Mitos y creencias sobre las alergias
Las alergias son afecciones que provocan una reacción anormal del sistema inmunitario frente a una sustancia extraña.
La exposición a estas sustancias, comúnmente llamadas alérgenos, hace que el organismo libere histaminas, proteínas que causan los típicos síntomas de una alergia, como picazón de ojos y gargantas o estornudos.
Entre los alérgenos más comunes se encuentra la caspa, polvo, polen, esporas o ciertos medicamentos (especialmente antibióticos o productos para la piel).
Entre los alimentos se destaca el huevo, maní o cacahuate, leche o sus derivados, frutos secos, productos de soya, pescado, mariscos o trigo y sus derivados. Mientras que, entre las plantas, el álamo, cedro, moho, olmo o roble suelen ser los principales responsables de las alergias.
Alrededor del 20% de las personas en todo el mundo tienen una condición alérgica, estima la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por este motivo, entender esta afección y descartar las falsas creencias a su alrededor es fundamental. Aquí repasamos los mitos más importantes sobre las alergias.
Mito 1: Las alergias no son tan graves
Esto es una realidad para muchas personas, ya que, aunque incómodas, sus alergias no llegan a ser peligrosas. Sin embargo, en otras puede acabar en anafilaxia, una reacción alérgica potencialmente mortal, que ocurre cuando el organismo libera una gran cantidad de histamina, provocando una respuesta inflamatoria.
Esta afección puede causar distintos síntomas, como ansiedad diarrea, dificultad para respirar, sibilancias, dolor de estómago y calambres, hinchazón de pies, manos, labios, ojos o genitales, y pérdida del conocimiento.
Incluso las alergias que suelen considerarse menores, como las estacionales, puede alterar la calidad del sueño, provocando somnolencia diurna, y, con ello, dificultad para concentrarse, problemas en el rendimiento e incluso un mayor riesgo de accidentes.
Mito 2: Las alergias duran toda la vida
Esto no siempre es así. Existen muchos casos registrados de alergias que, con la edad, simplemente se disipan. Esto es más común, por ejemplo, en las alergias a la leche, huevo o trigo, mientras que las alergias al maní, pescado o mariscos tienden a perdurar.
Mito 3: Las alergias solo se desarrollan en niños
Es común que las alergias se desarrollen durante la niñez, por lo que se suele creer que solo pueden ocurrir en esta etapa de la vida. Sin embargo, existen estudio que muestran que un importante porcentaje de personas desarrollaron su alergia durante la adultez.
Mito 4: Los resfriados y alergias son lo mismo
No es extraño que se confundan estas afecciones, dado que comparten síntomas en común, como picazón de ojos y gargantas o estornudos. Sin embargo, los resfriado son causados por una respuesta inmune a los virus, mientras que las alergias son una respuesta inmune a un alérgeno.
Además, los resfriados tienden a durar entre una y dos semanas, mientras que las alergias pueden, en algunos casos, durar toda la vida.
Mito 5: Las alergias son lo mismo que las intolerancias alimentarias
Esta es otra confusión muy común, pero no por ello cierta. Cuando alguien experimenta una alergia alimentaria, el sistema inmunitario impulsa una serie de reacciones inflamatorias para combatir a la sustancia que identifica como peligrosa.
En cambio, la intolerancia ocurre cuando el organismo no es capaz de digerir un compuesto de los alimentos, provocando problemas digestivos, como dolor abdominal, diarrea, náuseas o inflamación. Aunque las intolerancias son incomodas e impactan negativamente en la calidad de vida, no son tan peligrosas como las alergias.
Mito 6: Las alergias al maní, polen o polvo son las más graves
Si bien estas son de las alergias más comunes, no existe una forma de clasificar la gravedad de cada alergia, esto dependerá del sistema inmunitario de cada individuo.
Mito 7: Existen perros y gatos que no provocan alergias
Aunque se suele creer que existen razas de perros y gatos "hipoalergénicas", esto significa que no provocan alergias, los expertos aseguran que esto solo es un mito, debido a que las alergias no son provocadas por la longitud del pelo o el pelaje, ni por la cantidad de muda de estos animales, sino por las células muertas de la piel (caspa), la saliva y la orina.
Mito 8: No se pueden tratar las alergias
No existen curas para las alergias, lo mejor que se puede hacer para controlar sus síntomas es limitar o evitar la exposición al alérgeno que la desencadena.
Sin embargo, ciertos tratamientos son capaces de reducir efectivamente sus síntomas, como los descongestionantes, antihistamínicos y aerosoles nasales con esteroides. También puede ser de ayuda la inmunoterapia, que consiste en administrar dosis gradualmente crecientes de la sustancia, o alérgeno, a la que la persona es alérgica.
Estos aumentos incrementales del alérgeno hacen que el sistema inmunitario se vuelva menos sensible a la sustancia, probablemente al provocar la producción de un anticuerpo "bloqueador", que permite reducir los síntomas de la alergia cuando se encuentre la sustancia en el futuro.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Clínica Mayo, Organización Mundial de la Salud (OMS).
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