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¿Sirven los cubos de hielo para cuidar la piel?

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Es común que para el cuidado del rostro se recurra a opciones naturales, sencillas de preparar y, sobre todo, que tengan una gran difusión en Internet.

Este es el caso de los cubos de hielo, que en los últimos años cobraron gran popularidad como una alternativa para combatir el acné, la hinchazón y las arrugas. Pero ¿son efectivos? ¿tienen efectos secundarios? Aquí repasamos todo sobre este método de cuidado cutáneo.

Terapia de frío

En primer lugar, es necesario resaltar que, aunque al uso de cubos de hielo sobre la piel con fines medicinales se lo suele catalogar o difundir como "terapia de frío" o "tratamiento de frío", no es lo mismo que la crioterapia.

La crioterapia, criocirugía, crioablación, crioterapia percutánea, o simplemente terapia de frío, es un tratamiento mínimamente invasivo que usa un frío intenso para congelar y destruir tejido enfermo, incluyendo células cancerosas.

Durante la crioterapia se hace fluir nitrógeno líquido o gas de argón a alta presión dentro de un aplicador similar a una aguja. Esto crea un frío intenso que el profesional de la salud utiliza para congelar y destruir el tejido enfermo.

También se utiliza ultrasonido, tomografía computada o resonancia magnética para ayudar a guiar el aplicador hasta los sitios de tratamiento dentro del cuerpo. Esto se debe a que los médicos pueden utilizar la crioterapia tópicamente, en forma percutánea o quirúrgicamente.

El uso de crioterapia está destinado a tratar diferentes afecciones:

  • Distintos tipos de cáncer, como el de próstata o hígado (especialmente cuando no se puede realizar una cirugía).
  • Lunares precancerosos en la piel.
  • Nódulos.
  • Papilomas cutáneos.
  • Pecas o marcas poco estéticas.
  • Retinoblastomas, un cáncer infantil de la retina.
  • Tumores en la piel, riñones, huesos, pulmones y senos.

Uso de hielo en la piel

La aplicación de cubos de hielo en un área del cuerpo con fines medicinales cuenta con una larga tradición. Generalmente, se usa para aliviar dolores, y disminuir la hinchazón o inflamación.

Quienes promueven las "terapias de frío" explican que es necesario cubrir un par de cubos de hielo con un paño para luego deslizar y masajear suavemente con movimiento circulares por la línea de la mandíbula, nariz, labios, frente y mejillas. Esto ayudaría a:

  • Aliviar el acné.
  • Aliviar los síntomas de las quemaduras solares.
  • Aumentar el brillo de la piel.
  • Eliminar la hinchazón, especialmente alrededor de los ojos.
  • Reducir la presencia de grasa en la piel.
  • Reducir la hinchazón e inflamación, como las que ocurren por erupciones o picaduras de insectos
  • Retrasar la aparición de signos del envejecimiento, como líneas o arrugas.

Los defensores de este "tratamiento" resaltan que los cubos de hielo no deben estar hechos solamente de agua. También se puede usar cubos hechos con o café, debido a que poseen cafeína, una sustancia que penetra en la piel y aumenta la circulación sanguínea.

Otra opción muy popular es el aloe vera o sábila congelado, ya que posee propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias, y antioxidantes.

A pesar de su extendido uso y amplia popularidad en la medicina natural, estas afirmaciones solo se basan en evidencia anecdótica, ya que, hasta la fecha, no existen estudios o investigaciones clínicas que indiquen que los tratamientos con cubos de hielo pueden tratar eficazmente las afecciones mencionadas.

Precauciones

Lo primero que debes hacer si decides recurrir al uso de cubos de hielo sobre la piel con fines medicinales, es consultar a un profesional de la salud. Este realizará un diagnóstico para conocer el estado de tu salud cutánea y te explicará los posibles riesgo de este tratamiento.

Si aún decides hacerlo, ten en cuenta los siguientes consejos para disminuir el riesgo de sufrir problemas:

  • Asegúrate de limpiar tu piel, tal como lo harías antes de aplicar cualquier otro tipo de tratamiento cutáneo.
  • Envuelve el hielo en un paño fino o una toalla de papel gruesa antes de aplicarlo sobre la piel. 
  • Cambia con frecuencia el hielo y el paño que usas para envolverlo, de esta forma reducirás el riesgo de infecciones, al evitar la propagación de bacterias de una parte de la cara a otra.
  • Aplica el hielo durante intervalos cortos (no más de un minuto) y deja descansar la piel al menos por cinco minutos antes de volver a aplicar. 
  • Combina la aplicación de hielo con la aplicación de compresas o toallas tibias. La aplicación de calor en un principio ayuda a eliminar residuos, mientras que luego el hielo reduce la inflamación. Cuidado: nunca apliques primero hielo y luego compresas calientes, ya que puedes dañar tu piel.
  • Ten una bandeja de hielo dedicada exclusivamente a los cubos que usarás para tu piel.
  • Debes dejar de usar hielo inmediatamente y consultar al médico si notas enrojecimiento, entumecimiento o cambios en el color de la piel.

Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.


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