¿Se puede detectar a un asesino masivo?
La viuda de un militar que murió víctima de los disparos presuntamente perpetrados por James Holmes en Aurora, Colorado, está demandado a la psiquiatra que lo trató, diciendo que ella sabía de la violencia latente del joven y que debería haber sugerido internarlo para que no fuera una amenaza pública. La demanda encendió el debate sobre cuánto se puede predecir estos actos violentos y cuánto se pueden predecir masacres como ésta y la de Newtown.
Crédito: Getty ImagesChantel Blunk presentó una demanda contra la psiquiatra que trató a James Holmes, quien asesinó a su marido en la matanza del cine de Aurora en julio de 2012. La viuda de Jonathan Blunk, ex veterano de guerra de 26 años, sostiene que la doctora Lynne Fenton conocía la violencia latente de su paciente, y debería haber sugerido internarlo para que no fuera una amenaza pública.
Holmes asesinó a 12 personas e hirió a otras 58 en julio de 2012, en el estreno de "The Dark Knight Rises", en un cine en Aurora, en Denver. Por estos actos hoy afronta 166 cargos de intento de homicidio y 25 cargos por homicidio en primer grado, y se lo podría condenar a la pena de muerte, vigente en Colorado.
La demanda encendió el debate sobre cuánto se pueden predecir estos actos violentos y si se pueden evitar masacres como ésta y la de Newtown. Fue en esta localidad, el 14 de diciembre de 2012, donde Adam Lanza irrumpió en un colegio con un fusil de asalto y ultimó a 20 niños niños y 6 adultos.
Los cargos fueron presentados en la Corte del Distrito de Denver contra Lynne Fenton, doctora de la Universidad de Colorado, y otros cinco miembros del establecimiento educativo. Holmes había contado a su psiquiatra que "fantaseaba con matar a muchas personas" y, aunque la especialista avisó al equipo de evaluación psiquiátrica de la universidad, conocido como BETA, no fue más allá.
Los abogados discuten sobre la legalidad de acceder a una serie de correos electrónicos enviados entre Holmes y Fenton, que serían una prueba esencial en este caso. Por un lado los abogados de la defensa sostienen que la notebook utilizada está protegida por la confidencialidad entre el doctor y su paciente y debería ser devuelta a Holmes. Pero los fiscales aducen que el contenido debe ser admitido como evidencia y hacerlo público.
Los expertos en psicología clínica sostienen que no hay reglas claras sobre el procedimiento a seguir en casos como éste, aunque en caso de amenazas específicas deberían reportarlo. Es un área gris donde la decisión del profesional a cargo es fundamental, quien debe detectar si es posible que el paciente realmente concrete sus amenazas.
El fallo Tarasoff, de la Corte Suprema de California, establece reglas sobre el proceder de un profesional de la salud, si este deber de advertir y proteger a su paciente de sí mismo o a potenciales víctimas potenciales. Este caso se originó en 1969 cuando un estudiante de la Universidad de California dijo a su psiquiatra que mataría a su compañera, Tatiana Tarasoff. El psiquiatra lo reportó a las autoridades de la escuela, quien fue detenido y luego puesto en libertad tras prometer que no atacaría a su compañera. La joven nunca fue advertida de la amenaza y fue asesinada dos meses después.
El fallo originado tras este caso establece que un profesional de la salud debe advertir a una víctima potencial de una amenaza, aún cuando se esté violando la confidencialidad doctor-paciente. A su vez el psiquiatra tiene la obligación de proteger a la persona y alertar a las autoridades correspondientes.
Las masacres como las protagonizadas por Adam Lanza y Holmes podrían estar relacionadas, con enfermedades mentales no tratadas o sin el seguimiento adecuado. Y aún en el caso en que se pudiera lograr un diagnóstico preciso, pueden entrar a jugar una serie de disyuntivas legales que pueden obstaculizar el proceso.
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