Cómo lograr una piel joven y saludable
Nuestra piel es como nuestro envase, ya que contiene y envuelve nuestro cuerpo. Como tal, si está saludable y tiene buen aspecto, ¡tanto mejor para nuestra imagen! Los tres pasos esenciales son: exfoliar, humectar y broncear.
Paso 1. Exfoliar
En dermatología, se llama exfoliación al procedimiento para retirar células muertas de la piel; esto ayuda a que los humectantes y regeneradores penetren y actúen mejor. Hay varias opciones caseras muy efectivas que dan excelentes resultados.
Dos veces al mes se debe aplicar una crema exfoliante en brazos y piernas. Previamente hay que humedecer la zona con agua para evitar dañar los delicados capilares. Luego realizar un ligero masaje con movimientos circulares, esparciendo la crema abrasiva durante algunos minutos, enjuagar con agua tibia y se secar muy bien.
Los exfoliantes se pueden preparar con ingredientes comunes, tales como café molido y crema humectante o aceite de oliva y sal fina. Estos preparados son ideales para todo el cuerpo, especialmente las zonas de codos, rodillas y talones que tienen la piel más rugosa y resistente. Otra buena opción para exfoliar son las esponjas vegetales o guantes de fibra, que se combinan con el agua caliente y el jabón de la ducha y dejan la piel suave y limpia.
Paso 2. Humectar
La humedad de la piel se evapora con los excesos de frío o calor, pierde elasticidad y toma un aspecto tirante y agrietado. Una dieta inadecuada o la edad avanzada también influyen en su aspecto, y es necesario reforzar los cuidados para devolverle o mantener la textura impecable de la juventud.
Las cremas humectantes son, junto con el consumo de líquidos, las mejores aliadas para que nuestra piel luzca perfecta. Vienen en tres tipos principales de presentación: las espesas y emolientes para piel seca, las lociones o gel para piel grasa o clima muy húmedo y los bálsamos grasos especiales para zonas rugosas o más resistentes como codos, rodillas o talones.
Para quienes prefieren preparar sus propios productos de belleza, hay recetas naturales que mejoran la piel. Los aceites de sésamo y de almendras son un buen aliado y se puede agregar a la crema humectante de uso habitual y los de rosa y de limón también son excelentes y tiene el bonus de su exquisito perfume.
Paso 3. Broncear
La piel bronceada da un aspecto deportivo y saludable, pero siempre hay que tomar recaudos al exponerse al sol utilizando filtros y protectores. De todos modos, para quienes no adhieren a esta alternativa o no tienen tiempo, no se necesita realmente del sol ya que la cosmetología brinda una gran ayuda para adquirir un buen color.
El bronceado natural con sol es el procedimiento más sencillo pero requiere hidratar la piel antes y después de cada exposición. La protección solar es importante ya que los rayos ultravioletas pueden causar quemaduras, alergia, envejecimiento y hasta cáncer de piel. Los dermatólogos recomiendan utilizar cremas con altos factores de protección solar.
Para el bronceado sin sol, los productos más eficaces son los que contienen dihydroxyacetona (DHA). Es un azúcar incoloro que actúa en las células de la piel provocando un cambio en la pigmentación que da apariencia de bronceado. Se presentan en loción, spray, gel, toallitas, mousses o cremas, según en que parte del cuerpo se vaya a utilizar, y dan un efecto de bronceado de alrededor de una semana. Suele tener un olor particular que algunas fórmulas comerciales han logrado mejorar e incluso aromatizar.
Otra alternativa para conseguir un buen color es con bronceadores instantáneos lavables, que colorean la piel en forma transitoria y se van al primer lavado, que son perfectos para soluciones de último momento. También se puede recurrir a la cama solar, que consta de tubos de rayos ultravioletas UV-A que son los que favorecen el bronceado. La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, señala que este tipo de lámparas tienen riesgo de cáncer de piel y debería limitarse su uso.
Las pastillas bronceadoras con aditivos de color similares al beta-caroteno aportan un color entre tostado y naranja en el cuerpo, pero no están aprobados como agentes bronceadores ya que pueden ser perjudiciales, al igual que las lociones y pastillas aceleradores de bronceado, que contienen sustancias químicas que pueden ser peligrosas para la salud.
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