Esta consulta médica que puede salvar la vida
Cuando en agosto de 2020 los medios de comunicación informaron sobre la muerte del actor Chadwick Boseman, quien dio vida al superhéroe de Marvel Pantera Negra, a los 43 años, a causa del cáncer colorrectal, dos discusiones pendientes de la atención de salud se pusieron de golpe en el ojo público: la prevención y la detección precoz de esta enfermedad.
Las cifras reclaman acciones firmes. Solo en los Estados Unidos, se pronostica que en 2022 habrá unos 106,000 nuevos casos y ocurrirán unas 44,850 muertes en el mismo período. El cáncer colorrectal (CCR) es el cuarto más común en Latinoamérica y el Caribe, con más de 128,000 diagnósticos en 2018.
Los hombres tienen tasas de cáncer colorrectal de una a dos veces más altas que las mujeres.
La importancia de los síntomas
Como pasa con tantas otras afecciones, los síntomas iniciales del cáncer colorrectal coinciden con los de males comunes, por ejemplo, un dolor de barriga persistente, una sensación de saciedad, gases, debilidad y fatiga. La persona puede adjudicarlos a una cena suculenta o incluso al estrés de la vida diaria. Sin embargo, éste es el momento para consultar al médico.
Colonoscopía ¿a qué edad empezar?
Las colonoscopías son herramientas críticas para la detección temprana.
En los Estados Unidos, hay consenso entre las asociaciones médicas de que la edad de la primera colonoscopía debe ser a los 45 años (antes era a los 50), pero si hay un historial familiar de este tipo de cáncer, el médico puede ordenarla antes. También si la persona padece de afecciones intestinales crónicas como la enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa. En este caso puede realizarse cada 1 a 2 años.
En caso de que exista un factor de riesgo genético, también se necesitará comenzar esta prueba precozmente. El 5% de las personas que desarrollan cáncer colorrectal han heredado un mutación genética que causa afecciones en la familia que pueden llevar a padecer esta enfermedad. Una de las más comunes es el sindrome de Lynch.
Aunque el factor genético puede ser determinante en el desarrollo de CCR en la adultez joven, los científicos todavía investigan las causas por las que este cáncer aparece a temprana edad.
El acceso a colonoscopías es crítico para una detección precoz. Y justamente la dificultad para acceder a estas pruebas hace que un alto porcentaje de los diagnósticos en la región se realicen cuando el CCR ya está avanzado y sea más difícil de tratar. También, si el diagnóstico es tardío, incluso con tratamiento, puede desarrollarse un cáncer recurrente, que es cuando las células malas vuelven a aparecer.
Niveles de prevención
Los expertos coinciden en que el cáncer colorrectal es altamente prevenible, llevando a cabo una serie de acciones que involucran al sistema de salud, a la sociedad en su conjunto y a los individuos. La estrategia de prevención del cáncer colorrectal involucra tres niveles:
Prevención primaria
Incluye políticas públicas y cambios de comportamiento individuales que apoyen patrones dietéticos saludables, actividad física regular, mantenimiento de un peso corporal saludable, no fumar y no beber alcohol. Estas estrategias también son esenciales para controlar las enfermedades no transmisibles.
Prevención secundaria
Involucra la detección temprana de pólipos colorrectales. Esto se logra mediante colonoscopías programadas cada determinado tiempo, de acuerdo a si hay presencia de pólipos y al grado de riesgo que evalúe el profesional de salud.
En este procedimiento, un médico examina todo el colon a través de un colonoscopio, un tubo flexible equipado con una pequeña cámara de video y una luz. Para que el estudio sea efectivo el intestino debe estar completamente vacío para que el médico pueda ver claramente la pared intestinal.
El cáncer colorrectal se origina cuando células sanas del revestimiento interno del colon (la última porción del intestino grueso) o del recto cambian y crecen sin control, y forman una masa denominada tumor. Este cáncer comienza como pólipos, crecimientos no cancerosos que pueden desarrollarse en la pared o revestimiento interno del colon o el recto. Justamente extirparlos previene que algunos de ellos puedan transformarse en cáncer.
Otras pruebas incluyen prueba de sangre oculta en heces o pruebas inmunoquímicas fecales que se utilizan para buscar signos de cáncer colorrectal en las heces.
Estudios recientes encontraron que los análisis de sangre fecal, que están disponibles con receta médica y se pueden realizar en el hogar, están asociados con mayores tasas de detección.
Prevención terciaria
Abarca el tratamiento del cáncer colorrectal invasivo, según su estadio, e implica cirugía y quimioterapia, y a veces radioterapia. Cuando el CCR se diagnostica en una etapa temprana, la tasa de supervivencia general puede ser superior al 90%, mientras que cuando se diagnostica en una etapa tardía, las posibilidades de supervivencia son considerablemente bajas.
La mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe tienen guías para las pruebas de detección de cáncer de colorrectal, pero el acceso y la capacidad para realizarlas muchas veces es limitado. Argentina y Uruguay tienen programas nacionales de detección de cáncer colorrectal.
Si se explican las pruebas, la importancia que tiene la consulta médica, y se incluye el componente nutricional en la narrativa, por ejemplo, que el consumo de carnes rojas y procesadas es uno de los mayores riesgos, quizá se logre que la curva del cáncer colorrectal comience finalmente su camino descendente, para prevenir la muerte de personas cada vez más jóvenes.
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