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Vigilancia epidemiológica de la influenza 2024: estrategias de prevención y tratamiento

Publicado - Por HolaDoctor

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El virus de la gripe o influenza circula a nivel mundial en distintos momentos del año. Según el inicio del período de actividad primaria de la influenza, los países se asignan a dos categorías:

  • países donde la actividad primaria de influenza comienza después de octubre, y,
  • países donde la actividad primaria de influenza comienza después de abril.

Para que sea más eficaz en países con múltiples picos y actividad residual durante todo el año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la vacuna contra la influenza estacional se administre antes del inicio del período primario de mayor actividad de la influenza.

El organismo internacional también pide a los proveedores de salud y a los sistemas de salud pública que analicen la información de vigilancia local para evaluar el patrón de estacionalidad a nivel nacional y en distintas regiones del país. Esto ayuda a tomar decisiones basadas en la evidencia sobre el mejor momento para realizar las campañas de vacunación.

Según una actualización del 12 de junio de 2024 de la OMS:

  • En el hemisferio norte, se siguió notificando una actividad gripal elevada en países de América Central y el Caribe y en el sur de Asia principalmente debido a los virus de la influenza A(H3N2). En la mayoría de los países templados, la actividad de la influenza se mantuvo baja en niveles interepidémicos.
  • En el hemisferio sur, países de América del Sur, Sudáfrica y Oceanía informaron de una actividad elevada. En América del Sur la actividad se debió principalmente a los virus A(H3N2), en Sudáfrica predominaron los virus A(H1N1)pdm09, y en Oceanía cocircularon los virus A(H1N1)pdm09 y A(H3N2).

En los climas templados, las epidemias estacionales se producen sobre todo durante el invierno, mientras que en las regiones tropicales pueden aparecer durante todo el año, produciendo brotes más irregulares.

Vacuna

Cada año, la administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), la OMS y otros expertos en salud pública colaboran en la revisión de la vigilancia de la influenza y los datos de laboratorio recopilados en todo el mundo, en un esfuerzo por identificar las cepas que pueden causar la mayoría de las enfermedades. en la próxima temporada.

En base a esa información y a las recomendaciones del Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la FDA, la FDA selecciona cada año las diferentes cepas de influenza que los fabricantes deben incluir en sus vacunas para la población estadounidense para la próxima temporada de influenza.

Cuanto más cercana sea la coincidencia entre las cepas circulantes que causan la enfermedad y las cepas de la vacuna, mejor será la protección contra la influenza.

Esta temporada, epidemiólogos han observado que una de las cepas de la influenza tipo B ha desaparecido de circulación. Por esta razón, las vacunas contra la influenza 2024-2025 contendrán sólo tres tipos de influenza en lugar de cuatro como en los últimos años. 

La versión trivalente actualizada incluirá protección contra dos virus de influenza tipo A comunes y un virus de influenza tipo B.

Por las bajas tasas de vacunación y porque la vacuna contra la influenza no protege en un 100%, las personas vacunadas aún podrían contraer el virus que causa la gripe. Cuanto más individuos vacunados hay, más protección comunitaria se produce. Por eso las entidades de salud pública recomiendan a los proveedores ser la primera línea de recomendación de la vacuna.

Población más vulnerable

Aunque la mayoría de las personas sobreviven a una gripe sin secuelas, hay grupos médicamente vulnerables. Las personas en estos grupos pueden desarrollar graves complicaciones a partir de desarrollar la gripe estacional.

Estos grupos son:

  • las embarazadas,
  • los niños de menos de 5 años, y especialmente los menores de 2,
  • las personas mayores,
  • y los pacientes con enfermedades crónicas (cardíacas, pulmonares, renales, metabólicas, del desarrollo neurológico, hepáticas o hematológicas) o inmunodepresión (por VIH/sida, quimioterapia, corticoterapia o neoplasias malignas).

Debido a su exposición a los pacientes, los trabajadores de salud y cuidadores corren gran riesgo de infectarse por los virus de la gripe y de transmitirlos, sobre todo a personas vulnerables.

La vacunación puede proteger a los trabajadores de salud y a las personas que los rodean.

Los virus, y también las bacterias, a veces adoptan un enfoque de “hacer leña del árbol caído”, esto es, se aprovechan del estado debilitado del cuerpo de una persona para causar más infecciones. 

Los patógenos que causan la segunda infección a menudo se denominan “oportunistas”. Un ejemplo es que cuando las personas tienen influenza, son más susceptibles a las infecciones neumocócicas.

Los CDC estiman que el 90% de las muertes relacionadas con la gripe ocurren en adultos de 65 años y más. Se recomienda la vacunación contra la gripe a partir de los 6 meses, y cada proveedor debe discutir con su paciente las dosis y el momento adecuados para obtener la mayor protección.

Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.


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