Jarabes para la tos: ¿un gasto superfluo?
Varios especialistas informan que su efectividad no es tanto mayor que la de los remedios caseros como la miel y el limón. Representarían un gasto de dinero innecesario ya que no mejoran ni reducen la tos.
Los remedios y jarabes para la tos tienen una fama basada en suposiciones, ya que según los especialistas, no hay evidencia de su efectividad. Y hasta representan un gasto superfluo. Sin embargo, aún ante esta evidencia, la publicidad incita a su uso ya que deja ganancias millonarias cuando empieza a bajar el termómetro y llegan las enfermedades clásicas del frío.
El doctor Tim Ballard, vice presidente del Royal College of General Practitioners, en Inglaterra, sostiene que hay poca evidencia médica que demuestre la efectividad de los medicamentos para la tos. Tampoco se pudo probar que sean capaces de acortar la duración de la enfermedad, por eso muchos doctores se abstienen de prescribirlos cuando hay síntomas como tos, fiebre y vías nasales taponadas.
En lugar de estos jarabes, muchos médicos recomiendan los remedios caseros o de la abuela: una cucharada de miel con limón, diluida en una taza de agua caliente. Si se elige la poderosa miel manuka, su poder antiséptico y antiviral podría ser aún mejor contra la tos. Pero no es que la miel “cure” sino que recubre y suaviza las mucosas de la garganta, reduciendo la irritación.
En el caso de niños menores de un año, jamás se les debe dar miel, ya que podría contener una bacteria que sus intestinos, aún inmaduros, no son capaces de eliminar. Y se corre el riesgo de que el niño contraiga botulismo infantil, que causa debilidad muscular, problemas respiratorios y constipación.
La FDA estableció que los niños y bebes no deben consumir medicamentos para la tos de venta libre, y la Academia Americana de Pediatría la desaconseja para niños menores de 6 años. La entidad sostiene que no son efectivos y pueden tener severos efectos colaterales.
¿Qué es la tos?
El profesor Ron Eccles, director del Centro de Resfriados de la Universidad de Cardiff, explica que la tos existe por algo: es una defensa del sistema respiratorio para liberar los pulmones de elementos indeseables, cuando están luchando contra algún virus que los ha afectado.
Este acto reflejo se dispara para despejar las vías aéreas de mucosidad o agentes irritantes como polvo o humo. La tos puede ser seca o productiva, y en general no dura más de tres semanas. Si persiste, se pueden hacer estudios de control como radiografías, espirometría, análisis de laboratorio de muestras de flema y pruebas de alergia. Según la Universidad de Georgia, una tos dura en promedio 18 días, y si es persistente se puede convertir en crónica.
Un estudio publicado en un journal de Alergia e Inmunología Clínica investigó la efectividad de la codeína como supresor de la tos. El efecto de este opioideo usado durante décadas para aliviar los síntomas no demostró ser superior que el de los placebos. Y en ensayos realizados con 105 niños de entre 2 y 18 años, tampoco fue tan eficaz el dextrometorfano (DXM o DM), sino que tuvo mejor resultado el uso de miel.
La droga DM está presente en muchos medicamentos de venta libre y recetados. En las pruebas se les dio a los voluntarios miel, dextrometorfano con sabor a miel y a otros nada. Los del primer grupo fueron quienes mostraron mayor alivio, tanto los niños como sus padres, además de que pudieron dormir más y con una mejor calidad de sueño.
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