Las mentiras válidas para San Valentín
Amor y verdad absoluta no siempre van de la mano. Lejos de ser una celebración de la verdad y el amor absoluto, el Día de los Enamorados es un evento que nos recuerda que en temas de relaciones no siempre debemos decir la verdad ni exactamente lo que estamos pensando. Mentir no es sólo tergiversar la realidad, es también ocultar o dar la impresión de otra cosa para no lastimar. El valor de las mentiras piadosas.
¿Me amarás por siempre? Sí mi amor, hasta que la muerte nos separe. Todos lo hemos dicho y nos hemos sentidos raros al pensar que en realidad lo único que sabemos es que hoy es así, que hoy sentimos así, pero que en la cruda realidad, nadie sabe lo que vendrá.
Hay explicaciones o verdades que no necesitan ser escuchadas, dicen los expertos. Por ejemplo, que el amor eterno no existe o que en realidad nadie sabe lo que va a pasar mañana son arrebatos de conciencia que angustian más de lo que iluminan. "Ella solo queria escuchar mentiras piadosas", dice el cantautor Joaquín Sabina en uno de sus hits. Y es que hay ciertas mentiras piadosas o blancas o ilusiones podríamos llamarlas que necesitamos mantenerlas a cualquier precio, si queremos que nuestra relación amorosa prospere.
Como esas historias de amor que nos cuentan las películas, o libros como "El amor en los tiempos del cólera" en el que se mantiene intacto durante unos 50 años hasta que finalmente se concreta..o el mito de Penélope, ¿realmente creemos que durante 20 años se la pasó tejiendo esperando a su amante? En toda gran historia que ha trascendido en la humanidad se cuenta hay grandes fabuladores o creencias comunes compartidas, dicen los expertos.
¿Qué es mentir?
Mentir es simplemente no decir la verdad, en forma intencional. Ahora bien, la verdad como tal es relativa, a veces desconocemos la verdad y decimos una mentira sin darnos cuenta, porque simplemente creemos que es la verdad, porque omitimos información o dejamos entrever algo que no es para evitar un conflicto.
Mentir no es sólo ocultar la verdad sino también una forma de crear una realidad diferente, una idea sobre algo externo y también sobre nosotros a los demás, algo que de alguna forma nos protege o evita aquello que no queremos mostrar. Lo cierto es que hombres y mujeres mienten por razones diferentes.
Un estudio de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, asegura que una persona normal dice en promedio tres mentiras en una conversación de diez minutos, además de varias omisiones y algunas exageraciones.
Para los psicólogos, hay que definir la mentira asociándola a sus objetivos. ¿Para qué mentimos? y a sus causas ¿Por qué mentimos? Mentir puede ser un modo de obtener recompensas, evitar castigos, agrandar nuestro ego, eludir la realidad y por qué no, quizás también cuidar al otro.
Existirían dos tipos básicos de mentiras: una que se transmite por ocultación de los hechos, es decir, las que esconden algún elemento de la realidad y otras que son las que llevan un mensaje que sabemos erróneo y construyen intencionalmente una idea o realidad diferente. Otros podrían decir, mentiras de buena o mala fe. Sea cual fuere la forma utilizada, ambas tienen como objetivo dar una imagen o impresión errónea sobre un hecho.
Como existe una intención de no revelar información, quien no dice toda la verdad, elige no mencionar ciertos elementos y de esa forma, conduce al destinatario a creer algo que no es a través del manejo de silencios, respuestas ambiguas o la evasión. Este es una clase de mentira más fácil de defender porque siempre se puede decir, 'no entendí la pregunta' o alegar un olvido.
Para los amantes del amor, no existe el cuestionamiento experimental y objetivo sobre qué es una mentira y qué no lo es, es decir no importa si lo que decimos es exactamente así y puede comprobarse. Existen las ganas de creer, más que las ganas, la necesidad de creer.
Mentiras blancas
Se calcula que en una conversación normal, una persona dice una "mentira" cada 10 minutos, sobre todo cuando se trata de amor, dice el escritor Clancy Martin, profesor de la Universidad de Missouri, en Kansas City y autor de “Love and Lies”, en una columna publicada en el New York Times.
Si el mentiroso ofrece información falsa a propósito, con datos y detalles que no son ciertos, crea situaciones que debe sostener en el tiempo con detalle y precisiones y en caso de ser descubierto, resulta mucho más difícil salir indemne de la situación. Construir una historia falsa requiere un esfuerzo mental.
"Decir mentiras requiere de mayor recurso cognitivo que decir la verdad, y las posibilidades de cometer errores se incrementan", dice un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Nueva León en México.
Existen ciertas pautas para detectar mentiras como el tono de voz, las sonrisas, cierta gesticulación facial o corporal mayor. "La persona que miente manipulará estereotipos de verdad o guiones de comunicación que aparentan la verdad para lograr la meta de engaño", agregan.
La mayoría de las personas miente en promedio por lo menos una o dos veces al día, asegura un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology y esta capacidad de mentir parece ser parte integral del desarrollo de una persona a través de la vida, ya que desde la infancia los niños desarrollan estrategias de engaño y distorsión de la realidad.
Detectar mentiras
Cuando una persona miente se produce un aumento de la temperatura de la nariz o el llamado 'efecto Pinocho' . Por otro lado, las personas que son presionadas para responder algunas preguntas tienden a mentir más que las que cuentan con tiempo para elaborar una respuesta según un trabajo publicado en Psychological Science, al actuar rápido y en forma apresurada las personas se muestran más predispuestas a mentir. Lo mejor: no presionar.
Si deseas detectar una mentira puedes apuntar a dos cosas: una más periférica (o de vía sensorial) y otra central (que involucra procesos cognitivos de alto rango).
Se ha escuchado que el movimiento de los ojos hacia la derecha mientras se habla, indicaría una falta de honestidad, pero según un estudio publicado en PLoS ONE, realizado por la Universidad de Edimburgo, esta idea no tiene fundamento científico.
Para detectar mentiras por conversaciones digitales, un grupo de investigadores de la Universidad Brigham Young (EE UU) dijo que ya sea por whatsapp, en las redes sociales o por mensaje de texto, las personas que mienten tardan más en responder, edita más mientras escribe, borrando y reescribiendo sus mensajes, y al final sus textos son más cortos de lo habitual.
Se dice que hombres y mujeres mienten por motivos diferentes. Ellas tienden a decir cosas para no lastimar o evitar enfrentamientos, en general los hombres mienten para evitar meterse en problemas o para mantener su ego intacto.
El cuidado y el miedo son los principales motivos por el que las personas mienten, sobre todo en relación al amor.
Todo viene de cuando éramos niños, mentíamos para salvarnos de problemas o como padres, no decimos toda la verdad porque pensamos que los niños no comprenderán.
Las personas que se sienten más traicionadas por las mentiras de amor son aquellas que tienen las expectativas menos realistas sobre sus relaciones de pareja.
Eso no quiere decir que haya personas que hacen de la mentira una forma de relacionarse con el mundo, que son muy poco confiables y que manipulan a los demás a través de sus palabras.
La confianza y el suponer al otro haciendo o no haciendo determinadas cosas, puede hacer que algunas mentiras menores luzcan como traición y generen mucho daño. En este sentido funciona la infidelidad, como una traición a una confianza dada.
En conclusión, no te arrepientas de tus mentiras piadosas, más bien, considéralas una parte de tu vida en pareja y del cuidado a los demás. Diferente es mentirse a sí mismo, no enfrentarse con los verdaderos sentimientos y no hacerse cargo de lo que nos pasa. La verdadera mentira es la negación de lo que sucede, pero si se trata de aceptar una realidad impredecibe y es por cuidar al otro y hacerlo sentir bien, llamarlo mentira quizás no es justo
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