Cuál es el mejor remedio para los labios agrietados
La mayoría de las personas tienen los labios agrietados de vez en cuando, pero hay otras que lo padecen durante todo el invierno. Por eso, lo mejor es que una especialista como la Dra. Lawrence Gibson, de Clínica Mayo, responda sobre el cuidado y la prevención de este problema.
Hay mucho que puedes hacer para tratar, y prevenir, los labios agrietados, pero considera estos consejos:
- Protege tus labios
- Evita lamer tus labios
La saliva se evapora rápidamente, dejando los labios más secos que antes de que pases tu lengua. Si tiendes a lamerte los labios, evita el bálsamo labial con sabor, que puede tentarte a hacerlo con más frecuencia.
- Mantente hidratado
Bebe muchos líquidos y humedece el aire de tu casa con un humidificador.
- Evita los alérgenos
Trata de no tener contacto con irritantes o alérgenos, como fragancias o tintes, presentes en cosméticos o productos para el cuidado de la piel.
- Respira por la nariz
Respirar por la boca puede hacer que los labios se sequen.
Si el agrietamiento es severo y no responde al tratamiento en el hogar, consulta a tu médico. En raras ocasiones, los labios agrietados persistentes pueden indicar un problema subyacente.
Cómo mantener la piel hidratada
La piel se compone de tres capas: la capa externa (epidermis), la piel subyacente (dermis) y el tejido subcutáneo. Si la capa más externa de la epidermis no contiene suficiente agua, la piel perderá elasticidad y se sentirá áspera. Para mantener la piel hidratada, sigue estos pasos:
- Evita la exposición al aire seco.
- Evita el contacto prolongado con agua caliente o clorada.
- Utiliza un limpiador suave en lugar de jabón.
- Evita el uso de productos para el cuidado de la piel que contengan alcohol.
- Humecta inmediatamente después de un baño, ducha o después de lavarte las manos y regularmente durante el día.
- Usa un humidificador.
- Usa una bufanda y guantes cuando salgas al clima frío.
- Si te preocupa la sequedad de la piel, comunícate con tu proveedor de atención médica o con un dermatólogo.
Fuente: Clínica Mayo
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