Seriamente, este verano protéjase del sol
El verano es un momento para vivir al aire libre y convivir con la familia. Aproveche los días soleados con los niños o los amigos en un parque, en caminatas, en la piscina o en la playa, y tome siempre medidas para salvaguardar la salud y el bienestar de sus seres queridos. Los riesgos potenciales para la piel asociados con la exposición al sol son cada vez más serios, pero al mismo tiempo hay más conocimiento sobre cómo protegerse.
Aunque tiene un grosor de apenas 2 milímetros la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Se divide en dos capas, la epidermis y la dermis, que le permiten regenerarse, ser impermeable, resistente, flexible y permanecer activo las 24 horas del día.
Sus principales funciones en el organismo incluyen:
- Es una barrera protectora porque cuenta con una variedad de mecanismos celulares e inmunológicos que nos protegen de enfermedades, temperaturas extremas y lesiones como golpes o quemaduras. También absorbe lo que es beneficioso para el cuerpo y filtra lo que es dañino.
- Trabaja como receptor. Sus terminaciones nerviosas permiten que el cuerpo reciba los estímulos producidos por el tacto. Se estima que por cada cm² de piel podemos encontrar más de 4.500 receptores sensibles, que envían información inmediata al cerebro.
- Tiene la función de controlar el metabolismo, retener sustancias importantes, mantenernos hidratados y eliminar sustancias nocivas y es capaz de regular la temperatura corporal.
- Absorbe y distribuye la vitamina D.
El efecto del sol en la piel
Para algunas personas, la piel se broncea cuando absorbe los rayos UV. El bronceado es causado por un aumento en la actividad y número de melanocitos, las células que producen el pigmento color marrón llamado melanina. La melanina ayuda a bloquear los rayos UV dañinos hasta cierto punto, razón por la cual las personas con piel que es naturalmente más oscura tienen menor probabilidad de quemarse por el sol, mientras que las personas con piel más clara tienen una mayor probabilidad de quemarse.
Las quemaduras solares pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel, incluyendo melanoma. Sin embargo, la exposición UV puede aumentar el riesgo de cáncer de piel incluso sin causar quemaduras solares.
Tenga en cuenta estas recomendaciones para no correr riesgos durante el verano:
Estrategias de protección solar
- Haga de la aplicación de protector solar un ritual diario para toda la familia. Elija uno de amplio espectro con un SPF (Factor de Protección Solar) mínimo de 30. Aplíquelo generosamente al menos 15 minutos antes de la exposición al sol y vuelva a aplicarlo cada dos horas, o con más frecuencia si está nadando o sudando.
- Busque lugares sombreados. Especialmente durante las horas pico entre las 10 a.m. y las 4 p.m., anime a la familia a descansar a la sombra. Planifique actividades al aire libre en áreas sombreadas o debajo de una sombrilla para proporcionar una capa adicional de protección.
- Protéjase con ropa adecuada. Vista a los niños con ropa ligera de manga larga y sombreros para proteger su piel de la luz solar directa. También es importante utilizar lentes de sol con protección UV para resguardar sus ojos y la piel delicada que los rodea.
- Tome agua. La hidratación adecuada es crucial para mantener una piel saludable, especialmente durante los días calurosos de verano. Anime a todos a beber suficiente agua y consumir frutas y verduras hidratantes para mantener la piel humectada y resistente.
- Limite el tiempo al aire libre. Aunque el verano es el momento perfecto para disfrutar afuera, es importante equilibrarlo con descansos en interiores. Limite la exposición prolongada al sol, especialmente en bebés, niños pequeños y personas con piel sensible, para reducir al mínimo el riesgo de quemaduras solares y otros daños en la piel.
- Tenga en mente esta reflexión: La arena, el agua y otras superficies reflectantes pueden intensificar los rayos del sol. Tome precauciones adicionales cuando pase tiempo cerca de esas áreas.
- Enseñe buenos hábitos: Eduque a sus hijos sobre la importancia de la protección de la piel y anímelo/a a desarrollar hábitos saludables desde pequeños. Enséñales a aplicarse ellos mismos el protector solar y a buscar sombra cuando se sientan demasiado calientes o incómodos/as.
- Chequeos regulares de la piel: Revise periódicamente la piel de todo el cuerpo y haga lo mismo con sus hijos para identificar lunares sospechosos, manchas o cambios en la piel. Si nota algo preocupante, consulte a un dermatólogo de inmediato.
Recuerde que practicar buenos hábitos de protección de la piel debe ser un compromiso durante todo el año, no solo en el verano, y consulte a su médico regularmente.
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