Crean mano biónica con sentido del tacto
Suena a ciencia ficción, sin embargo, el trabajo multidisciplinario de neurólogos, ingenieros, cirujanos y científicos suizos, alemanes e italianos, consiguió crear la primera mano biónica que restaurar el sentido del tacto y permite identificar la forma, dureza y tamaño de los objetos.
Crédito: École Polytechnique Fédérale de LausanneLa prótesis está equipada con sensores capaces de reaccionar a la tensión de los tendones artificiales y transforma en impulsos eléctricos la información emitida cuando se manipula un objeto. Para ello, modificaron algoritmos informáticos que transformaron la señal eléctrica en un impulso que los nervios sensoriales pudieran interpretar. Así, con el uso de cables en cuatro electrodos implantados quirúrgicamente en los nervios del brazo del paciente, “refinaron” el sentido del tacto. Y el resultado fue una mano biónica que podía sentir.
Los resultados de este ensayo clínico fueron publicaros en la revista científica norteamericana Science Translational Medicine y su autores aseguran que es la primera vez que una mano biónica permite a su usuario alcanzar este nivel de sensación táctil, con la posibilidad de medir correctamente su fuerza y movimientos a la hora de tomar objetos.
Información sensorial en tiempo real
Para mostrar su efectividad, la mano biónica fue puesta a prueba en el hospital Gemelli de Roma, en Italia, en Dennis Aabo Sorensen, un paciente danés de 36 años, a quien se le amputó el brazo izquierdo hace nueve años como consecuencia de una explosión al manipular fuegos artificiales.
"Pude experimentar sensaciones que no había sentido desde hacía nueve años", comentó Dennis Aabo Sorensen, quien calificó la respuesta sensorial de la prótesis de "verdaderamente increíble". "Cuando sostuve un objeto podía sentir si era blando o duro, redondo o cuadrado", añadió.
Durante las pruebas y para asegurarse de que el paciente usaba el tacto, y no hacía trampa al utilizar la vista o el oído, se le colocó una venda sobre los ojos y también audífonos mientras se le entregaba distintos objetos. Por ejemplo, para sentir la dureza, debió manipular un bloque de madera, una pila de vasos de plástico y un paquete de algodón.
La capacidad sensorial para diferenciar tamaños y formas se midió al entregarle una botella, una pelota de béisbol y una naranja.
El estudio, llamado Lifehand 2, demuestra que las manos protésicas equipadas con sensores artificiales podrían transformarse en prótesis más útiles y más reales al tener capacidad sensorial. Los resultados también sugieren que, utilizando este revolucionario sistema de retroalimentación sensorial, podrían generarse prótesis de mano capaces de sentir otras sensaciones, como la textura o temperatura.
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