Daniel Craig: cómo logró los músculos para ser James Bond
Por cuarta vez en nueve años, el actor Daniel Craig le dio vida a James Bond, el mítico agente 007. En Spectre, el nuevo film estrenado en todo el mundo en octubre, el actor inglés luce un físico atlético y lleno de potencia.
Pero este estado físico no fue el de siempre, y es muy distinto al que tenía durante el casting que le dio el papel. Sin embargo, en solo seis meses logró cambios impresionantes, según reveló el productor Michael G. Wilson a The Hollywood Reporter. Craig quería demostrarle a los críticos que estaba a la altura de Sean Connery, que hasta hoy está considerado como el “perfecto Bond”.
Daniel tuvo un entrenamiento de locos, del que Wilson comentó: “nunca vi nada parecido, debe haber sumado como 10 pulgadas (25 cm) a sus muslos y todo el pecho. Se transformó por completo y siguió haciéndolo”. Este duro entrenamiento lo mantiene y repite para cada una de las películas de la saga. También sigue una dieta científicamente controlada y cuando está en la etapa de filmación hace una vida casi monacal, ya que se va a la cama a las 9 de la noche.
Se especula con que Spectre podría ser la última película de Craig en la piel del superagente, que hasta el momento no hizo más que cosechar elogios y dólares. Este actor inglés siempre buscó darle su propia identidad al personaje, sin imitar a nadie ni perder la esencia.
Ya cerca de los 48, es la muestra de que se puede estar muy en forma, con un cuerpo bien definido pero sin parecer una mole de músculos. Craig tiene un físico privilegiado del tipo ectomorfo, que es naturalmente delgado pero con la cualidad de desarrollar músculos fácilmente y un metabolismo muy activo que le impide acumular adiposidad.
Pese a este regalo de la naturaleza, se exige al máximo para entrenar. Como sucedió para la película Skyfall, donde se sometió a un entrenamiento durísimo que consistió en una rutina en 4 fases, 5 días a la semana. La primera para marcar la musculatura, la segunda para tener más fuerza, la tercera enfocada a trabajar el tren superior y la cuarta que incluyó el trabajo de todo el cuerpo.
En la tercera fase se le pidió que redujera la ingesta de alimentos para disminuir aún más el poco porcentaje de grasa que tenía, y se le agregaron 45 minutos de entrenamiento aeróbico al final de cada rutina diaria. Está muy claro que ser un héroe de cine, no es nada sencillo.
Su dieta en este período fue estricta, sin carbohidratos refinados (azúcar simple) después de las 2 de la tarde. Después de las 5 de la tarde, eliminaba los carbohidratos con almidón, como papas, pan y arroz. Consumió dos frutas al día y tomó dos litros de agua, y después de cada entrenamiento, nunca olvidaba su colación.
Un día típico de la dieta de Craig mientras se preparaba para ser James Bond consistía en un desayuno con 2 huevos poché con pan de trigo tostado y un batido de proteínas con frutas o nueces a media mañana. Para el almuerzo, carne o pescado con arroz integral o papa asada. Por la tarde, otro batido de proteínas o un yogur con nueces. A la hora de la cena, pescado o carne con ensalada de hojas verdes, espinaca o brócoli. Luego de tanto esfuerzo, los viernes y sábados se premiaba y tomaba un poco de alcohol, como para que le resultara tan rigurosa.
Tanto esfuerzo le dio algunas satisfacciones, ya que además de verse como nunca, según una encuesta realizada en 2008 entre 4.000 británicas, Daniel Craig resultó ser el hombre “más sexy del mundo”. ¿Lo sería también si hubiera representado a un antihéroe torpe y desaliñado?
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