Los amigos previenen enfermedades
A menudo les advertimos a los adolescentes que no se dejen influenciar excesivamente por las presiones de su grupo de iguales y vivimos preocupados porque pasan mucho tiempo con sus amigos de acá para allá sin aparentemente “hacer nada”. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que “seguir a la manada” durante la adolescencia puede tener beneficios inesperados en la salud física en la adultez temprana.
Los científicos Joseph P. Allen, Bert N. Uchino, y Christopher A. Hafen descubrieron que la salud física en la adultez podría pronosticarse según la calidad de amigos íntimos que se tuvieron en la adolescencia. Además, se demostró que había una conexión entre amoldarse a las reglas del grupo y una mejor calidad de salud.
“Estos resultados indican que quedarse en (en oposición a separarse de) el grupo de iguales durante la adolescencia influye en la salud física en la adultez,” dijo Allen, un investigador de la Universidad de Virginia en un comunicado. “Esto fue un indicador contundente del aumento de la calidad de la salud física.”
Lo que Allen y sus colegas plantearon es que “seguir a la manada” y tener relaciones íntimas en la adolescencia podría disminuir el riesgo de problemas de salud relacionados con el estrés. Para probarlo, los investigadores reclutaron a un grupo de 171 chicos de séptimo y octavo grado y los siguieron desde los 13 años hasta los 27.
Cada participante nombró a su mejor amigo del mismo sexo para que sea incluido en el estudio. Los mejores amigos de los participantes, de 13 a 17 años, contestaron un cuestionario en el que evaluaron la calidad de la amistad, incluyendo el grado de confianza, la comunicación y la enajenación en la relación. Los amigos también informaron sobre cuánto los chicos se esmeraban por encajar entre sus iguales.
Luego, se evaluó la calidad de salud de los participantes cuando tenían 25, 26 y 27 años por medio de preguntas sobre su salud en general, síntomas de ansiedad o depresión e índice de masa corporal.
Para justificar posibles problemas de salud, los participantes tuvieron que informar sobre diagnósticos médicos o si habían sido alguna vez hospitalizados.
Este estudio mencionado fue publicado en Ciencia Psicológica, una revista de la Asociación para la Ciencia Psicológica.
La casi obsesión de los adolescentes de formar y mantener relaciones con otros adolescentes puede deberse a que reconocen instintivamente que estas relaciones están ligadas al bienestar.
“Las relaciones con otros adolescentes les brindan algunas de las experiencias más emocionalmente intensas, y normalmente se amoldan a las reglas del grupo, aún cuando tengan que pagar un precio importante por ello,” los investigadores aseguraron.
“Una investigación transcultural descubrió que un enfoque sobre las interacciones sociales que enfatiza el colocar los deseos de los pares por sobre los propios (similar a lo que hacen los adolescentes cuando se amoldan a las reglas del grupo), está vinculado con la disminución del estrés.”
Los resultados indicaron que tanto las amistades íntimas y la determinación de encajar en el grupo durante la adolescencia se asocian con una mejor salud a los 27, aún teniendo en cuenta otras variables potencialmente influyentes como la renta familiar, el índice de masa corporal y el uso de drogas.
Los hallazgos indicaron que la calidad de relaciones en la adolescencia puede influir en la salud cuando se es adulto por medio de la disminución de los síntomas de depresión o ansiedad.
“Aunque para la sociedad occidental moderna el comportamiento autónomo constituye un valor importante, ya que las amenazas de supervivencia son mínimas, puede haber acabo vinculándose con las reacciones de estrés en el transcurso de la evolución humana, cuando separarse del grupo humano significaba estar en un gran peligro,” escribieron Allen y sus colegas.
“Desde la perspectiva de la prevención y el riesgo, la dificultad de formar relaciones íntimas en la adolescencia temprana puede ahora considerarse como un marcador de riesgo para los problemas de salud en la edad adulta,” explicó Allen.
En el futuro, para promocionar la salud a largo plazo se podría considerar e investigar particularmente la calidad de las relaciones sociales durante la adolescencia, además de los riesgos de salud más comúnmente investigados, como la obesidad y el tabaquismo.
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