Dieta de Serena Williams, ganadora de Wimbledon
Más que dieta, se enfoca en tratar de comer mejor, porque admite que si se da un permiso, no puede parar hasta seguir con “un mes de permisos”. Pero si hay comida sureña ¡no se controla!
Crédito: Getty ImagesLa flamante ganadora de Wimbledon - título que obtiene por sexta vez - saludó a la española Garbiñe Muguruza tras derrotarla por 6-4, 6-4. Y volverá a ser la misma mujer de siempre, ya que dice que tiene dos personalidades: una en la cancha y otra fuera de ella.
Según reveló a la revista Fitness en 2014, la tenista que todos conocen es medio loca, no se permite cometer errores, siempre parece enojada y no es amable para nada. Sin embargo, después de tres horas al día de estar en la cancha, todo vuelve a la normalidad y asegura que reaparece Serena, una mujer normal.
La tenista de 33 años adora la comida sureña, por eso si participa en el Family Circle Cup de South Carolina, se da una panzada de langostinos y sémola de maíz con manteca, pollo frito y hushpuppies fritos (una especie de bola de harina de maíz típica de la comida sureña) y budín de banana. ¡Esa semana se da permiso para comer todo lo que le gusta!
Para ella dieta” es una mala palabra, y no cree en los platos permitidos. Le parece mejor un cambio de hábitos para comer siempre sano… aunque una vez al año se llene de hushpuppies. Se declaró alérgica a los cacahuates y cada vez más al trigo, por eso intenta seguir una dieta preferentemente cruda.
Esto lo hace también en solidaridad con su hermana Venus, que padece el síndrome de Sjögren y debe seguir este tipo de dieta.
De todos modos, ya dejó de lado la idea de ser una mujer de las que se consideran tradicionalmente delgadas y atléticas. “Aprendí a estar orgullosa de mis curvas, mis pechos generosos y mi trasero. Todo pasa por quererse a uno mismo y sentirse hermoso”.
Cuando no está en las canchas con cara de perro, le gusta bailar y cantar en el karaoke, donde elige siempre que puede temas de Air Supply o Bon Jovi. Y aunque le encanta el Zumba, admite que no puede controlarlo y que siempre se pierde haciendo las coreografías.
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