Correr te mantiene joven
Si todavía no te animas a ponerte los tenis y salir a correr, debes saber que no sólo es una de las mejores maneras de estar en forma, también te mantendría más joven, al menos en términos de eficiencia energética, según un estudio de las universidades de Colorado y la Estatal de Humboldt, en Estados Unidos.
La investigación publicada en PLoS One, indican que personas sexagenarias y septuagenarias que han corrido de forma habitual en su vida tienen mayor eficiencia energética, comparable en algunos casos con la de una personas de 20 años. Mientras que personas de la misma edad que camina habitualmente no tiene un organismo tan eficiente.
En el estudio se analizó la eficiencia energética de un grupo de personas de entre 64 y 74 años que corrían al menos media hora tres veces por semana desde hace años, incluso décadas y se comparó con la de personas de la misma edad que caminan habitualmente como ejercicio.
A ambos grupos se les pidió que caminaran a diferentes velocidades (1.6 mph, 2.8 mph y 3.9 mph / 2.58 km/h, 4.5 km/h y 6.27 km/h) sobre una cinta de ejercicios mientras se registraba su consumo de oxígeno y su producción de dióxido de carbono.
Los resultados mostraron que quienes eran corredores habituales tenían una eficiencia energética comparable a la de una persona sedentaria de unos 20 años cuando caminan. En cambio, las personas que caminan registraron un consumo energético mayor, comparable al de personas sedentarias de su edad. Los corredores eran entre un 7% y un 10% más eficientes.
“Fue sorprendente encontrar que los adultos mayores que corren regularmente para hacer ejercicio son mejores caminantes que los adultos mayores que regularmente caminan para hacer ejercicio”, comentó Owen Beck, uno de los investigadores en información difundida por la Universidad de Colorado. “El mensaje aquí es que correr, como ejercicio, hace más lento el proceso de envejecimiento, y hace que las personas se muevan más fácilmente, lo que les da independencia”, añadió.
“Encontramos que los adultos mayores que regularmente hacen actividades con alto impacto aeróbico (correr, por ejemplo) tienen un menor costo metabólico para caminar que los sedentarios, o incluso con quienes caminan habitualmente”, explicó por su parte Justus Ortega, quien también fue parte de la investigación.
Para Rodger Kram, otro de los autores del trabajo, las mitocondrias (orgánulos celulares encargados de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular) están involucradas en este beneficio. Las mitocondrias generan energía química conocida como trifosfato de adenosina (ATP) que ayuda a las fibras musculares por ejemplo a moverse y levantar objetos. Por lo que las personas que corren con regularidad en general tienen más mitocondrias en sus células, proporcionando más energía para alimentar los músculos más grandes.
La inactividad pasa factura
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía. Ello incluye los deportes, el ejercicio y otras actividades, tales como el juego, el caminar, las tareas domésticas, la jardinería o el baile.
Advierte que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo). Además, es la causa principal de aproximadamente hasta del 25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de la carga de cardiopatía isquémica.
La OMS asegura que las personas físicamente activas tienen menor frecuencia de cardiopatías coronarias, hipertensión arterial, accidentes vasculares cerebrales, diabetes, cáncer de colon y mama, depresión; así como, menos riesgo de caídas y fracturas vertebrales o de la cadera y más probabilidades de mantener un peso saludable.
Más para leer:
© 2024 Pan-American Life