Los fritos no engordan a todos por igual
Que los fritos hacen mal y engordan es sabido por todos, la novedad es que hay algunas personas que se ven más afectadas que otras, y la causa podría estar en cierto tipo de genes.
Una investigación del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard analizó datos de más de 37,000 hombres y mujeres. La información surgió de tres grandes estudios realizados entre 1980 y 1990, donde informaron cada cuatro años sobre sus hábitos de consumo de comidas y bebidas.
Se clasificó a los participantes en tres grupos según consumieran fritos menos de una vez por semana, de una a tres veces por semana y cuatro o más veces por semana. Y hallaron que quienes comían fritos con mayor frecuencia, tenían un mayor índice de masa corporal (IMC). A su vez, las personas con un mayor riego genético de ser obesas tenían un IMC mayor que las de menor predisposición genética a la obesidad.
Según explica el profesor Lu Qi, participante en la investigación, el resultado sugiere que algunos genes pueden amplificar los efectos adversos de las comidas fritas e incidir en el peso corporal. Por eso recalca la importancia de restringir el consumo de fritos para prevenir la obesidad, en especial en las personas genéticamente predispuestas a ganar peso. Además de la carga genética, el experto recuerda que hay otros factores de riesgo, como la vida sedentaria y el consumo de sodas y otras bebidas.
Lu Qi advierte que el consumo frecuente de fritos también puede afectar a quienes tienen bajo riesgo genético de ser obesos ya que aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. Por eso lo más recomendable es seguir una dieta saludable y consumir la menor cantidad posible de fritos.
El investigador comenta con entusiasmo que los hallazgos recientes demuestran que en el futuro será posible diseñar las dietas basándose en la predisposición genética de cada individuo.
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