Dilema digital para la medicina: cómo compartir los récords
El empresario tecnológico Jonathan Bush dice que estaba viendo el traslado de un paciente de un hospital a un hogar de ancianos. La información del paciente estaba en un récord médico electrónico (EMR, por sus siglas en inglés), y conseguir que el registro pasara del centro de salud al hogar no fue algo fácil.
“Estas personas, y no estoy bromeando, tuvieron que imprimir el archivo electrónico para faxearlo al hogar”, cuenta Bush.
En una era en la que la mayoría de las industrias comparten fácilmente enormes, complejos archivos digitales, el cuidado de salud todavía depende mucho de impresoras y faxes. El contribuyente ha financiado la instalación del sistema de récords electrónicos en hospitales y consultorios, por la suma de $30 mil millones desde el 2009. Pero mientras se suponía que esos sistemas iban a hacer que el cuidado de salud fuera mejor y más eficiente, muchos ni siquiera pueden comunicarse entre ellos.
Bush le echa la culpa al financiamiento federal. “Lo llamé ‘el proyecto de cash para basura’”, dice. “Otorgó $30 mil millones para comprar sistemas anteriores a internet que todos los doctores y hospitales ya habían mirado y rechazado. Y los vendedores de estos sistemas estaban a punto de morir. Luego nos pusieron en terapia intensiva por este proyecto de ley que les paga miles de millones de dólares, ¡y no se obtiene ningún tipo de coordinación de la información!”.
La evaluación de Bush está matizada por el hecho de que la empresa que dirige —Athenahealth, con sede en Watertown, Massachussets— destaca por la posibilidad de compartir fácilmente los registros de salud electrónicos que utilizan en los Clouds. También recibe mucho dinero en efectivo del Gobierno federal.
El doctor Robert Wachter, médico de un hospital de la Universidad de California en San Francisco, dice que seguro, en retrospectiva, el Gobierno podría haber ordenado que los fondos de estímulo se gastaran sólo en un software que hiciera fácil compartir la información médica.
Pero, dice, “creo que la decisión correcta era conseguir los sistemas. Pero luego, el paso siguiente debería haber sido, ok ahora que tiene una computadora que está resolviendo algunos problemas, el próximo paso es que todos estos sistemas se comuniquen entre sí”. En este momento, la capacidad de los sistemas de “conversar” es de aproximadamente de 2 ó 3 en una escala de cero a 10, coinciden Wachter y Bush.
Wachter está a punto de publicar “The Digital Doctor: Hope, Hype, and Harm at the Dawn of Medicine’s Computer Age”, que analiza el valor de la tecnología de la información en la atención sanitaria.
Hasta ahora, dice, se ha producido un “des-incentivo” financiero para que los médicos y hospitales compartan información. Por ejemplo, si un médico no tiene registro de un paciente inmediatamente disponible, el médico puede ordenar una prueba que ya se ha hecho, y se puede facturar por esa prueba. Mantener los EMR “incomunicados” también dificulta que el paciente pida su récord médico y se lo lleve a un médico de la competencia.
Es hora de que eso cambie, dice la doctora Karen DeSalvo, coordinadora de IT del área de salud del Gobierno federal. Ella está fijando algunas normas sobre la forma de compartir información médica digital. “El tiempo de florecer y tener normas distintas está a punto de terminar”, dice ella. “Deberíamos estar trabajando un paquete conjunto de normas”.
Los miles de millones de dólares al año que el gobierno paga a los médicos, hospitales y otras instituciones para pacientes inscriptos en el Medicare es un buen motivador. El Medicare ya está empezando a aumentar el sueldo a los médicos y hospitales que trabajan juntos para agilizar la atención y evitar la duplicación de pruebas; y para sancionar a los que no lo hacen. Ganar los nuevos pagos y evitar las sanciones requieren cada vez más tener la capacidad de demostrar que todos los médicos de un paciente, no importa dónde se encuentren, estén trabajando juntos. Eso significa usar registros electrónicos que se pueden mover sin problemas de un sistema a otro.
Wachter dice que los consumidores están demandando una mejor tecnología de información de salud, también “porque todos estamos acostumbrados a nuestras apps y sabemos lo mágico que puede ser cuando una plataforma que concentra una serie de aplicaciones”.
“Así que creo”, dice, “que incluso los proveedores de atención médica y organizaciones de prestación que han estado luchando contra esta interacción operativa reconocen que es el futuro”. Wachter dice que una gran cantidad de empresas de IT ya están ansiosas por llegar a un software que cumpla con las exigencias tanto de la industria del cuidado de salud como de los consumidores. Cerca de un dólar de cada $6 en la economía de Estados Unidos se gasta en atención de salud. Un nuevo boom de IT en este sector significa que habrá miles de millones de dólares más.
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Esta historia es parte de una alianza que incluye a Montana Public Radio, NPR y Kaiser Health News
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