Caso de polio en Nueva York, ¿otra preocupación sanitaria?
Un caso, hasta ahora aislado, de polio en Nueva York ha movilizado a las autoridades sanitarias a acelerar la vacunación contra esta infección en la comunidad del condado de Rockland, en donde fue diagnosticado un hombre de 20 años.
Esta persona que no estaba vacunada, había viajado recientemente a Hungría y Polonia, en donde el virus sigue circulando. La polio ha sido erradicada de gran parte del mundo gracias a las campañas de inmunización que comenzaron en la década de los 50.
En la región de Europa donde estuvo la persona afectada todavía se utiliza la vacuna con virus vivo, que no se usa en los Estados Unidos desde el 2000. La vacuna es segura, pero un individuo no vacunado puede infectarse si el virus vivo de la vacuna circula por la comunidad, informaron oficiales de salud. Esta puede haber sido la razón de este contagio.
La vacuna de la polio producida con virus vivo atenuado se dejó de utilizar en la región porque puede mutar a una cepa que cause poliomielitis aproximadamente en uno 1 de cada 2.4 millones de personas a quienes se administra. Sin embargo, fue esta vacuna, de muy fácil administración, a través de gotas, desarrollada por el doctor Albert Sabin la que logró erradicar casi en un 100% la polio del planeta. Así lo atestigua el propio doctor en este trabajo publicado a seis años de la campaña global de vacunación.
NO HAY QUE PERDER DE VISTA ALGO ESENCIAL DE ESTA NUEVA SITUACION SANITARIA: EN EL CASO DE NUEVA YORK, EL HOMBRE NO ESTABA VACUNADO CONTRA LA POLIO, LO QUE LO VUELVE VULNERABLE AL CONTAGIO.
Qué es la polio
La poliomielitis es una enfermedad viral que puede afectar el sistema neurológico, causando debilidad muscular y, en ciertos casos, provocando parálisis o la muerte.
Por lo general, el virus ingresa al cuerpo a través de la boca, generalmente de las manos contaminadas con partículas de materia fecal de una persona infectada. El virus vive en la garganta y los intestinos.
La transmisión respiratoria y la transmisión de boca a boca a través de la saliva también pueden explicar algunos casos.
Hasta el 95% de las personas infectadas con poliomielitis no tienen síntomas, pero aun así pueden propagar el virus. Alrededor del 4 al 5% tienen síntomas menores como fiebre, debilidad muscular, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Entre el 1 y 2% desarrollan dolor muscular intenso y rigidez en el cuello y la espalda. Menos del 1% de las infecciones de polio resultan en parálisis.
Debido al éxito de la vacuna, que se introdujo en 1955, y a un programa nacional de vacunación, los casos de poliomielitis se redujeron drásticamente entre fines de la década de 1950 y principios de la de 1960, con los últimos grupos de casos en los Estados Unidos registrados en 1979.
Dado que la vacuna contra la poliomielitis sigue estando incluida en el programa estándar de vacunación infantil de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los que están vacunados no se consideran en riesgo significativo.
Desde el año 2000, en los Estados Unidos solo se administra la vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV), desarrollada por el doctor Jonas Salk. La IPV se administra mediante una inyección en el brazo o la pierna, según la edad de la persona, y es muy eficaz para garantizar la protección. La IPV no es una vacuna de virus vivo como la Sabin, por lo que no hay riesgo de contraer la poliomielitis al recibirla.
La gran mayoría de las personas en los Estados Unidos está vacunada contra la polio. Sin embargo, las mentiras que han circulado sobre las vacunas han tenido un efectivo negativo en las tasas de inmunización en los últimos años.
Esto es lo que abre una ventana de oportunidad para que ingresen incluso aquellos virus casi erradicados. Y tanto COVID, como ahora la viruela del simio (monkeypox), han demostrado que nunca debe bajarse los brazos con la vacunación.
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