Los riesgos de ser un bebé gigante
El pasado 14 de agosto, las imágenes y la historia de un bebé gigante que pesó más de 13 libras (6.6 kilogramo) y nació en México dieron la vuelta al mundo, sin embargo, más allá de lo excepcional y de la felicidad que representa para los padres, el peso conlleva altos riesgos para el recién nacido y aumenta sus probabilidades de desarrollar obesidad y otras enfermedades crónicas.
Algunas madres aún tienen la creencia de que un bebé gordito es un bebé sanito y no hay motivo para preocuparse, sin embargo, es un error pensar de esa manera aseguró el cirujano Rafael Álvarez Cordero, titular del Programa de Prevención de la Obesidad de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, (México).
En entrevista con HolaDoctor, el especialista destacó que un bebé macrosómico (aquel cuyo peso es generalmente superior a 8 libras o 4000 gramos) no es un niño sano por dos razones: está condenado a luchar contra la obesidad desde el vientre materno, y también contra las patologías derivadas del exceso de peso.
Además, aumenta considerablemente el riesgo de aborto y malformaciones fetales, y la vida del bebé tras el nacimiento se pone en juego, debido a que además de ser niños con mucho peso corporal, sus órganos vitales tales como el corazón, hígado o páncreas tienden a agrandarse, alertó.
Álvarez Cordero precisó que hay varios factores que pueden influir para que un feto se desarrolle más de lo normal:
- Genética. Si un feto tiene un padre o una madre de gran tamaño es de esperar que él haya heredado el mismo tipo de crecimiento.
- Diabetes materna. En cualquier embarazada que viva con diabetes (tipo 1, tipo 2 o gestacional) y no se encuentre controlada se producirá un aumento en los niveles de glucosa en sangre que a su vez, ocasionará un aumento de la insulina fetal para contrarrestar ese exceso de glucosa. Cuando aumentan los niveles de insulina, el feto aumenta su ritmo de crecimiento y esto origina frecuentemente casos de macrosomía fetal.
- Obesidad materna o ganancia excesiva de peso durante el embarazo. La ganancia de peso debe ser progresiva y no excesiva. “Si una mujer aumenta 9 kilos durante el embarazo, se puede decir que tendrá un bebé con un peso aproximado de 3 kilos”, afirmó Álvarez Cordero.
Señaló la importancia del cuidado prenatal para prevenir y descubrir posibles problemas de salud tanto del bebé como de la madre, mismo que deben incluir: hábitos saludables, buena alimentación, exámenes prenatales frecuentes, ecografías de rutina para detectar problemas con el bebé, pruebas para detectar hipertensión, problemas del tipo sanguíneo, diabetes, entre otros.
Obesidad infantil en cifras
Actualmente, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, problema que está presente no sólo en la infancia y la adolescencia, sino también en la población en edad preescolar, de acuerdo a un informe de la Organización de las Naciones Unidad para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Datos del la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2012) indican que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso u obesidad. La prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad para el grupo de escolares, niños y niñas entre 5 y 11 años es de 34.4%, lo que quiere decir que más de 1 en cada tres niños mexicanos tienen un problema de sobrepeso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y advierte que la obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte y discapacidad prematuras en la edad adulta.
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