Hipertensión, seria amenaza para hispanos
Más de 76 millones de personas en Estados Unidos sufren de hipertensión y por lo menos 16 millones de ellos ni siquiera lo saben. Sin tratamiento, la presión arterial alta aumenta el riesgo de que tu corazón falle (ataque al corazón, accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca), de sufrir una enfermedad renal o muerte temprana. Lo más alarmante es que las enfermedades cardiacas son una de las principales causas de decesos entre los hispanos.
De acuerdo con el primer estudio nacional sobre los riesgos para la salud y las principales causas de muerte en los hispanos en los Estados Unidos, Signos Vitales, realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), los hispanos tienen casi la misma probabilidad que las personas de raza blanca no hispanas de tener la presión arterial alta. Sin embargo, las mujeres hispanas con presión arterial alta tienen el doble de probabilidad que los hombres hispanos de tenerla controlada.
Uno de los principales problemas con la hipertensión, también conocida como el asesino silencioso, es que va atacando al cuerpo y sobre todo a órganos vitales como el corazón, los riñones y el cerebro. Pueden pasar muchos años sin que la persona sufra ningún síntoma. En algunos casos, pueden sentirse palpitaciones en la cabeza o el pecho, mareos y otros síntomas físicos.
No tener la presión arterial a raya conlleva a que el corazón, las arterias y los riñones realicen un esfuerzo adicional para realizar sus funciones, lo que podría afectar tu salud de la siguiente manera:
Endurecimiento de las arterias. La presión en el interior de las arterias puede causar engrosamiento de los músculos que recubren la pared arterial y estrechamiento de las arterias. Si un coágulo de sangre obstruye el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro, puede producir un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
Agrandamiento del corazón. La presión arterial alta hace trabajar más al corazón. Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo que se someta a exceso de ejercicio, el corazón aumenta de tamaño para poder realizar el trabajo adicional. Cuanto más grande sea el corazón, más sangre rica en oxígeno necesitará, pero menos podrá mantener una circulación adecuada. A consecuencia de esta situación, la persona afectada se sentirá débil y cansada, y no podrá hacer ejercicio ni realizar actividades físicas. Sin tratamiento, la insuficiencia cardíaca seguirá empeorando.
Daño renal. La presión arterial alta prolongada puede lesionar los riñones si el riego sanguíneo de estos órganos se ve afectado.
Daño ocular. En los diabéticos, la hipertensión puede generar rupturas en los pequeños capilares de la retina del ojo, ocasionando derrames. Este problema se denomina «retinopatía» y puede causar ceguera..
La hipertensión se produce en pacientes de cualquier edad cuando la tensión arterial sistólica (la fuerza del flujo sanguíneo por una arteria al latir el corazón) es más alta que 140 mm Hg o la tensión diastólica es mayor que 90 mm Hg (la fuerza del flujo sanguíneo dentro de los vasos sanguíneos cuando el corazón descansa entre un latido y otro), o ambas a la vez, en forma persistente.
Si tu presión arterial está alta, necesitas bajarla y mantenerla bajo control. Ten presente que si la hipertensión se diagnostica en forma temprana y se controla bien, se puede prevenir el daño a otros tejidos. La mejor manera de reducir tu riesgo de sufrir hipertensión son las modificaciones del estilo de vida, que incluyen seguir una dieta con bajo contenido de sal y de grasas, mantener un peso saludable, hacer ejercicios durante al menos 30 minutos todos los días, no fumar, y usar alcohol solamente con moderación.
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