10 mitos sobre el cáncer de mama
El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más común.
Solo en 2020 más de 2.3 millones de personas recibieron un diagnóstico, y aproximadamente 685,000 personas murieron a causa de este cáncer a nivel mundial. Esta afección está rodeada de creencias erróneas y desinformación, que dificultan que las personas obtengan un diagnóstico y tratamiento adecuado en etapas tempranas. Los siguientes son los mitos más frecuentes.
Mito 1: Solo las mujeres pueden tener cáncer de mama
Como muchos especialistas señalan, los hombres también tienen senos, por lo que pueden desarrollar este tipo de cáncer.
Sí es cierto que la probabilidad es mucho menor, se estima que los hombres representan entre el 0.5 y 1% de los casos de cáncer de mama. Sin embargo, sigue siendo importante que también estén alertas a cambios en sus senos, como bultos, cambios en la piel o en los pezones, o secreciones.
Mito 2: El cáncer de mama se desarrolla en adultos mayores
Si bien el riesgo de cáncer de mama aumenta a medida que se envejece, y la edad promedio de un nuevo diagnóstico es de 61 años, también hay casos en mujeres menores de 40 años.
Por ello, se recomienda a todas las mujeres jóvenes o adultas que comuniquen a sus médicos cualquier hallazgo preocupante en sus senos y que se realicen una mamografía siguiendo las guías actuales.
Mito 3: No hay riesgo de desarrollar cáncer de mama si no existen antecedentes familiares
Muchos expertos coinciden en que solo entre 5 y 10 % de los cánceres de mama son causados por una mutación genética que se transmite entre miembros de la familia. Es decir, la mayoría de los casos son aleatorios o no tienen una causa hereditaria.
Los profesionales de salud resaltan que el factor de riesgo más importante para desarrollar cáncer de mama es ser el género: ser mujer.
Mito 4: Una lesión en el seno puede causar cáncer de mama
Muchas veces una lesión en el seno puede causar síntomas que se confunden con los del cáncer de mama, sin embargo, no puede causarlo. Para despejar cualquier duda, se recomienda visitar a un médico.
Mito 5: Todos los bultos en el seno indican cáncer de mama
Cualquier bulto nuevo que se encuentre en el seno debe ser evaluado, sin embargo, la mayoría de ellos suelen ser benignos. La probabilidad de que sean inofensivos es incluso aún mayor si se realizó una mamografía recientemente que resultó normal.
Mito 6: Solo hay cáncer de mama cuando hay un bulto
Algunos cánceres de mama nunca son palpables y aún así pueden propagarse a otras partes del cuerpo. Además, si solo los bultos indicaran la presencia segura de un cáncer de mama, no serían necesarias las mamografías.
Mito 7: Las mamografías hacen que el cáncer de mama se propague
Investigadores explican que las mamografías se realizan con dosis muy baja de radiación y compresión, que no tienen una relación teórica o documentada con el origen del cáncer de mama.
Mito 8: Usar sujetadores con aros aumenta el riesgo de cáncer de mama
No hay ninguna correlación entre el uso de este tipo de sujetadores y el riesgo de desarrollar cáncer de mama, aunque algunos expertos recomiendan evitarlos, ya que el alambre puede irritar la piel debajo del seno, provocando daños e incluso infecciones.
Mito 9: Los piercings en los pezones aumentan el riesgo de cáncer de mama
Si bien las perforaciones en los pezones pueden causar ciertas complicaciones, como infecciones, daños en los nervios, quistes o abscesos, no existe evidencia que indique que también pueden causar cáncer de mama.
Mito 10: El azúcar es factor de riesgo de cáncer de mama
Hay un mito muy extendido que sostiene que el consumo excesivo y constante de azúcar puede ayudar a que los tumores crezcan, debido a que las células cancerosas necesitan mucha energía para dividirse rápidamente.
Lo cierto es que no existe evidencia científica que respalde esta creencia, sin embargo, los profesionales de la salud recomiendan evitar o limitar la ingesta de azúcar (añadida o presente en productos procesados) ya que aumenta el riesgo de otros problemas, como enfermedades cardíacas e inflamatorias, o diabetes.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.
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