Comer frutos secos ayuda a adelgazar
Nueces, almendras, avellanas, pistaches y otros frutos secos tienen fama de tener un elevado aporte calórico, lo que hace que muchas personas piensen que engordan y rara vez los incluyan en su dieta, sin embargo, serían uno de los principales aliados para reducir el peso corporal, según un estudio del Centro agrícola de la Universidad de Louisiana y el Comité Internacional del Fruto Seco para la Investigación y Educación en Nutrición (INC NREF).
Los hallazgos publicados en Nutrition Journal, refieren que el consumo de frutos secos está asociado con un menor peso corporal, menos riesgo de síndrome metabólico y de enfermedad cardiovascular.
Para llegar a dicha conclusión, los investigadores compararon los factores de riesgo de enfermedad cardiaca y síndrome metabólico de consumidores de frutos secos con los de quienes no los consumen. El estudio evaluó a 14,386 hombres y mujeres de más de 19 años que participaron en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) en el 2005-2010. La ingesta de frutos secos fue a partir de una onza o más por día.
"Aproximadamente el 6.8% de la población estudiada consume frutos secos", destacó la Dra. Carol O'Neil, autora principal del artículo. "Aquellos que consumían frutos secos comieron alrededor de 1.5 onzas (44.3 gramos) de frutos secos al día", precisó. Según las directrices para la reducción de las enfermedades cardiacas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., el nivel ideal de consumo de frutos secos es de alrededor de 1.5 onzas (o casi 43 gramos y equivalente a unas 240 calorías).
Los resultados mostraron que incluirlos en la dieta se asoció con un menor índice de masa corporal, mejores mediciones de la presión arterial sistólica y la resistencia a la insulina, así como altos niveles del llamado colesterol bueno. Además, se encontró que los consumidores de frutos secos eran 25% menos obesos y 21% menos propensos a tener una circunferencia de cintura elevada, en comparación con quienes no los consumen.
″Los frutos secos deberían ser parte integral de una dieta sana y los profesionales de la salud, especialmente los nutricionistas, tienen que recomendar a sus pacientes que los incorporen″, resaltó O’Neil.
"Los frutos secos, entre otros efectos, contribuyen a mantener una buena figura, subir la concentración de colesterol bueno (HDL o colesterol de alta densidad) y bajar el nivel de proteína C-reactiva, un compuesto asociado a diversas enfermedades crónicas", puntualizó.
Los autores de la investigación destacan que los frutos secos están llenos de proteínas vegetales, fibra dietética, y ácidos grasos mono y poli insaturados, con efecto saciante que pueden ayudar a suprimir el apetito. Además, están asociados con una mejor condición nutricional y una calidad de dieta mayor.
Los riesgos de ser obeso
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, obesidad significa tener un exceso de grasa en el cuerpo. Se diferencia del sobrepeso, que significa pesar demasiado. El peso puede ser resultado de la masa muscular, los huesos, la grasa y/o el agua en el cuerpo. Ambos términos significan que el peso de una persona es mayor de lo que se considera saludable según su estatura.
La obesidad se presenta con el transcurso del tiempo, cuando se ingieren más calorías que aquellas que consume. El equilibrio entre la ingestión de calorías y las calorías que se pierden es diferente en cada persona. Entre los factores que pudieran inclinar el equilibrio se incluyen la constitución genética, el exceso de comer, el consumo de alimentos ricos en grasas y la falta de actividad física.
Ser obeso aumenta el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, artritis y ciertos cánceres. Un estilo de vida activo y mucho ejercicio, junto con una alimentación saludable, es la mejor manera de bajar de peso. Incluso una pérdida de peso modesta puede mejorar su salud, retrasar o prevenir algunas de estas enfermedades.
Los estudios recientes han demostrado que la obesidad está relacionada con 112,000 muertes en los Estados Unidos cada año.
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