Qué son las grasas trans y por qué la OMS les declaró la guerra
Se encuentran en los alimentos procesados y frituras, se consumen en buena parte del planeta y son responsables de 500,000 muertes al año. Ahora la Organización Mundial de la Salud les ha declarado la guerra y espera que para el año 2023 tengamos un mundo sin grasas trans producidas industrialmente.
Las grasas trans se forman cuando el aceite líquido se transforma en sólido a través de un proceso de hidrogenación que sirve para aumentar el tiempo de vida útil de los alimentos; esas son las que se producen industrialmente. Aparecieron en nuestras vidas a principios del siglo 20 en forma de margarina y se hicieron tan populares que hoy se consumen en grandes cantidades: para freír, en bollería, papas fritas, snacks y un sinfín de alimentos procesados.
Pero los efectos de estas grasas trans en la salud son preocupantes: originan muchas de las enfermedades cardiovasculares y son la primera causa de muerte en el mundo. Por eso la OMS busca eliminarlas de la cadena alimentaria a través de un programa llamado "Replace", con el que pretende que los Estados se comprometan.
El programa propone seis acciones estratégicas que permitan pasar de una cadena alimentaria con gran cantidad de grasas trans a una en la que no existan para el año 2023. Los pasos son: revisar la situación nacional; promover el reemplazo por otras fuentes de grasas más sanas; legislar para prohibir las grasas trans; evaluar el contenido en la cadena alimentaria y los cambios de hábitos en la población; crear conciencia entre la población y los industriales sobre sus efectos perniciosos, e implementar la nueva legislación.
"La grasa trans es un químico tóxico innecesario que mata, y no hay razón para que las personas de todo el mundo sigan estando expuestas", dijo en un comunicado de la OMS el doctor Tom Frieden, presidente de Resolve to Save Lives, una iniciativa de Vital Strategies. Frieden, además, citó como referencia el caso de Nueva York, ciudad que eliminó su consumo hace una década, siguiendo el ejemplo de Dinamarca, el primer país que impuso restricciones y disminuyó la tasa de muertes por enfermedades cardiovasculares.
Así como en Dinamarca, varios países ricos han logrado eliminarlas total o parcialmente poniendo límites a la cantidad permitida. El objetivo de la OMS es que estos cambios se repliquen también en los países de bajos y medianos ingresos, donde los controles son normalmente más débiles.
¿Hay varios tipos de grasas trans?
Existen dos fuentes principales de las grasas trans. La primera son las grasas trans naturales son las que contienen algunos alimentos en cantidades pequeñas, como la carnes de vaca, de cerdo y de cordero y los productos lácteos de estas grasas hidrogenadas. Las otras son las producidas industrialmente, que OMS quiere eliminar:.
¿Cómo se producen las grasas trans industrializadas?
Durante el proceso de elaboración de muchos alimentos, en especial comidas rápidas, productos de fritura y repostería comercial, se agrega hidrógeno a las grasas para cambiar su estado de líquido a sólido. Este proceso permite realzar el sabor y alargar el tiempo de conservación.
¿Qué daños causan en la salud?
Las grasas trans aumentan los niveles de colesterol LDL, que comúnmente se conoce como “malo” porque causa enfermedades cardiovasculares. En cambio, disminuye los niveles de colesterol HDL, el “bueno”, que es el que elimina la grasa de las arterias y la transporta al hígado que, a su vez, las secreta a la bilis.
Las dietas ricas en grasas trans aumentan el riesgo de enfermedades del corazón en un 21% y las muertes en un 28%. También hay indicios de que pueden aumentar la inflamación y la disfunción endotelial.
¿Deben eliminarse totalmente de nuestra dieta?
Las grasas son necesarias para la salud. La OMS recomienda que la ingesta total de grasas trans se limite a menos del 1% de la ingesta total de energía. Sugieren reemplazarlas por ácidos grasos insaturados (las llamadas grasas buenas, presentes en aceite de oliva o salmón, por ejemplo); estos disminuyen el riesgo de enfermedad cardíaca, en parte, al mejorar los efectos negativos de las grasas trans sobre los lípidos en la sangre.
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