Seguros de salud, el alivio de Maritza

"El ACA (Affordable Care Act) es humano", dice Maritza Hernández, una enfermera portorriqueña que pasó de atender pacientes a ser uno de ellos. Una enfermedad repentina, la dejó incapacitada, sin trabajo, ni seguro, en medio de una vida de clase media, con las deudas propias de quien quiere hacer progresar a su familia.
Crédito: HolaDoctor"Por fin pude ingresar al mercado de seguros en healthcare.gov. Para poder completar la aplicación, me dirigieron al centro de llamadas y pude comprar una cobertura que incluye seguro dental y de visión por $335.33 por mes (incluye $135 de créditos de impuestos). Mucho, mucho mejor que los $450 que otras aseguradoras me estaban ofreciendo".
"Estoy estática. Como enfermera por tantos años, he visto de primera mano cómo cientos de personas reciben cuidados de salud sin pagar, pasándole la factura al gobierno, (aka: usted y yo, los que pagamos impuestos). ¡El gobierno siempre paga! Ahora, tal como lo son los seguros de carros, son obligatorios los seguros de salud".
Maritza Hernández es de Trujillo, Puerto Rico. A los nueve años vino a Estados Unidos y desde entonces ha vivido en Miami. Tiene dos hijos ya adultos que los crió como madre soltera. Fue enfermera durante 35 años, 4 años como enfermera en las fuerzas armadas. Hace dos años comenzó a enfermarse y fue diagnosticada con estenosis espinal con un disco fuera de sitio. Debido a esta enfermedad progresiva quedó incapacitada para trabajar y la terminaron echando de su trabajo.
"A los 'biles' que me llegaban del hospital, se les sumaban el 'mortgage'. Por suerte, me cobraran menos por ser enfermera, pero igual un MRI básico cervical me costaba $350, $85 por visita al médico, más los medicamentos", relata esta mujer bajita que recorre con esfuerzo su casa ayudada con un bastón. "Viví de la caridad por mucho tiempo, estaba recién mudada a mi nueva casa y no tenía ni muebles. Lo que tengo me lo han regalado mis compañeros de trabajo, cualquier silla me venía bien".
Es paradójico, pero como cuántas otras personas en este país, Maritza pagó un seguro médico mientras tuvo su trabajo y estaba sana. Sin embargo a la hora de enfrentarse a una enfermedad incapacitante, la imposibilidad de mantener su trabajo, la dejó totalmente desprotegida económicamente y, por supuesto, sin seguro médico.
"Como había trabajado hasta octubre de ese año, por mis ingresos como enfermera, no calificaba para Medicaid. A través de amigos de mi hija, me conecté con la Green Family Foundation y gracias a su programa de ayuda conseguí atención primaria de estudiantes de medicina de Florida International University que venían a mi casa a hacer los follow ups", nos comenta sentada frente a la computadora en un cuarto en su casa.
Con ansiedad y con todo el tiempo dedicado a encontrar un seguro médico accesible, Maritza Hernández, intentó cada día y a todas las horas posibles entrar en el mercado de seguros desde el primer día en que se abrieron las puertas para la inscripción.
Con tanta experiencia como paciencia aprendida en sus años de enfermería y de enfermedad, Maritza reflexiona: "La enfermedad es un negocio, no la salud. No estamos pagando precios justos. El ACA (Affordable Care Act) debió engendrarse con este país para cuidar a los suyos. No es republicano, ni demócrata, ni cristiano... es humano".
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