Depresión posparto y fármacos: seguridad y riesgos durante la lactancia
La prevalencia de la depresión post parto (DPP) ha aumentado dramáticamente en la última década. Nuevas investigaciones muestran un escenario clínico en el cual hay más diagnósticos y más opciones de tratamiento, pero para las latinas hay todavía barreras culturales que deben superarse para obtener ayuda de manera precoz.
En estados Unidos, la tasa de latinas con esta afección pasó de 8.9% a 18.8% entre 2010 y 2021. En la región, Sudamérica tiene una prevalencia de 21.71%. Hallazgos actuales revelan que la prevalencia de la DPP está estrechamente relacionada con el desarrollo del país y el ingreso nacional y regional.
La depresión posparto se está convirtiendo en un preocupante problema de salud pública en todo el mundo, en el marco de una crítica situación de la salud mental en general. Aunque el período y contexto particular en el que ocurre la DPP brinda una oportunidad para intervenciones preventivas, todavía faltan estrategias de prevención farmacológicas.
Además, se trata de una delicada situación médica ya que hay que valorar la medicación para tratar la DPP que necesita la madre, especialmente si está en período de lactancia.
Estudios muestran que los antidepresivos en general se consideran relativamente seguros para su uso durante la lactancia cuando está clínicamente justificado, y los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) en particular son una de las clases de medicamentos mejor estudiadas durante este período.
Se han publicado revisiones exhaustivas sobre el tema de los antidepresivos y la lactancia materna. En los estudios más rigurosos, las mujeres lactantes han proporcionado repetidamente muestras de leche materna y muestras de sangre infantil para que los investigadores cuantifiquen la exposición del bebé a los medicamentos.
Se han acumulado datos sobre el uso de diversos medicamentos antidepresivos durante la lactancia. Los datos disponibles sobre el uso de antidepresivos tricíclicos (ATC), fluoxetina, paroxetina y sertralina durante la lactancia han sido alentadores y sugieren que las cantidades de fármaco a las que está expuesto el lactante son bajas y que las complicaciones significativas relacionadas con la exposición neonatal a los antidepresivos en la leche materna parecen ser raras.
Por lo general, se han detectado niveles de fármaco muy bajos o no detectables en el suero del lactante, y un informe reciente indica que la exposición a la medicación en la leche materna no produce un bloqueo clínicamente significativo de la recaptación de serotonina (5-HT) en los lactantes.
En esta generación de fármacos se incluye la innovación más reciente aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), Zurzuvae (zuranolona), el primer medicamento oral indicado para tratar la depresión posparto en adultos. Hasta ahora, el tratamiento para la DPP solo estaba disponible mediante una inyección intravenosa administrada por un proveedor de atención médica en ciertos centros de salud.
La eficacia de Zurzuvae para el tratamiento de la depresión posparto en adultos se demostró en dos estudios multicéntricos, aleatorios, doble ciego y controlados con placebo. Las participantes del ensayo fueron mujeres con DPP que cumplían con los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales para un episodio depresivo mayor y cuyos síntomas comenzaron en el tercer trimestre o dentro de las cuatro semanas posteriores al parto.
Otra problemática se presenta con el tratamiento de la depresión post parto en mujeres que ya tienen un diagnóstico de depresión previo al embarazo.
Pero este no suele ser el caso de las mujeres latinas, en sociedades donde la depresión todavía se confunde con tristeza o nervios, y no se es proactivo en la búsqueda de atención de salud mental por tabúes históricos.
Una investigación destaca que los proveedores que trabajan con latinas, ya sea nacidas en Estados Unidos o fuera de ese país, deben considerar el contexto más amplio de la vida de una mujer que puede impedir la identificación o admisión de los síntomas de la DPP. La falta de apoyo formalizado en Estados Unidos para mujeres embarazadas y nuevas madres respalda la compleja narrativa de que la DPP es un problema individual que debe resolverse por cuenta propia.
Sin embargo, toda la investigación sobre disparadores y tratamiento efectivo para la depresión post parto apunta a la necesidad de una mayor conciencia y apoyo de la comunidad. Cuando la sociedad puede discutir abiertamente la salud mental materna en el período periparto, esto puede influir en gran medida en la capacidad de las madres para afrontar interna y externamente la depresión, la ansiedad y el estrés crónico en el marco de una atención médica segura y que ofrece alternativas para superar la afección.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.
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