Las “drogas” auditivas, la nueva adicción de los jóvenes
Quien surte la “droga” es el internet. Basta con dar un par de clics, escribir “I-Doser” en el buscador y descargar un archivo de audio que hará que experimentes sensaciones similares a las que produce la marihuana, la cocaína, el LSD y otros estupefacientes. Preocupa esta práctica.
Una nueva moda circula en las redes sociales y se propaga como si fuera virus: se trata de las “drogas” auditivas, archivos de audio que activan varias zonas del cerebro capaces de producir varias sensaciones, desde la relajación a la excitación, de la felicidad al sueño, y de la euforia al orgasmo, y todo al alcance del botón “play” de tu reproductor de mp3.
“I-Doser”, como explica en su página, es el uso de ondas de distintas frecuencias que buscan alterar la conciencia para simular diferentes estados de ánimo o experiencias, como las que provocan las drogas recreativas.
Mediante tonos binaurales es como funcionan estos audios, al introducirse diversas frecuencias en los oídos que al llegar al cerebro se crea una diferencia que incidirá en las ondas cerebrales, ya sea en la banda beta, en la delta, alpha o theta, según explican algunos especialistas.
La polémica en torno a estas descargas surge a partir de si pueden imitar el efecto de las mismas sustancias adictivas. Los mismos usuarios que han probado estas “drogas” han compartido su experiencia en las redes sociales con comentarios que dicen que “si funcionan” hasta otros que sólo dijeron sentirse “aturdidos”.
Eduardo Calixto, quien es jefe del Laboratorio de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría explicó que aunque las ondas binaurales pueden generar la sensación de placer, no provocan las mismas sensaciones que las drogas reales. “No es que nos dé la sensación de estar fumando mariguana o estar metiéndose cocaína; sin embargo, la liberación de dopamina sí se logra”, comentó.
Por otra parte, Gabriela Armas, investigadora del departamento de Psiquiatría y Salud mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, afirma que al intentar reproducir los efectos de las drogas, se pueden provocar alucinaciones, así como crisis convulsivas en personas susceptibles, lo cual puede ser un peligro, puesto que “se corre el riesgo de desencadenar un estado epiléptico o una convulsión muy prolongada con consecuencias severas”.
Otro de los problemas que podrían provocar los archivos se relacionan con la pérdida auditiva. “El oído de los jóvenes alcanza estímulos auditivos que el oído de un varón de 30 o 40 años ya no escucha, ellos alcanzan a escuchar tonos muy amplios, esto quiere decir que puede lesionarse la membrana timpánica, lesionar la vía auditiva”, agregó Calixto.
A través de páginas de internet, como YouTube, aparecen decenas de videos de jóvenes experimentando con estos audios, en donde se puede observar cómo reaccionan de manera inesperada como si estuvieran en medio de una convulsión.
Las grabaciones, que duran entre 30 y 45 minutos tienen varios precios que van desde los 2.75 dólares, en el caso de la heroína, hasta los 199 dólares para el audio titulado “Mano de dios”.
Ante esto, la supervisión de lo padres es algo que preocupa, puesto que si no existe una comunicación con los hijos, ellos corren más peligro de poder ser más susceptibles de intentar con algún juego de novedad o incluso caer en el consumo de sustancias tóxicas verdad, según advierte el Instituto Nacional de Salud.
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