Migraña y dolor de cabeza: las diferencias más importantes
La migraña es una enfermedad que se caracteriza por causar un dolor intenso o sensación pulsante, generalmente sobre un lado de la cabeza.
Aunque es una afección muy común, se estima que 1 de cada 10 personas en todo el mundo han padecido una migraña en el último año, aún persisten muchas creencias erróneas a su alrededor. Aquí repasamos la verdad detrás de los mitos más comunes.
La migraña es un dolor de cabeza
La migraña se suele usar muchas veces para describir a cualquier dolor de cabeza, sin embargo, los expertos señalan que esto no es correcto, ya que, en principio, no todas las migrañas necesariamente implican dolor de cabeza.
Dependiendo la etapa de la migraña que se atraviesa, los síntomas pueden variar. Las etapas son cuatro, aunque no todas las personas con migrañas pasan por todas ellas:
- Pródromo: ocurre uno o dos días antes del ataque de migraña. Se pueden notar cambios sutiles que advierten que la migraña está próxima, como estreñimiento, alteraciones en el estado de ánimo, rigidez en el cuello, retención de líquidos o bostezos frecuentes.
- Aura: puede ocurrir antes o durante las migrañas. Generalmente, son visuales (como la visualización de varias formas, puntos brillantes o destellos de luz, o pérdida de la visión), aunque también pueden incluir otras alteraciones, como sensaciones de hormigueo en un brazo o una pierna, dificultad para hablar, o entumecimiento o debilidad en el rosto o en un lado del cuerpo. Generalmente, cada síntoma comienza progresivamente, se incrementa durante unos minutos y puede durar hasta 60 minutos.
- Ataque: es lo que popularmente se conoce como migraña. Suele durar de 4 a 72 horas si no se trata, y se caracteriza por provocar dolor en un lado de la cabeza, (aunque también puede ocurrir en ambos lados), náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz, sonido o tacto.
- Postdromo: tras un ataque de migraña, es posible sentirse agotado, confundido y sin fuerzas hasta por un día. El movimiento repentino de la cabeza puede provocar dolor de nuevo brevemente.
Solo es migraña cuando se experimenta un aura
Esto no es verdad. Según explican los investigadores, la mayoría de las migrañas no tienen aura, solo entre 10 y 30% de las personas con migraña experimentan esa etapa.
Las migrañas siempre son graves
No necesariamente. Al contrario, la mayoría de los tipos de migraña no son graves, sin embargo, existen casos que pueden ser crónicos, y muchas veces debilitantes e incapacitantes si no se tratan adecuadamente.
Incluso existen estudios que hallaron que las personas con migrañas que no se tratan correctamente pueden experimentar una productividad reducida en el trabajo y la interrupción de sus actividades familiares, sociales y de ocio.
La migraña solo afecta a los adultos mayores
La gran mayoría de las afecciones se suelen vincular al envejecimiento o a los adultos mayores. Este no sería el caso de las migrañas, ya que, como muestran las estadísticas, aunque pueden ocurrir a cualquier edad, tienden a presentarse entre los 10 y 45 años.
Además, las mujeres tienen hasta tres veces más probabilidades que los hombres de padecerlas, y son más comunes entre personas con depresión, ansiedad, problemas del sueño o epilepsia.
El alcohol o los alimentos grasos causan migrañas
Algunas personas han descubierto que los episodios de migrañas pueden ser desencadenados por ciertos alimentos o ingredientes, entre los que se incluyen bebidas alcohólicas, alimentos procesados, grasos o muy salados, levaduras, quesos maduros, y chocolates, entre otros.
Sin embargo, esto no significa que el consumo de estos alimentos cause las migrañas. Actualmente, no se conoce con certeza su origen, aunque los expertos suponen que la genética y los factores ambientales juegan un papel importante.
Los cambios en el tronco encefálico y sus interacciones con el nervio trigémino, una importante vía de dolor, podrían estar involucrados.
Beber café puede empeorar las migrañas
La evidencia sobre la ingesta de cafeína y las migrañas es contradictoria, ya que, según registraron diferentes estudios, el uso excesivo de cafeína puede conducir a la cronificación de la migraña, mientras que la abstinencia repentina puede desencadenar ataques de migraña. Por ello, los expertos aseguran que lo mejor es consumirla con moderación, a menos que tu médico recomiende evitarla por completo.
Solo la alimentación influye en las migrañas
Además de los alimentos y bebidas mencionadas anteriormente, existen otros factores que pueden desencadenar una migraña, como cambios hormonales, estrés, alteraciones en el sueño, estímulos sensitivos (luces brillantes o parpadeantes, sonidos u olores fuertes), esfuerzo físico intenso, o cambios climáticos.
Existen productos para curar las migrañas
Durante los últimos años se dio un auge en la difusión de remedios caseros o suplementos naturales que aseguran ser efectivos para curar la migraña. Los investigadores afirman que todo esto se trata simplemente de un fraude, ya que, hasta la fecha, no existe una cura para esta afección.
Ningún medicamento o tratamiento sirve para aliviar las migrañas
Tratar es algo muy diferente de curar. Los profesionales destacan que actualmente se dispone de muchos medicamentos, como analgésicos de venta libre, triptanos, antagonistas del péptido receptor del gen de la calcitonina (CGRP), antidepresivos, anticonvulsivos y betabloqueantes, para aliviar los síntomas de las migrañas.
Para calmar las molestias también se recomienda desarrollar rutinas para dormir en un mismo horario, mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente e hidratarte correctamente.
La medicina alternativa no es útil contra las migrañas
Como bien indica su nombre, la medicina complementaria siempre debe ser vista como un complemento del tratamiento profesional, nunca un sustituto.
Con respecto a las migrañas, existe evidencia que señala que ciertas terapias no tradicionales, como la acupuntura, biorretroalimentación, meditación, yoga, o uso de hierbas relajantes, como infusiones de valeriana, pasiflora o tilo, ayudan a aliviar el dolor y malestar que provoca esta afección.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Clínica Mayo, Organización Mundial de la Salud (OMS).
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