cuanto al lapso máximo para retirar el dispositivo, no debe exceder las 24 horas debido a la posibilidad de contraer infecciones.
- Permite el uso de lubricantes, pero únicamente los de base acuosa ya que los oleosos como la vaselina podrían dañar la estructura del látex y provocar roturas o perforaciones.
¿Es de venta libre?
El diafragma debe ser recetado por un médico, quien realizará un examen pélvico de su paciente para evaluar el tamaño requerido. Se debe realizar un control anual y el dispositivo necesita ser reemplazado pasados los dos años o después de un parto, y también en el caso de que el peso de la paciente variara por otros motivos en más de 10 libras (4,5 kilos).
Desventajas
- El diafragma sólo sirve como anticonceptivo y no previene del contagio de enfermedades de transmisión sexual como el HIV y otras. Para estos casos lo que se recomienda es el uso del condón masculino.
- El uso frecuente puede causar irritación local y eventualmente algunas reacciones alérgicas, infecciones del tracto urinario o lesiones en las paredes de la vagina.
- No se puede utilizar durante el período menstrual.
- Está contraindicado para mujeres con menos de 6 semanas de posparto, alergia al látex, antecedentes de síndrome de shock tóxico o anormalidades anatómicas del cuello uterino o la vagina.
- Su colocación requiere de cierta pericia, ya que al ser un método de barrera puede no resultar efectivo si no se lo hace correctamente.
- Algunas mujeres pueden sentir aversión al manipular sus partes íntimas durante la inserción del dispositivo.
- Requiere la interrupción de la actividad sexual si no se lo coloca con anticipación.
- Necesita cuidados como el lavado con agua y jabón luego de cada uso y un envase especial para guardarlo y prevenir eventuales pinchaduras o roturas. Periódicamente se debe examinar al trasluz o llenarlo con agua para verificar que no tenga orificios.
- Es necesario contar con una permanente provisión de espermicida.
- A pesar de que cuenta con algunas desventajas, tiene también características muy significativas que merecen ser evaluadas.
¿Cuáles son sus ventajas?
- Es apto para mujeres de cualquier edad reproductiva ya que no presenta contraindicaciones.
- Impide la concepción sólo cuando se necesita ya que se puede interrumpir su uso en cualquier momento.
- El hombre no nota su presencia durante las relaciones sexuales.
- No produce cambios hormonales.
- No tiene impacto en la lactancia.
- Es de bajo costo.
- A diferencia de los condones, es un método de barrera totalmente controlado por la mujer.
¿Lo sabías?
La palabra diafragma proviene del latín, y significa “separación a través de algo”, por ello su función primordial es proteger al cuello uterino. Fue diseñado en el siglo XIX por el ginecólogo alemán Willhelm Mensinga, y por ello el dispositivo se conoce con el nombre de diafragma Mensinga.
Sin embargo la idea de cubrir el cuello del útero para evitar el embarazo no era nueva: ya había sido adoptada por las mujeres del antiguo Egipto que lo elaboraban con elementos naturales. Más cerca en el tiempo, en el siglo XVIII se utilizaban medio limón previamente vaciado como método de barrera, donde el ácido de la fruta mejoraba la efectividad ya que funcionaba como espermicida.
© 2024 Pan-American Life