Cómo lidiar con una relación de pareja conflictiva

Un motivo de sufrimiento frecuente, desde que empezamos a enamorarnos, es el temor a la ruptura, el manejo de los celos y el duelo después de una separación. 

Puede ser incluso una experiencia tan perturbadora, que en algunas ocasiones afortunadamente pocas, la historia termina en violencia, maltratos, homicidios o actos suicidas.

El amor de pareja es el sentimiento que experimentamos hacia una persona que consideramos buena y origen de nuestros deseos, incluyendo la dimensión sexual.

Nos motiva a vincularnos con ella y a defender la relación. Un elemento importante es la manera de enamorarnos o el acto y modo de ejercer el amor. Hay tantas maneras de enamorarnos y de ser correspondidos como maneras de ser.

No hay un solo tipo de amor, cada quien se enamora a su manera y esto depende de su personalidad. La personalidad podemos entenderla como la forma de pensar, sentir y actuar, que configura nuestra manera de ser y nos diferencia de los demás. 

De la personalidad deriva nuestra manera de relacionarnos, enamorarnos y amar, pero también la manera como correspondemos al amor del otro. 

La calidad de la relación  también está vinculada a la personalidad. Si alguno de los miembros de la pareja, o peor aún, los dos tienen algún trastorno de personalidad, la relación puede ser difícil, intensa y en ocasiones derivar en maltratos e injusticias.

Imagina enamorarte de una persona paranoica, los celos serán tú día a día. Enamorarte de un narcisista al que le deberás, no admiración, sino pleitesía, o unirte a un psicópata que solo le importa satisfacer sus deseos y no siente empatía. 

Por eso hay que aprender a conocerse y conocer a la persona con quien decides establecer una relación. Afortunadamente no es más del 10% de la población la que tiene algún problema de personalidad que afecta de manera negativa la forma que tienen de relacionarse con los demás.

No es sano que en tu relación se establezcan situaciones de maltrato, dependencia, dominación y/o sumisión. Se debe respetar a la persona, se debe ser empático, fomentar el desarrollo y bienestar.

El sufrimiento es un síntoma que alerta sobre un problema, es una señal de que algo no está bien y si se convierte en algo que prevalece en una relación, a pesar de los intentos de solución, significa que la persona debe buscar ayuda y asesoría con un terapeuta.