¿Puede tu iglesia pagar tus cuentas médicas?
Los líderes de la Pathway Church en las afueras de Wichita, Kansas, no imaginaban que los $22,000 con los que ya contaban para la Pascua tendrían tal impacto.
Esta congregación no confesional de unas 3,800 personas se había propuesto ayudar a su comunidad a pagar alguna deuda médica, recordó Larry Wren, pastor ejecutivo de Pathway. Después de todo, la base de la membresía en las tres sedes de Pathway consiste en familias de ingresos medios con niños en edad escolar. No son filántropos de altos ingresos.
Pero luego supieron, como en una versión moderna de la historia bíblica de los panes y los peces, que esa pequeña cantidad podría saldar $2,2 millones de deuda no sólo en Wichita, sino de cada habitante de Kansas que enfrentaba insolvencia inminente debido a los gastos médicos que no pueden pagar: 1,600 personas en total.
Mientras Wren pensaba en el mensaje de Pascua, las cosas encajaron. “Poder hacer esto ilustra lo que significa pagar una deuda que ellos solos nunca podrían pagar”, dijo.
Iglesias de Maryland, Illinois, Virginia, Texas y otros lugares han llegado a la misma conclusión. RIP Medical Debt, una organización sin fines de lucro con sede en Rye, Nueva York, que organiza el pago de la deuda, reporta un aumento de la participación de lugares de culto, principalmente cristianos. Dieciocho han trabajado con RIP en el último año y medio, señaló Scott Patton, director de desarrollo de la organización. Y más iglesias se están uniendo a medida que se corre la voz.
La montaña de facturas que están tratando de liquidar es alta. La deuda médica contribuye a dos tercios de las quiebras, según el American Journal of Public Health. Y una encuesta de 2018 de Kaiser Family Foundation/The New York Times mostró que del 26% de las personas que reportaron problemas para pagar sus facturas médicas, el 59% sufrió un impacto importante en su vida, como necesitar un trabajo extra, recortar gastos del hogar o usar sus ahorros. (Kaiser Health News es un programa editorialmente independiente de la fundación).
La Oficina Federal de Protección Financiera del Consumidor propuso en mayo una norma para reducir el acoso de los cobradores de deudas a quienes tienen facturas pendientes, y algunos estados han intentado medidas, como limitar las tasas de interés de los cobradores. Pero hasta que surja una solución integral, las iglesias y otras organizaciones tratan de aliviar parte de la carga entrando en el mercado de la deuda.
Parte del atractivo de RIP se deriva del impacto que incluso una pequeña donación puede tener, dicen los líderes de las iglesias participantes. Cuando una persona no puede pagar una factura, ésta se une a la deuda de otros y se vende a los cobradores por una fracción del monto total. Esas deudas generalmente provienen de personas de bajos ingresos y son más difíciles de cobrar.
RIP Medical Debt compra deuda en este mercado secundario por centavos de dólar con dinero de sus donantes. Pero en lugar de cobrar la deuda, RIP la perdona.
Para ser elegible para el pago de RIP, el deudor debe estar ganando menos del doble del nivel de pobreza federal (unos $25,000 al año para un individuo), tener deudas que son 5% o más de su ingreso anual y tener más deuda que activos.
Dado que hospitales y médicos desean eliminar esas deudas difíciles de cobrar, las venden baratas. Así es como esas 18 iglesias han podido abolir $34,4 millones de deuda desde el comienzo de 2018, explicó Patton.
Trabajar de esta manera pone un proyecto de alto valor al alcance de las iglesias más pequeñas. Revolution Annapolis, una iglesia no confesional de Maryland con una asistencia dominical de unas 200 personas y sin un edificio permanente, eliminó en marzo una deuda de $1,9 millones para 900 familias. Monto total recaudado: $15,000.
Los líderes de Revolution oyeron hablar de RIP Medical Debt en un segmento del show de John Oliver “Last Week Tonight” en 2016, según contó el pastor Kenny Camacho. Pero en ese momento, no creían contar con los recursos para tener un impacto.
Después de enterarse que una iglesia había saldado millones el año pasado, los líderes de Revolution decidieron intentarlo. Como mucho, esperaban tener un impacto en su área, explicó Camacho. Pero el dinero fue mucho más lejos, cubriendo 14 condados en el este y centro de Maryland.
Emmanuel Memorial Episcopal Church, una congregación de unas 175 familias en Champaign, Illinois, tuvo una experiencia similar. La idea original era tratar de tener un impacto sólo en el condado de Champaign, explicó la reverenda Christine Hopkins. Pero sus $15,000 eliminaron $4 millones de deuda para toda la diócesis, que se extiende hasta la mitad sur del estado.
“Nos quedamos boquiabiertos”, dijo Hopkins. “Al borde de las lágrimas”.
En muchos casos, las iglesias no han tenido que hacer una campaña de recaudación de fondos porque su contribución provenía de dinero ya disponible. Emmanuel Episcopal, por ejemplo, contaba con la cantidad sobrante de una campaña iniciada hace un año para celebrar el centenario de su iglesia.
La Fincastle Baptist Church, con 1,600 miembros en el área de Roanoke, Virginia, usó el dinero que había presupuestado para su evento anual “Fiesta de la Libertad” en honor al personal de los servicios de socorro, y luego se asoció con la televisora local WSLS en un teletón para recaudar más. Ese esfuerzo liquidó más de $2.7 millones en deudas médicas entre los veteranos.
RIP permite a los donantes elegir las áreas geográficas a las que desean llegar y puede identificar a los veteranos como receptores. Pero más allá de eso, no hay restricciones, señaló Patton. Una iglesia no puede especificar qué tipo de procedimientos médicos quiere pagar, ni nada sobre los antecedentes de los beneficiarios.
Eso no molestó a los líderes religiosos contactados para escribir este artículo. Pero es un tema abordado por donantes de todo tipo en el pasado, indicó Patton.
Por ejemplo, algunos donantes han pedido que se excluya a personas de diferentes religiones o de ciertos partidos políticos. “Es absurdo. Esto no es una venganza”, dijo Patton. “La gente que pide esas cosas realmente no entiende de filantropía”.
Las iglesias no consiguen necesariamente nuevos miembros con esta iniciativa. Todo el proceso pasa por RIP Medical Debt, que envía cartas notificando a los beneficiarios que sus deudas han sido perdonadas. Los donantes pueden pedir que sus nombres aparezcan en esas cartas, pero no todos optan por hacerlo.
Aumentar la membresía no era el objetivo de Pathway Church en Kansas, explicó Wren. “A veces el mensaje espiritual más poderoso es hacer algo por alguien que nunca conocerás”.
Revolution Church decidió no incluir su nombre en las cartas porque no quería que los beneficiarios se sintieran obligados. “Cuando a una persona se le perdona su deuda, queremos que lo reciba como un regalo sin compromisos”, explicó Camacho. “No queremos que por haber hecho esto sientan que deben visitar nuestra iglesia o algo así”.
Además, el regalo cubrió un área lo suficientemente grande como para que algunos beneficiarios vivan a un par de horas de distancia. “Preferiría que pensaran más positivamente en la iglesia de su comunidad”, dijo.
Los donantes a veces reciben mensajes de agradecimiento de las personas cuyas deudas han ayudado a pagar, pero no es habitual. Muchos no lo esperan. “Es una historia bíblica. Jesús perdonó a 10, y sólo uno dijo gracias”, señaló Hopkins.
Las iglesias tienen muchas opciones para hacer obras de caridad, pero la deuda médica y los precios asequibles tienen gran impacto entre los feligreses. Algunas iglesias están tan preocupadas por los costos médicos de sus miembros que se unen a organizaciones sin fines de lucro para compartir costos, donde los miembros pagan las cuentas médicas de los demás.
El trabajo misionero con médicos ha sido por mucho tiempo algo importante para la Fincastle Baptist Church en Virginia, dijo el pastor Warren King. La iglesia dirige una clínica gratuita, y los viajes misioneros a otros países suelen incluir un componente médico.
Pagar las deudas médicas es una extensión de esa filosofía.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation que no está relacionado con Kaiser Permanente.
© 2024 Pan-American Life