El mito de la cintura sin costillas de Thalía

Hace tiempo que se viene hablando de que la cintura de Thalía es muy pequeña, ya que mide 21,2 " pulgadas (54 cm). Y se dice que la intérprete de Amor a la mexicana también le tiene “amor al bisturí”, ya que se habría quitado dos costillas para quedar con las formas de un reloj de arena. Y aunque ya había quedado en el olvido, esta semana revivió el mito cuando la mujer recurrió a las redes sociales para informar a sus seguidores de Filipinas que el rumor… es cierto. 

Haciendo gala de un gran sentido del humor (¿negro?), la protagonista de las novelas Marimar y María la del barrio, publicó una foto en su cuenta de Instagram donde se la ve sonriendo junto a un frasco con las supuestas costillas, que dice haber conservado consigo después de la operación. "A todos mis amorosos fans filipinos, aquí está la prueba. Mis famosas costillas, las conserve (sic) conmigo todos estos años", publicó la cantante. Sin embargo la foto parece haber sido modificada ya que la que aparece actualmente tiene una cruz colorada indicando que esas costillas “no son de ella”. 

La cantante está siempre muy pendiente de sus seguidores, y anteriormente le habían preguntado por Twitter si era cierto el rumor. La artista respondió que se las había quitado todas, y que ahora es un hybrid, mezcla de mujer y robot. Pero la parodia no quedó allí, ya que luego le preguntaron cómo había hecho para eliminarlas. Y en tono de broma declaró que por el ombligo o por la tráquea salían muy fácilmente, y de hecho, ella las conserva en su casa en un frasco con formol. 

Más allá de las bromas, además de una cintura pequeña la mexicana tiene una figura envidiable. El nutricionista Xavier Orizaga Sodi, quien también es primo de la actriz, desmintió la teoría de las costillas y comentó que la mujer ha sido beneficiada por la genética. Además hace ejercicio y tiene un programa de nutrición adecuada. 

Como ejemplo, trascendió que desayuna leche descremada, tortillas de maíz y frijoles licuados con aceite de oliva. A la hora del almuerzo consume pechuga de pollo, res o pescado a la plancha con arroz o pasta hervida y legumbres, y agua de frutas con azúcar morena. Para cenar, consume avena instantánea con leche descremada y una fruta, y los fines de semana se permite lo que más le gusta: chocolates. Y de vez en cuando se tienta con algún plato con chapulines y grillos, que según dice "son deliciosos".

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