Café, efectivo contra el mal de Parkinson
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Tomar dos tazas de café al día ayudaría a los pacientes de mal de Parkinson a mejorar sus habilidades motoras, según lo hallado por investigadores de la Universidad McGill, en Montreal, Canadá.
"Se sabía que el consumo regular de cafeína podría reducir el riesgo de desarrollar Parkinson, pero ésta es la primera vez que se encuentra que también sería benéfico para quienes ya padecen la enfermedad", comenta el Dr. Ronald Postuma, uno de los autores del estudio.
Para la investigación, se dio seguimiento durante seis semanas a 61 pacientes con mal de Parkinson, los cuales fueron divididos en dos grupos. Mientras uno de los grupos tomaba píldoras placebo, el otro debía tomar un suplemento con 100 miligramos de cafeína, dos veces al día; esta cantidad de cafeína sería la contenida en dos tazas de café.
Al final del estudio, los pacientes que habían tomado la cafeína reportaron una mejoría en sus capacidades motoras: sentían menos rigidez, podían moverse más rápido y controlaban mejor sus movimientos.
"En realidad se trató de una mejoría pequeña, pero significativa para incrementar la calidad de vida de los pacientes", comenta el Dr. Postuma.
De acuerdo con los investigadores, la cafeína ayudaría a controlar los síntomas del Parkinson al influir en la actividad de diversas sustancias en el cerebro: según explica el Dr. Postuma, “La cafeína bloquearía los efectos de la adenosina, una sustancia que entorpecería la transmisión de las señales de movimiento dentro del cerebro; al inhibir sus efectos, otras sustancias encargadas de coordinar y controlar las capacidades motoras podrían actuar con mayor eficacia”.
No obstante, los investigadores advierten que el café no podría constituir un tratamiento contra el mal de Parkinson, aunque sí podría ser de ayuda como complemento.
Según cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el mal de Parkinson sería la segunda enfermedad neurodegenrativa más común, sólo después del Alzheimer. Esta enfermedad afectaría a uno de cada 100 adultos mayores.
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