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Comer pescado ¿aumenta el riesgo de cáncer?

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Históricamente el consumo de pescado se ha asociado a una buena salud general.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en Cancer Causes and Control parece poner en duda esa idea, dado que, tras analizar a casi 500.000 participantes, halló que las personas que comen más pescado tienen un mayor riesgo de melanoma (el tipo más grave de cáncer de piel).

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina cuando los melanocitos (las células que dan a la piel su color bronceado o marrón) comienzan a crecer fuera de control.

Aunque el melanoma es mucho menos frecuente que otros tipos de cáncer de piel (representa solo 1% de los casos de cáncer de piel) es más peligroso porque es mucho más probable que se propague a otras partes del cuerpo si no se descubre y trata a tiempo.

Para el 2022 los cálculos de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer (ACS) para melanoma en EE. UU. son de 99.780 nuevos casos y 7.650 muertes. En América Latina y el Caribe, durante 2020, se registraron 18.881 nuevos casos, y 5.617 muertes, según informa el Observatorio Global del Cáncer (GCO).

A su vez, la frecuencia de melanoma es más de 20 veces mayor en personas caucásicas. La ACS señala que el riesgo de padecer melanoma es de aproximadamente 2.6% (1 en 38) para los caucásicos, 0.1% (1 en 1.000) para la población negra y 0.6% (1 en 167) para los hispanos.

Entre los principales factores de riesgo del melanoma se encuentra una exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV), antecedentes de quemaduras solares, tener piel clara, tener antecedentes familiares de melanoma o tener un sistema inmunitario debilitado.

Por esta razón, es que los hallazgos del nuevo estudio, liderado por Eunyoung Cho, llamaron la atención, ya que vincularon el riesgo de desarrollar melanoma con la dieta, específicamente con el consumo de pescado.

Para llegar a esta conclusión los autores analizaron los datos de 491.367 adultos en seis estados de EE. UU., que entre 1995 y 1996 completaron un cuestionario dietético donde informaban la frecuencia con la que comían pescado frito, no frito y atún, así como el tamaño de las porciones (una porción estándar es de 140 g). La edad promedio de los participantes fue de 61 años y 60% eran hombres (más de 90% eran caucásicos, 4% negros y 2% hispanos).

Durante los siguientes 15 años, los investigadores registraron cuántas personas desarrollaron melanoma y encontraron que:

  • Las personas que comieron más pescado (alrededor de 2.6 porciones por semana) tenían un riesgo 22% mayor de desarrollar melanoma en comparación con las que comieron menos (0.2 porciones por semana, o aproximadamente una porción cada cinco semanas). Se observaron tendencias similares para la ingesta de atún.
  • El riesgo de cambios precancerosos en la piel (llamados melanoma in situ) aumentó de manera similar entre el grupo que comía más pescado.
  • Llamativamente, no se halló un mayor riesgo de melanoma entre las personas que comían más pescado frito.

¿Es seguro comer pescado?

Esta es una duda que probablemente todos tengamos tras conocer estos resultados, afortunadamente, distintos expertos coinciden en que el pescado no solo es seguro, sino también una parte fundamental de la dieta.

Esto se debe a que es rico en proteínas, bajo en grasas saturadas y una buena fuente de ácidos grasos Omega 3, vitamina D y otros nutrientes esenciales. Por este motivo, su ingesta se asocia a diferentes beneficios, como estimular el desarrollo de la medula espinal y el cerebro del bebé, fortalecer las defensas, y mejorar la salud cardiovascular.

El consumo de pescado también puede significar comer menos alimentos dañinos o peligrosos, como los ultraprocesados.

Entonces ¿a qué se debe la relación entre el pescado y el riesgo de melanoma? Los autores sostienen que la presencia de contaminantes en los pescados, como arsénico, bifenilos policlorados, dioxinas y mercurio, puede ser una repuesta.

Existe evidencia que muestra que una mayor ingesta de pescado está asociada con niveles más altos de estos contaminantes dentro del cuerpo, y a su vez, se han identificado asociaciones entre estos contaminantes y un mayor riesgo de cáncer de piel.

Sin embargo, es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas sobre la relación entre el pescado y el melanoma. En principio, porque a pesar del tamaño del trabajo, se presentaron ciertas limitaciones. Por ejemplo, se trató de un estudio observacional, que, si bien pueden detectar vínculos, no puede probarlos.

Los investigadores tampoco tuvieron en cuenta en su análisis factores de riesgos importantes del melanoma, como hábitos de exposición solar, antecedentes de quemaduras solares graves, o número de lunares de los participantes.

La falta de diversidad también fue un limitante, dado que nueve de cada diez participantes eran caucásicos, por lo que no está claro si los hallazgos se aplican ampliamente a personas de diferentes grupos raciales y étnicos.

Incluso la ingesta diaria promedio de pescado se calculó al comienzo del estudio, asumiendo que persistió durante los 15 años que duró el estudio, por lo que es muy probable que no fuera representativa.

Por lo tanto, son necesarios más trabajos que profundicen en este vínculo para conocer los mecanismos detrás de esta posible relación. Hasta entonces, los profesionales de la salud recomiendan que no se abandone el pescado como parte de una dieta saludable.

En cambio, se puede optar por consumir aquellas opciones bajas en contaminantes, como mercurio: anchoas, bagre, bacalao, cangrejo, ostras, salmón, sardinas, camarones, y calamares. En cambio, se debe evitar la ingesta de tiburón, pez espada o blanquillos.

No existe una manera infalible de prevenir el melanoma ya que algunos factores de riesgo, como edad, raza, o antecedentes familiares no se pueden controlar. Sin embargo, hay medidas que puedes tener en cuenta para reducir el riesgo de melanoma y otros tipos de cáncer:

  • Limitar la exposición a los rayos UV.
  • Usar protector solar y ropa que cubra la mayor parte del cuerpo.
  • Evitar las camas bronceadoras.
  • Prestar atención a lunares anormales.
  • Mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y dormir correctamente, para evitar que el sistema inmunitario se vea debilitado.
  • Realizar chequeos médicos regulares.

Fuentes consultadas: Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Clínica Mayo, Escuela Medicina Harvard, Observatorio Global del Cáncer (GCO), Sociedad Estadounidense contra el Cáncer (ACS).


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