La droga que consumía el caníbal de Miami
El asesino de Miami Rudy Eugene habría sido un frecuente consumidor de una de las drogas que está causando más estragos. Se trata de las sales de baño (bath salts en inglés). En 2011 se registraron más de 10,600 casos de intoxicación por drogas comercializadas como sales de baño, 18 veces más que en 2010. Y en 2012 la cifra sigue en aumento.
En los últimos años ha habido un aumento dramático en los casos de intoxicación por drogas sintéticas vendidas bajo la forma de sales de baño o incienso, informó en un comunicado el Colegio Americano de Médicos de Emergencia (ACEP).
De acuerdo con cifras de los Centros para el Control de Envenenamientos, durante el 2009 no se registraron llamadas concernientes a intoxicaciones por estas drogas; sin embargo, para el 2010, el número creció a 303, y en 2011 se contabilizaron 10,600 casos.
"Como médicos de emergencia, vemos cómo estas sustancias están causando graves daños a quienes las usan, ya que contienen compuestos no orgánicas que sólo imitan los efectos de la marihuana, la cocaína o el éxtasis", explica el Dr. David Seaberg, presidente del ACEP.
Algunos de los síntomas relacionados con estas drogas son dolor en el pecho, presión arterial alta, náusea, arritmia, hipotermina, e incluso paranoia y psicosis, u otros estados alterados que puedan llevar al individuo a causar daño a los demás o a sí mismo.
En caso de ser inyectadas, este tipo de drogas pueden provocar además destrucción muscular: a mediados de enero del 2012, se presentó el primer caso de fascitis necrotizante relacionado con "sales de baño" en una mujer de 34 años.
La paciente se había inyectado las "sales" en el brazo y había desarrollado una enfermedad come carne que había destruido rápidamente el tejido. Para tratarla, hubo que amputarle el brazo, el hombro y un seno.
De acuerdo con el Dr. Josh Mugele, de la Universidad de Indiana, uno de los principales peligros de estas drogas es que pueden adquirirse fácilmente, ya que son vendidas en la calle o a través de internet como productos inofensivos: “sales de baño”, “aromatizantes” o “comida para plantas”.
"La facilidad con la que se adquieren y la forma en la que se las etiqueta hacen pensar a la gente que son drogas ligeras e inofensivas, pero en realidad son una amenaza muy grave tanto por los efectos que producen como por lo adictivas que pueden ser", puntualiza el Dr. Mugele.
A pesar de que ya varios estados han prohibido estas sustancias, y de que la Cámara de Representantes aprobó una legislación para detener su comercialización, el Dr. Seaberg considera que "este problema va a seguir empeorando, por lo que necesitamos que los legisladores comprendan mejor la gravedad de los casos; asimismo deberíamos apostar por la educación, para advertir mejor a los jóvenes sobre los peligros de estas sustancias”.
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