Bostezar refrigera nuestro cerebro
Al parecer, el hecho de bostezar es una señal importante más allá de reflejar cansancio o aburrimiento: un grupo de investigadores concluyó que ayuda a enfriar el cerebro. Este simple acto reflejo que siempre ha generado curiosidad, cumpliría con la función de termorregulación a nivel cerebral.
Los científicos no bostezan ni se aburren al estudiar este comportamiento que comparten todas las personas y algunas especies animales. Ahora, un grupo de la Universidad de Viena y de Nova Southeastern University y SUNY College Oneonta, de EE.UU., concluyeron que bostezar es importante para regular la temperatura cerebral.
El hallazgo podría ser clave para el tratamiento de algunas condiciones: ellos observaron que las personas bostezan cuando se eleva la temperatura cerebral, por eso, dicen, algunos lo hacen repetidas veces antes de un episodio de migraña o antes de experimentar convulsiones, en el caso de los epilépticos.
Para realizar el estudio, que fue publicado en Physiology & Behavior, los autores analizaron a peatones tanto en Viena como en Arizona, en invierno y en verano. Y hallaron que las personas en Viena bostezaban más durante el verano que en invierno, mientras que la gente de Arizona bostezó más durante el invierno, con lo cual concluyeron que lo importante no es la temperatura ambiente, sino la interna de cada persona.
Jorg Massen, el autor principal del estudio, cree que “todo tiene que ver con la temperatura, incluso cuando usted piensa que sólo está bostezando porque se contagia de ver bostezar a otra persona” declaró.
El ser humano comienza a bostezar desde la duodécima semana de embarazo y se mantiene mientras vive. Se cree que bostezamos alrededor de 250 mil veces a lo largo de nuestra vida.
¿Qué más se sabe del bostezo?
Otro estudio científico reciente avala la teoría del enfriamiento. Para Gary Hack, de la Facultad de odontología de la Universidad de Maryland y Andrew Gallup, de la Universidad de Princeton, no es el aburrimiento, el cansancio ni la falta de oxígeno lo que desencadena los bostezos, sino que éstos surgen como una necesidad de regular la temperatura del cerebro.
En realidad, se trata de una medida de protección, así que nadie debe pensar en reprimir un bostezo. "El cerebro es exquisitamente sensible a los cambios en la temperatura y por tanto se debe proteger del calentamiento excesivo. Los cerebros, al igual que las computadoras, funcionan mejor cuando están fríos" dijeron los investigadores estadounidenses.
Tal vez te has preguntado por qué es contagioso. Varios estudios han mostrado que las personas que puntúan más alto en las medidas de empatía son las más propensas a bostezar cuando ven a otros bostezando. Y la capacidad de bostezar por contagio, parece desarrollarse con la edad.
"Los niños no comienzan a mostrar el contagio de los bostezos hasta los 4 años, y sólo llegan a los niveles adultos, recién alrededor de los 12 años", dijo Elainie Madsen, psicóloga de la Universidad de Lund, en Suecia, quien ha estudiado el contagio de los bostezos.
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