EE.UU. y el derecho "a pedir ayuda para morir"
Una decisión tomada por una jueza de Nuevo México, EE.UU. no sólo allana el camino para que pacientes mentalmente competentes pero gravemente enfermos soliciten asistencia a su médico para que les prescriba drogas que les ayuden a morir, si así lo desean, también ha reabierto el debate sobre este polémico tema.
"Este tribunal no puede pensar en un derecho más fundamental, más privado o más integral a la libertad, la seguridad y la felicidad de los habitantes de Nuevo México que el derecho de un paciente mentalmente competente pero gravemente enfermo de solicitar asistencia para morir”, afirmó la juez Nan G. Nash de la corte del segundo distrito en Albuquerque, Nuevo México.
La resolución es el resultado de una petición presentada en marzo del 2012 por los médicos Katherine Morris y Aroop Mangalikun, oncólogos en el hospital universitario de Nuevo México que buscaban protección en caso que fueran demandados por proveer drogas fatales a la paciente Aja Riggs, de 49 años y con cáncer. Los médicos que den asistencia médica para morir no podrán ser encausados bajo la ley de asistencia al suicidio, que se considera un delito grave de cuarto grado.
"Los habitantes de Nuevo México, tanto sanos como enfermos, ahora disfrutan de tener la paz mental de saber que pueden evitar una muerte prolongada y agonizante", dijo Laura Schauer, directora de Asuntos Legales de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Nuevo México, en un comunicado.
Por su parte, la Conferencia de Obispos Católicos de Nuevo México expresó su decepción con el fallo del lunes y dijo que hay una diferencia entre los derechos fundamentales garantizados por la Constitución y la capacidad de una persona de quitarse la vida.
La Procuraduría General de Nuevo México dijo que está discutiendo la posibilidad de una apelación pero que necesita estudiar primero a fondo la opinión de la jueza antes de comentar al respecto. La asistencia para morir está permitida en Oregon, Washington, Montana y Vermont. La práctica ha sido objeto de debate desde que fue aprobada por primera vez en Oregon en 1997.
¿Qué es la eutanasia?
La palabra deriva del griego: eu (bueno) y thanatos (muerte), que significa buena muerte. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define eutanasia como “la acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él”.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella “acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente”. Se puede realizar por acción directa: proporcionando una inyección letal al enfermo, o por acción indirecta: no proporcionando el soporte básico para su supervivencia.
Los médicos ante el deseo de morir
En la actualidad la esperanza de vida va en incremento, gracias a los avances tecnológicos, científicos y médicos es posible echar mano de todos los medios y terapias para mantener a una persona viva aún en los caso en que hay pocas posibilidades de obtener algún progreso o no hay posibilidad de curación.
Para algunos, morir con dignidad significa morir sin dolor. Cualquier muerte que sea acompañada por el sufrimiento es considerada como indigna en la mentalidad de la sociedad actual. En este contexto, la muerte sin dolor puede ser provocada por la administración de una droga con la intención de finalizar la vida y al mismo tiempo el sufrimiento.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos refiere que algunas veces, a pesar del tratamiento, una afección o enfermedad causa la muerte. En esos casos, los pacientes pueden decidir lo que quieren y lo que no quieren que se les haga. Pueden decidir si desean un tratamiento agresivo que puede prolongarles la vida o si prefieren interrumpir el tratamiento, lo que significaría morir antes, pero con mayor tranquilidad. Es posible que hasta deseen planificar su propio funeral. Las directivas médicas por adelantado pueden ayudar a que las familias y los profesionales de la salud sepan con claridad cuáles son los deseos del paciente.
Los cuidados al final de la vida se enfocan en hacer que el paciente se sienta cómodo. El enfermo recibe medicamentos y tratamientos para controlar el dolor y otros síntomas. Algunos pacientes escogen morir en su casa. Otros ingresan a un hospital o un centro de cuidados paliativos. De cualquier manera, existen servicios dispuestos para ayudarles a los pacientes y sus familias a lidiar con las cuestiones relacionadas con la muerte.
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