Cómo prevenir los riesgos del hígado graso
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD en inglés) afecta a casi el 25 por ciento de la población de los Estados Unidos, según la American Liver Foundation, y un informe de la Organización Panamericana de la Salud advirtió que las enfermedades hepáticas representaron la cuarta causa de muerte en los Estados Unidos entre los adultos de 45 a 54 años de edad.
La NAFLD consiste en la acumulación de grasa en el hígado en cantidades excesivas y la incapacidad para descomponerlas. En su lugar, se acumulan en el hígado y causan esta enfermedad que puede conducir a la inflamación, cicatrices, disfunción hepática e incluso cáncer de hígado.
Esta condición está asociada con la obesidad y crece de la mano de muchos malos hábitos para la salud, muy frecuentes en la vida moderna.
¿Cómo prevenir los riesgos?
Lo preocupante de la NAFLD es que, en general, no presenta síntomas antes de comenzar a causar riesgos severos para la salud. El hígado es extremadamente robusto y puede luchar entre cinco a diez años antes de que el órgano emita alguna señal de alarma.
La mejor estrategia para prevenir el hígado graso consiste en evitar los factores que provocan esta enfermedad y la mejor forma de hacerlo es si adoptamos un estilo de vida saludable que contemple especialmente las siguientes recomendaciones:
- Evitar el sobrepeso. Se debe prestar especial atención a la acumulación de grasa abdominal.
- Seguir una dieta equilibrada. La alimentación debe contemplar los principios de la dieta mediterránea, evitando las grasas saturadas y los azúcares refinados.
- Practicar con regularidad algún tipo de ejercicio. Se recomiendan los ejercicio aeróbicos, como caminar a buen ritmo (power walking), correr, nadar o ir en bicicleta. De esta forma se queman grasas con mayor facilidad.
- Evitar el consumo de alcohol. Sobre todo si existen antecedentes familiares de alguna otra enfermedad relacionada con el hígado.
- Beber agua en abundancia. El agua favorece la eliminación de toxinas y, en consecuencia, contribuye a la desintoxicación de nuestro organismo en general y del hígado en particular.
Alimentos recomendados
El consumo de ciertos alimentos puede mejorar el funcionamiento de nuestro hígado y colaborar en la prevención o alivio. Por ejemplo:
- Ajo. Con una pequeña cantidad se pueden activar las enzimas del hígado y eliminar las toxinas.
- Acelgas. Recomendadas para limpiar el hígado, ya que su riqueza en fibras la hace ideal contra el estreñimiento. Sus propiedades son altas en vitaminas hierro magnesio potasio y agua.
- Té verde. Es un aliado para el hígado por sus compuestos, tales como la catequina, que asiste en las funciones de este órgano, además de ser un adelgazante natural.
- Jengibre. Contiene antioxidantes y también ayuda a bajar los triglicéridos.
- Limón. El zumo de limón contiene cantidades elevadas de vitamina C y es un potente desintoxicante del organismo.
Además, en general, para quienes sufren de hígado graso se recomienda comer frutas, verduras y granos enteros y evitar alimentos de alto índice glucémico, como el pan blanco, el arroz blanco, papas, grasas de origen animal y refrescos azucarados.
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